Antes de que abra la puerta alguien más lo hace. Es un hombre alto, muy bien vestido, su postura es de alguien capacitado para estás situaciones. Es un guardia y no alguien de la limpieza, no es uno de lo nuestro. Lleva un arma al costado y no duda en sacarla y apuntarme con ella. Y no es él único en esa postura, sin darme cuenta también lo hice. No queria sacar el arma y mucho menos usarla. No soy un asesino y por el dinero no lo seré.
Dejo la bolsa en el suelo.
-Baja el arma- ordena con voz fuerte.
-Baja tu, el arma, no quiero herirte.
Por su radio, presiona el botón e intenta llamar a los demás. Y no lo voy a permitir. Me lanzo sobre el tipo y le obligó a soltar su arma, está cae al suelo a unos metros logré lanzarla pero también cae la mía. Pateó el arma muy lejos de nosotros. Empiezo a golpearlo en el cuerpo luego en la cara y este me empuja contra la pared y su puño viene directo hacia mi rostro, evado el golpe y este se da con la pared. Le doy rodillazo entre sus piernas y se queja del dolor, pero no cae al suelo. Y con su codo alcanza a pegarme en la mejilla. Y él me manda al suelo. Caigo de rodillas y cuando alzó la mirada, recibo un patada y me manda totalmente al suelo.
El mira el arma que está a un metro de mi cabeza y luego me mira. Antes de que de un paso, lo golpeó con todas mis fuerzas pierna en su rodilla y se escucha como le rompo la pierna. Y cae a mi lado. Y como me dió a notar, es alguien que no se rinde. Me pongo de pie a toda velocidad y le arranco la radio, y lo dejo sin ningúna comunicación.
Agarro mi arma y la guardo en el costado de la cintura. Luego agarro su arma y le saco las balas, las guardo en mi bolsillo y el arma le entrego.
-Toma, si él te ve indefenso, no dudará en matarte- le aviso. No la sujeta- haya tu- salgo corriendo con el dinero. Lo meto en basurero y voy hacia el baño de los trabajadores de limpieza que está fuera. Agarro la bolsa y me cambio deprisa, me quito el antifaz, con muchas dudas. No sé si ya recuperarían las cámaras. Aunque ese tipo dijo que tardarían, aún así no me siento confiado. Odio cuando salen las cosas mal.
Se escucha un disparo.
Eres un idiota, Richard- grito en mi interior.
Luego se escucha más disparos.
-Maldicion- grito. No sé si quedarme aquí o salir.
Vamos Alfonso, no te paralices. Se empiezan a escuchar las sirenas de policías.
No, no, no.
Decido echar un ojo y veo algunos entrar por la parte de atrás y la bolsa de dinero a desparacido.
La gente empieza a rodearnos. Me voy a mezclar entre ellos. Otras personas corren. No es buena idea que escape, se supone que estoy hospedado, no tiene sentido que corra y no regrese.
Cuando estoy entre la multitud, los policías entran por la puerta principal.
-¿Que a ocurrido?
-Han robado al casino- informa otro mientras se orina del miedo.
-No lo puedo creer.
-Dicen que mataron a uno- me paralizó. El guardia, no creo que ese imbécil se haya atrevido para tanto.
-¿A quien? ¿Un policía?
-No, a uno de ellos- vuelvo a mirar con angustia hacia donde esta la puerta.
-¿Qui...?- es mejor que no siga preguntando.
-Debieron de matar a todos- dice con odio, otro señor- malditos delincuentes, no pueden trabajar y ganarse el dinero con su esfuerzo y no robando a los demás.
-Es verdad- comenta una mujer.
-Debemos de irnos, no quiero seguir hospedada en este hotel. Es inseguro para nuestros hijos- solloza una mujer que lleva puesto un vestido verde corto y se a hecho una coleta. El esposo la abraza y le da consuelo.
-Por fortuna, no estuvieron aquí, fue una gran idea dejarlos que vaya con su abuelo de compras- la mujer asiente.
-Vamonos de aqui- se deshace de sus brazos.
-Por supuesto, cariño- entran al hotel, pero la policía no les deja seguir. Interfieren en su camino y empiezan a buscar por todas partes.
