Terminamos con la cena, antes de salir del restaurante comienza a sonar una canción que logro reconocer, la he escuchado antes, tiene una melodía bonita y puedo entender lo que dice... Me enamoro de ti mi mejor amigo, canta la mujer. La recuerdo porque escuché a una chica en el internado cantarla.
-¿Quieres que te vaya a dejar? –pregunta dudando de sus palabras, deseando que la respuesta sea que no. –Porque personalmente no quiero que te vayas, podríamos ir al hotel...
Río. -¿Sabes que eso es muy tentador, verdad? –hace una pequeña risa. –Me encantaría ir contigo, pero no quiero tener problemas, aunque podría ir por un rato. –respondo coqueta.
-Un rato, un día, dos días, toda una vida junto a mí... -lo callo con un beso, esos labios tentadores.
Nos subimos a un taxi y hacemos camino al hotel en que se hospeda mi novio... mi novio, que bonito suena. Quiero que mis dedos se enreden en su pelo, que mi boca no deje de tocar la suya, le deseo y no me avergüenzo de ello.
Llegamos al hotel, entramos prácticamente corriendo, entre ambos hay fuego y ninguno quiere que apague. Mientras subimos en el ascensor nos besamos como si se nos fuera a acabar la vida si no lo hacemos, nos detenemos al abrir la puerta de la habitación, pero al cerrar la puerta todo se vuelve cálido, fuego, pasión.
Me sostiene entre sus brazos, mis piernas se cruzan a la altura de su cadera y mis manos cumplen su objetivo de enredarse en su cabello, me quita el vestido en un segundo, y rápidamente le digo adiós a lo que me estorba, o sea la camisa que lleva, aunque la ropa se nos vuelve un estorbo. Me recuesta en la cama, besa mi cuello, mis pechos, mi estomago, todo mi cuerpo, llenándome de un placer infinito, me dejo llevar por el calor de sus besos, esos que extrañaba tanto, que me hacen olvidar todo. De pronto el juego cambia y soy yo quien recorre su cuerpo, nos envolvemos de deseo, de pasión, de amor, nos hacemos uno, beso su cuello y deja escapar un gruñido, ambos hacemos nuestras jugadas, ambos llegamos al climax.
-Eso estuvo increíble. –Zayn comenta con una enorme sonrisa. Lo único que puedo hacer yo es devolverle la sonrisa.
Estoy tan cansada, que no aguanto mucho y me duermo.
Narra Zayn.
Ella descansa entre mis brazos, la observo dormir, esta noche se hace cada vez más perfecta a cada segundo, me siento humano, vivo, escuchar su respiración me tranquiliza, de apoco siento como el sueño llega a mi cuerpo, y me uno a ella en un dulce sueño.
Todo va bien, hasta cuando siento que alguien se mueve, me asusto al no sentirla a mí lado.
-¿Qué pasa? –pregunto con voz ronca.
-Me quedé dormida –responde mientras busca su ropa. -¡Son las cinco! Debo irme –corre por la habitación.
-Cálmate ____ -rio un poco.
-Me puedo meter en problemas Zayn, me pueden regresar a Londres. –suspira afligida.
-Tranquila, llamaré un taxi, ¿bien? –ella asiente. –vístete tranquila.
Mientras pido un taxi, la observo vestirse, parece realmente complicada, tampoco quiero que tenga problemas por mi culpa.
La veo lista, me pongo rápido la ropa y la acompaño al taxi.
-Todo estará bien, avísame cuando llegues. –la beso.
-Sí, te amo. –me besa de vuelta.
-Te amo también.
Narra _____.
Voy nerviosa en el taxi, asustada de que me puedan pillar, aunque no me arrepiento, tuve una noche increíble. Le agradezco al chofer y cuando voy a pagarle, no me recibe el dinero, porque Zayn ya le había pagado, ¡Maldito Zayn!
Observo bien antes de entrar, no hay nadie, ingreso rápido y silenciosa, tengo que llegar al tercer piso sin que nadie me vea, corro por las escaleras sin zapatos, por suerte llego al tercer piso sin que nadie me ve...
-¿Dónde andabas? –alguien me pregunta, es la voz de una chica.
-Fui a tomar aire... -es lo primero que se me ocurre.
-¿Vestida así? –miro mi ropa. –Ok, no me digas, tuviste suerte que nadie te viera, tranquila no diré nada.
-Gracias. –digo casi en un susurro.
Logro entrar a la habitación, las chicas aún duermen, me pongo pijama rápidamente y me meto en la cama, me quedan dos horas para levantarme si que aprovecho de dormir.
(...)
Corro por el comedor para encontrar a Ronald y contarle sobre la cena con Zayn, obviamente omito lo que hicimos en la habitación, eso lo guardo para mí.
Se pone feliz por mí y me acompaña a clases, ya nos queda una semana y media, por lo tanto nos quedan las últimas notas e iremos al vaticano, estoy ansiosa por conocerlo.
-Tengo dos certámenes esta semana, y con eso cierro las notas este semestre. –le cuento a Ronald.
-A mí... pues a mí me queda un certamen y un trabajo, más el proyecto. –me contesta. -¿terminaste el proyecto?
Asiento. –Me queda revisarlo, por si es que me faltara algo o encontrara un error.
-¿Podrías ayudarme con el mío? –me pide con ternura.
-Obvio que sí. –me abraza. –si me tienes chocolate. –hago un intento de ponerme seria.
-Chocolate habrá –reímos.
El día pasa y ya he acabado con las clases de hoy. Me muero de ganas de hablar con Zayn, sí que lo primero que hago es llamarlo, hablamos un montón, me dijo que más tarde pasaría a despedirse, ya que debe volver a Londres y seguir con su trabajo.
Recibo una llamada de Cora, me pone feliz hablar con ella, aunque ella llama para contarme que su abuela está grave, sí que me toca a mí esta vez consolarla y me entristece no estar ahí para acompañarla, le comento que pronto estaré de vuelta y eso al parecer le da un poco más de energía.
Después de cenar, espero por Zayn, dijo que estaría aquí en unos cinco minutos. Aún puedo sentir sus besos en mi cuello, esos besos mágicos que son capaces de enloquecerme y llenarme con emociones infinitas.
Me encuentro en el jardín, observo como un grupo de chicas se toman fotos, extraño esos momentos con mis amigas, solíamos hacer eso o grabar vídeos.
-¿Tarde? –reconozco al instante la voz de quien me sorprende.
-Para ser inglés no eres nada puntual –rio. Lo quedo mirando como devorándolo con la mirada, hasta que me lanzo a besarlo.
-Yo también te extrañaba –ríe con ternura. Vuelve a besarme. –Extrañaba poder besarte cuando quisiera, las veces que quisiera... aquí estás, eres mía nuevamente. -Hace esa media sonrisa que es coqueta y con apariencia de triunfador.
-Jamás dejé de serlo. –confieso.
Recorremos los jardines tomados de la mano, me siento protegida a su lado, como si nada pudiera hacerme daño. Algunas chicas y chicos también al verlo le piden algún autógrafo o una fotografía. Nos acomodamos en unos columpios, uno al lado del otro y comenzamos a balancearnos como dos niños pequeños, irradiamos felicidad, juntos somos felices y me da igual si a alguien le molesta, pues tengo a la persona correcta a mi lado y con eso me basta.
—————————————
¡Chicas! creo que me he enamorado jajaja
Bueno, en fin, les deseo una buena semana, yo no tengo clases jiji :)