Anahi y Alfonso con personalidades iguales, descubrirán que no son sólo un deseo. No podrán salvarse de su propio remolino de pasión, ni siquiera pueden detenerlo.
Anahí camina unos pasos delante de mi y observa con maravilla lo que está a su alrededor. Algunos hombres la observan, y me molesta pero a la vez me hace sentir orgulloso, que deseen a la chica que está conmigo. Me coloco a su alcance para que sepan que estoy con ella y no soy un simple amigo. No sé que soy. Quizás conocidos, pero ellos no saben.
-No pensé que me traírias a este lugar. No parece que te gusten estás clases de sitios- agrega, sin mirarme. La copa que lleva en la mano, le da pequeños círculos y se lo bebe.
-Tampoco soy, lo que tú crees que soy- sonrió. Y ella curva los labios.
-Me parece que escuchado eso antes- da otro sorbo a su bebida.
-¿Te gusta el lugar?
-Aprecio el talento de los demás. Yo, ni siquiera podría dibujar un árbol.
-Yo tampoco- nos reímos.
Anahí, se detiene al ver una pintura. Es un anocher. Hay pinos, una río, una canoa en la orilla. El cielo estrellado, hay tres colores azul oscuro, azul claro mezclado con naranja.
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Es precioso.
-Wuao.
-Es muy talentoso- coincido.
-Si- acerca la mano al cuadro pero no toca la pintura- los colores, son únicos.
-¿Te gusta?
-¿Estás de broma? Me encanta- me mira con los ojos brillantes.
-Te lo compraré- abre los ojos como platos.
-No es necesario, puedo hacerlo.
-Quieri darte un regalo- sonríe.
-Gracias.
-Es un gusto complacerte- ladea la cabeza.
-Parece que has cambiado de estrategia, tu forma de ligar- enarco una ceja.
-¿Te parece?
-Si- responde firme.
-Puedo sorprenderte ¿Sabes?
-Lo se, cómo lo hiciste con Fiona- arrugó la frente.
-¿Que?
-Si, me parece que te costo rechazarla. Y solo querías impresionarme.
-No me costó, y no lo hice para presionarte. Solo no quise, y no quiero conocer a nadie.
-¡Solo a mi!- lo dice en burla.
-Si te digo que si, ¿Me creerás?
-No.
-Te haré cambiar de opinión- afirmo.
-Algo me dice que harás cosas que nunca has hecho antes.
- Creeme he hecho de todo- rodea los ojos.
-No me refería a eso- le lanzó una sonrisa pícara.
