Nicole me fulmina con la mirada y luego mira al detective. Él frunce el ceño al verla de esa forma.
-Quizas, debería de presentarlos...
-No es necesario. Por lo visto es un policía y seguro volviste hacer el mismo ladrón - no te pases.
-No hice nada.
-Con lo que me hiciste hoy, y poner a mi madre en mi contra, te creo capaz de todo y nunca has cambiado- grita.
-No pongo a nadie en tu contra. Tu eres una tonta que no se da cuenta y Nicolas, quiere adueñarse de la empresa a través de ti. Pero estás tan enamorada que no lo ves.
-El, solo quiere lo mejor para mi- me río y miro al detective. Y elevó las cejas.
-El quiere arruinarnos. Quiere quitarnos del camino para que su empresa sea la mejor- exclamo furioso.
-No me vas a botar de la empresa.
-Si sigues con esa idea, lo haré.
-¿Tambien me vas a botar de la casa?- grita como vieja menopausica.
-¿Que sucede?- mi madre vuelve a mi lado. El detective viene detrás de ella.
-Que está loca- le digo.
-Podemos hablar de esto, en otro momento, tenemos visita...
-Los policías están por Alfonso, porque robo de nuevo.
-Callate, no sabes lo que dices- exclama mi madre.
-Lo sé perfectamente. Lo mejor sería que vuelva a la cárcel y no me joda- ¿Lo dices en serio?
-Nicole- grita mi madre.
-Dejala madre- doy unos pasos hacia mi hermana- lo que hago es por cuidarte y por cuidarnos- resopla- si tanto dices que lo amas, entonces vete con él. Mi madre y yo, podemos hacernos cargos de la empresa.
-Es mi empresa- señala su cuerpo con el dedo índice.
-Nuestra, y fuimos bien claro, más bien tus cláusulas fueron claras y ahora tú estás yendo en contra de ellas. Si tienes una duda, te daré una copia y podrás confirmar que estás despedida.
-No pueden- se niega.
-Si puedo, y mas con el apoyo que tengo de mi madre- Nicolea mira dolida-..., No te ciegues, por favor.
-Bien, si eso quieren me iré y también de la casa. Veremos por cuánto tiempo mantiene la empresa arriba sin mi.
-No tienes que irte- súplica mi madre.
-No voy a vivir en el mismo techo que él- me mira con odio.
-Deben calmarse...
-Madre, mejor me iré yo.
-No, acabas de volver y nadie se irá. Lo resolveremos cuando se vayan los detectives.
-Iré a hacer mi maleta- dice Nicole.
-No, yo lo haré.
-Ninguno.
-Bien, no te quiero está noche en esta casa.
-Odio decirlo, pero él te va a destruir y vendrás llorando a pedirme disculpas- se ríe.
-El me ama- inquiere.
-Ya lo veremos- Nicole sube a la habitación echa una fiera.
-¿No lo dices en serio?- pregunta mi madre.
-Si, y por favor no quiero que discutas con ella cuando me vaya. Está alterada, porque la tiene cegada, recuerda que es por su bien. Así, ella se dará cuenta a tiempo con quién está.
-Nosotros nos iremos.
-¿Eso fue todo?- pregunto.
-Si por el momento.
-Bien- iré hacer la maleta.
-¿Dónde se quedará?- pregunta el detective Cardona.
-No lo sé, el primer hotel que vea al paso- mi madre me abraza.
-Tranquila, podremos vernos en la empresa y a mi hermana en la casa.
-No es igual.
-Lo sé. Déjame ir hacer las maletas- se aparta muy triste.
-Apenas tenga un lugar, nos avisa- dice el detective Pérez.
-¿Todavía seguirán visitando?
-Si es necesario lo haremos. Por el momento creo que hemos terminado.
-Que bien.
-Tranquila- tocó su mejilla- ha sido un placer verlos y disculpe la escena que tuvieron que ver. Pero esto a ocurrido desde que mi hermana ha perdido la cabeza- comento.
-No se preocupe. Debemos de seguir trabajando. Adiós- se despide el detective Cardona. Y se acomoda el cuello de la camisa negra que lleva puesta.
-Buenas noches- asiente el detective Pérez al decirlo.
Mi madre los acompaña a la puerta, mientras que subo deprisa las escaleras y voy a la habitación a empacar todo. Bueno, lo primordial, mañana empacare unas cosas mas.
Reviso mi móvil y no hay nuevos mensajes.
Le escribo a la bailarina.
"Voy en camino"
Por el momento me voy a quedar en esa casa. Hasta que vea un hotel, no quiero arriesgarme que ella entre de la nada y sepa quién soy. Si yo no tengo el derecho de saber quién es, ella tampoco lo tiene.
Empiezo a coger lo que necesite está semana y solo voy a llenar una maleta. Guardo los pantalones de tela, unos jeans, camisas de manga larga y manga corta, conjuntos y zapatos deportivos, zapatos casuales.
