Es sincera

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Estoy fuera de mis casillas, caliente y fuera de si. Mierda, quiero ir a buscarlo pero no sé en dónde, no tengo idea en dónde vive, y no quiero llamarla porque lo más seguro es que no quiera contestar.

Me siento en las escaleras, apoyo los codos en las rodillas y llevo las manos a mi cabeza. Me quedo así por unos minutos, solo escuchando mi respiración y de repente los sonidos de los autos se unen.

No quiero pensar en lo que paso, ni en sus palabras, porque seguiré cabreando. La bailarina me hace sentir bien pero así mismo, me arrastra a la irá. Y no debería hacerse la digna después de lo que me dijo, ¿Que esperaba? Por supuesto que iba a reaccionar mal y no me iba a decir nada lindo.
Dejo caer las manos y luego me levanto de golpe. Saco el celular del bolsillo y quizás no tenga mucho éxito, pero debo intentarlo. Vuelvo a sentarme una vez que lo tengo en mis manos.

-¿Estás dormida?

Por favor, que responda necesito una distracción.

-No, ¿Que ocurre?

-¿Te gustaría dar una vuelta en mi auto?, No puedo dormir y necesito salir un rato- miento.

-Esta bien, tampoco puedo dormir- suspiro de alivio al ver que acepto mi invitación.

-Paso por ti en unos 40 minutos.

-Ok- es lo único que envía.

Empiezo acomodar la ropa y salgo de la casa. Presiono las llaves y más luces del auto se enciende.
En todo el trayecto del camino no pienso en la bailarina, ni en sus palabras. Y ahora no quiero saber nada, solo quiero ver a Anahí, es lo único que necesito ahora.

Cuando llegó a su casa, ella me espera fuera. Llega puesto un abrigo gris y un pantalón rojo. Se abraza a si misma.
Le abro la puerta.

-No debiste esperarme fuera- comento.

Ella empieza a deslizar sus dedos por el pantalón para obtener calor al rozar de arriba abajo.

-No me trates como si fuera frágil- pone los ojos en blanco y se me viene el apodo que le puse a ella.

Sujeto sus manos y me las llevo a los labios y proporcionó calor. Ella me mira con los ojos abiertos de la sorpresa por lo que acabo de hacer, pero no retira sus manos.

-Ojitos blancos, tus manos están congeladas- vuelve a poner los ojos en blancos pero está vez acompañando una sonrisa.

Sigo dando calor a sus manos hasta que deje de estar entumecidos por el frío.
Cuando están a una temperatura normal, me los llevo a la mejilla.

-Mucho mejor - digo.

-Gracias- murmura.

-¿Tienes algún lugar pensado?- le pregunto. Ella retira sus manos y las coloca en sus muslos.

-No, ¿Y tú?

-No, pero que nos lleve el camino- se ríe.

-Bien, conduzco sin rumbo alguno- le guiño el ojo y salimos a la carretera sin lugar de destino.

-¿Por qué no podías dormir?- me pregunta Anahí.

Suspiro.

-Muchos problemas y como está mi familia, me tiene un poco mal- no le digo la verdadera razón pero si una verdad.

-Nicole, estuvo preguntando por ti, no te lo dije antes porque... Estabas tan distraída que pensé que no prestaba atención.

-Si te escucho, no lo dudes- sonríe de lado.

-¿Por qué no hablas con ella?

-No, ambos somos muy orgullosos. Y ella dijo cosas que...- no necesito recordarlo, voy a empeorar mi estado de ánimo y tampoco quiero arruinarlo con Anahí- me hirieron, no lo esperaba de ella. No después de todo lo que he hecho. Sé que volverá solo que no me gusta en la forma que lo hará.

Devuélveme El Corazón.Where stories live. Discover now