Una ambulancia y medicina legal, acaban de llegar. Me quedo aún y alguien sale y es él guardia, pero con una mano se toca el hombro, y su dedos hay mucha sangre. Está herido. Los enfermeros lo atiende y lo llevan a la ambulancia. Luego los de medicina legal, van con la camilla. No quiero ver, si es Eduardo quien sale por ahí, me voy a descompensar, así que no puedo quedarme. Cierro los ojos por unos breves segundos y luego miro hacia el suelo.
La ambulancia se marcha y se lleva al guardia.
Camino hacia el otro lado, los policías están dejando entrar al hotel, menos en el casino. Todos los empleados están afuera. Una chica se pasa un algodón por la frente y luego por la nuca. Una anciana llora y me recuerda a la señora del banco. Una empleada se desmaya y la empiezan a auxiliar rápidamente. Respiro profundo y en mi interiores pido perdón por lo que les ocasionado.
"En serio lo lamento"
Voy hacia el ascensor, pero son muchas las personas que hacen la fila. Así que subiré por las escaleras. Y de igual manera hay tráfico por las personas. Suspiro.
Escucho a muchos como maldicen a nosotros. Lo acepto, de verdad. Pero no acepto cuando dicen que debieron de matar a todos y no solo a uno. Ellos no saben, que Eduardo y yo fuimos obligados, los otros fueron por su ambición, su maldita codicia. Así que no deberían de juzgar si no saben nada.
Mi móvil empieza a sonar, pero no contesto. No quiero hablar con nadie, no tengo ánimos de nada.
Llegó al fin a mi departamento, que juraría que tarde una hora en subiros pisos. Dejo el móvil en el sofá sin ver la llamada. Me voy a dar una ducha para sentirme un poco mejor.
Dejo que el agua corra por mi piel. Pienso en todo lo sucedido, y la angustia de saber quién es a quien asesinaron pero me aterra saber que fue Eduardo. No dudaría que Richard, lo haya dejado atrás y seguro lo único que pudo rescatar fue su dinero.
Mi móvil, sigue sonando pero no respondo. Hoy me desconectare del mundo. Mañana estaré preparado para lo que sea. Y espero que no esté registrado en las cámaras.
Cuando estoy a punto de acostarme alguien golpea la puerta. Y con un suspiro voy a ver quién es.
Es un empleado.
-Buenas noches, señor.
-Buenas noches- contesto mientras me pasó la toalla por el pelo.
-Perdon por molestarlo, ¿quería saber si le falta algo de su departamento?
-No, todo está en orden.
-Bien, me alegro.
-Buenas noches- se despide.
-Una pregunta- necesito tener un poco de tranquilidad.
-Digame.
-¿Cómo pudieron entrar? ¿Las cámaras de seguridad, están de adornos?- digo muy molesto pora situación.
-Las camaras funcionan, pero no son novatos y fueron muy astutos de desactivar las cámaras.
-Entonces no tienen a nadie- meneo la cabeza con desaprobación.
-Por el momento no, los policías se están encargando de ver en las otras cámaras de afuera.
-Bien, espero que los atrapé pronto. Se supone que este hotel y el casino son muy seguro.
-Lamento mucho que haya tenido una ma experiencia. Se le darán una gratificación por esta noche.
-No la necesito, no sé preocupen. Mejor compren más camaras y contraten más personal- no me gusta actuar tan déspota.
-Lo lamento.
-Ya lo dijo. Buenas noches- cierro la puerta.
Por lo menos estoy algo tranquilo al saber, que ese sujeto hizo bien su trabajo y pudo desactivar las cámaras.
Decido no vestirme, me lanzo a la cama desnudo y dejo que me embargue todo el sentimiento de culpa y de asco que me tengo. Ya no quiero volver a esto, es horrible sentir así. Por eso me negué muchas veces, no quiero y está vez no me va a obligar. Cuídare muy bien a mi familia, si me toca contratar guardaespaldas lo haré. Pero no me tendrá en sus manos de nuevo. Ya no.
Es la noche más larga de toda mi maldita vida.