Mientras empacó puedo escuchar las voces de mi hermana con mi madre. Quizás quiere hacerla cambiar de opinión.
Agarro mi maleta y salgo de mi habitación.
-Él se irá, se acabó- grita mi hermana.
-Tu hermano...
-No lo menciones, desde hoy no somos nada, es un completo extraño.
-Tu padre estaría decepcionado de ti.
-De él y no de mi.
Doy unos toques a la puerta.
-Me voy, madre- le aviso.
-Largate de una maldita vez- respiro. Más vale que me contenga.
-Esperame- dice mi madre.
-No piensas en mi. En como me siento con todo esto.
-Si te quieres ir con tu hijo, lárgate- no voy a contenerme más.
Abro la puerta de golpe.
-A nuestra madre no le hablas así y peor por tu maldita calentura- grito.
-Prefiero estar sola.
-Lo estarás y muy pronto. Porque el te dejará y nosostros también.
-Él, si es un hombre de verdad y me quiere. Jamás jugaría conmigo como tú lo haces con todas esas perras que te acuestas y más aún la ramera que te hace gastar miles de dólares. Ella te usa y aún así estás fingiendo un romance con Anahí. Debería contárselo- por un momento, olvide que ella lo sabía. Y estuve a punto de contarle todo, porque es mi hermana y quería su consejos, menos mal no lo hice.
-¿Quien? ¿De quién habla?- pregunta mi madre.
-Primero no es una ramera, tu no le distes clases hermana- está a punto de chistar y no la dejo- y segundo no te metas en mis asuntos. Aquí la que rompió un acuerdo eres tú. Y no me importaba si te acuestas con todos los hombres que se te pongan en tu camino, en fin es tu vida y tú verás a quien le abres tus piernas. Así que no me jodas. Porque te juro que te vas arrepentir. Y en vez de hablar con Anahí, habla con la secretaria de tu Nicolás y di, cuántas veces se follan al día- se le abre los ojos como platos y echa una fiera.
-Ya basta.
-Estan empeorando las cosas- replica mi madre.
-Escuchame bien, Nicole, dijiste que no soy tu hermano a partir de hoy...
-No lo eres- vuelve afirmarlo.
-Bien, yo también me olvidare de ti. Y sabes bien como soy y como enemigo no te convengo. Si haces algo en mi contra, lo haré con tu nueva familia. Me encargare de hundirlos.
-No te tengo miedo- se cruza de brazos.
-Deberias.
-Basta, ya es suficiente.
-Mañana en tu escritorio, estará la hoja que debes firmar y te podrás largar dónde sea.
-Veremos cuánto sobrevive esa empresa sin mi.
-Sobrevivira, más que tú relación con Nicolás. Y te juro, que no vas a volver nunca a la empresa. Ya no serás socia, jamás.
-No me interesa, estar en una empresa donde estés tu.
-Me alegro. Madre, salgamos de aquí- agarro su mano.
Cuando salimos, Nicole nos avienta la puerta en la cara. Quiero volver abrirla.
-Hijo, no, ya basta.
-Es una idiota- digo entre dientes.
-Ruego que se de cuenta a tiempo de todo.
-Lo hara. Pero conmigo, se terminó todo está noche. Me ha decepcionado demasiado. Y habria hecho lo que fuera por cuidarla, pero me queda claro que ella me entregaría a mis enemigos. No quiero saber de ella, nunca más.
-No digas eso.
-Mejor me callo, no quiero empeorarte. Por favor, come, no importa si ella no te acompaña. Ve a comer. Prométeme que estarás bien.
-Es difícil, pero te lo prometo. Avísame en dónde te quedarás. Hoy lo haré en casa de una amiga- le guiño el ojo.
-¿A la mujer que se refirió, Nicole?
-Si, me quedaré con ella está noche y mañana me iré a buscar un lugar apropiado.
-¿Te saca mucho dinero?
-Madre, por favor. Es algo complicado de explicar y no lo haré. Solo sé que no es interesada- le doy un beso en la sien.
-Cuidate- se despide.
-Descansa, de acuerdo. No pienses en esto.
-Imposible, pero haré lo mejor que pueda- pongo los ojos en blanco.
-Buenas noches, madre- me voy de la casa. No miro ni por un segundo atrás, porque seguro debe de estar llorando y no quiero verla así.
Y quizás este mal un buen tiempo, y luego todo se va a calmar.
Conduzco hacia la bailarina. Y algo que me he dado cuenta, es que ella siempre me recibe con mis mierdas. Son muy pocas las veces que la he visto sin enojo, sin cargado de rabia, o triste. Y lo bueno es que logra calmarme y hacer que tenga paz en mi interior.
"Rayos"- seguro que querrá el dinero en efectivo y no lo tengo... Un momento, quizás si, el idiota de Richard dijo que había puesto el dinero en la parte de atrás del auto. No debo de preocuparme, y no me gusta darle para nada de eso dinero que tiene la sangre de mi amigo Eduardo. Y mañana a primera hora, le daré el dinero que le corresponde a la hija.