Maldito viejo, le pago demasiado por la bailarina para que sea solo mía, y ahora resulta, que la dió a otro cliente. Cretino. Lo mataré con mis propias manos, si me llegó a enterar que ese mal parido, la tocó. No. Nadie más que yo debe de tocarla, además dudo que quiera tener sexo con él ¿La obligaría? Y si, no le queda de otra y se atreve a follar con él tipo. Me inundan los celos. Aceleró. Ese maldito lugar, está lejos y busco un atajo en el mapa. Solo 5 malditos minutos, me ahorra del viaje. Golpeo el volante.
Llamo a la bailarina, necesito que esté al teléfono. Timbra, pero no responde. Mierda. Vuelvo a llamar, y esta vez al imbécil del encargado. Contesta.
-Ho...
-Le pago, una cantidad fuerte para que la bailarina sea para mí y ahora resulta, que está con otro hombre- gruño.
-¿Que? ¿Cómo se a enterado?- pregunta nervioso y tartamudeando.
-Idiota, más vale que llames al hijo de puta, que está con ella y que se largue de una vez. No quiero que la toque. Si lo hace, estarás muerto- amenazo.
-Si... Señor, lo lamento.
-Hagalo ahora, espero su llamada en menos de dos minutos- ordeno.
-Si- cuelga.
La luz del semáforo, se pinta de color rojo y no pienso detenerme. Ella me necesita.
Vuelvo a llamarla y no me contesta.
No saber de ella, y que está pasando, me pone impaciente. Demasiado.
Mi móvil suena, debe de ser él imbécil de Tómala.
-Lo llamo.
-Me llamaron, querrás decir. Alfonso ¿Cómo pudiste cancelar el viaje?- grita y no estoy de ánimo de escuchar sus quejas.
-Ahora no- exclamo y cuelgo. No tengo tiempo para escuchar sus ridículas rabietas.
Vuelve a sonar el móvil. Está vez, verifico que sea Tómala o mi bailarina.
-¿Si?
-No puedo comunicarme, disculpe- mi odió, se enciende tanto que me quema la piel.
-Mande a unas de sus prostitutas a esa casa, para que le saque su calentura y dejé tranquila a mi bailarina.
-Si, lo haré- cuelga.
Maldito, viejo de mierda, no sirve para nada.
El auto gris que está delante de mi, obedece al semáforo que cambia de verde a rojo. Giro el volante a la izquierda, ya que está libre y me paso de nuevo la roja. Miro el mapa y estoy a 40 minutos. Aún es demasiado tiempo.
Llamo a la bailarina y sigue sin responder. Una chica, está cruzando la calle con su mascota, quien está detrás de ella a un metro. Lo voy arrollar, presiona la bocina del auto, muchas veces, abre sus ojos como platos y el pánico invade su rostro. Oh, por favor, que reaccione rápido. Me obligara a bajar la velocidad, lo que menos quiero es que me lleven detenido y no poder salvar a mi bailarina exótica. Sigo presionando la bocina, para que reaccione, ella mira atrás y agarra su perro, corre hacia la vereda, para estar a salvo. Cuando paso, por su lado, escucho su grito "Estúpido", un insulto ridículo para esta situación. La bocina, no deja de sonar, a todos los autos, les obligo apartarse de mi camino e igual que la chica me gritan y sus insultos, son demasiados groseros.
Los malditos autos, se siguen interponiendo en mi camino. Y no hay más atajos. En el mapa, me dice que estoy a 28 minutos, y siento que llevo más de una hora conduciendo.Es hora, de hacer mi propio atajo, giro a la derecha a pesar que esta prohibido. La voz empieza a escucharse en todo el auto "carril equivocado, por favor, volver a su carril" Y repite lo mismo. Vuelvo hacer mi propio carril y esta vez, en cuestión de segundos, ahorre 10 minutos y ahora solo me quedan 18 minutos. Hago otro atajo más y vuelvo al carril correspondiente.
YOU ARE READING
Devuélveme El Corazón.
RomanceAnahi y Alfonso con personalidades iguales, descubrirán que no son sólo un deseo. No podrán salvarse de su propio remolino de pasión, ni siquiera pueden detenerlo.