Sigo a mi hermana en el auto. Estamos yendo para la grabación del video de Anahí. Nicole y mi madre están muy emocionadas, ya que por primera vez, verán como se graba un vídeo musical. Es la primera artista que se hizo amigas de ellas. Hemos tenido unos que otros actores, pero normalmente se encarga los representantes y no ellos en persona. Quizás ellas tengan razón. Anahí, es diferente.
Estacionamos los coches fuera de una casa. Y hay varios autos a nuestro alrededor.
-¿Es la casa de ella?
-No.
-¿De quién es?
-Del representante de Anahí- subimos unos cuantos escalones.
-Gana bien, siendo el representante- veo la enorme casa.
-¿No fuiste una vez a la casa de Anahí?- pregunta mi madre.
-No.
-Si. Alfonso acuérdate que una vez te dije que me acompañes antes de ir a la empresa a dejar unas cosas- hago memoria.
-No presté mucha atención a la casa- increíble, ya había ido a su casa y ni siquiera me acuerdo de su dirección, estaba distraído aquel día. Ni siquiera me fijé con quién hablaba mi hermana. Cuando lo hice, ella ya había cerrado la puerta.
-¿Cuál era su dirección?- estamos en la puerta y mi madre está a punto de tocar el timbre. Cuando un hombre nos abre la puerta y está apurado. Abre los ojos como platos al vernos. Lleva en sus manos cables.
-¿Ustedes...?
-Que pasen- grita un hombre. El sujeto que está de apuro, se hace aun lado y nos deja ingresar. Y luego sale corriendo y desaparece en segundos de nuestra vista.
La tranquilidad que parecía desde afuera solo fue un engaño. Dentro, todos están corriendo. Se escuchan muchas voces, bueno gritos.
-Eso no va ahí. Eres torpe- grita un señor mayor que lleva la camisa de productor.
-Lo siento- se disculpa la chica. Es muy mona.
-Hola, es un gusto que estén aqui- habla el señor de traje con corbata roja. Sonríe de oreja a oreja. Como si nos conociera desde siempre. Quizás a ellas, pero aún así no es lo suficiente para que tenga una sonrisa de familiaridad.
Algo de este sujeto, no me agrada. Y debe de ser alguien de doble cara. Los reconozco enseguida. Porque también soy así. Alguien que ha robado, que ha hecho sufrir a las personas tiene una empresa y mi fortuna, se debe al sufrimiento de otros. Aunque el banco no tanto. Pero si las personas que sufren al estar presente o sus empleados. Igual que esa señora. Cierro mis ojos unos segundos. Espero que esté bien y no me haya pasado nada malo, por nuestra culpa.
Después de lo sucedido, no quise averiguar. Si la señora... No, no. Mejor no pienso en eso.
-Alfonso- exclama mi hermana. Y la observo. Ella, señala con la cabeza hacia donde está el señor. Y él, está con su mano extendida.
-Oh...- extiendo la mano y estrechamos.
-Soy Marcelo Guzmán- se presenta.
-Alfonso Narváez.
-Un placer conocerlo al fin- no digo lo mismo. No soy hipócrita.
-¿Al fin?
-Su hermana y su madre, siempre hablan de usted.
-Siempre lo hacen- se ríe a carcajadas y ellas lo imitan. Definitivamente, alguien de doble filo. Hay algo en él, que me recuerda a Ricardo.
-¿Anahí?- pregunta mi madre.
-La están maquillando.
-Quedara preciosa, como siempre.
-Ya es preciosa- agrega. En su tono de voz, se identifica la lascivia en sus palabras.
Será uno de los representantes que se acuestan con las mujeres y así hacerlas famosas.
Al final, Anahí, no es tan diferente como dice mi hermana.
-Ya está lista- grita una mujer que baja las escaleras que están a unos cuantos metros.
-Bailarinas en sus posiciones- grita el productor. Eso dice en su asiento con letras grandes y blancas.
Y todo se vuelve de nuevo un caos. Corren y retirar los cables que podrían verse en las tomas. Apagan unas luces, y dejan encendidas otras, lo suficiente para poder ver.
-Esta hermosa- susurra mi madre. Y todos observamos hacia las escaleras.
Y su belleza, parece iluminar alrededor y se puede ver con muchas claridad. Lleva puesto un vestido blanco que le llega hasta los muslos, es muy corto. Si metiera mi mano debajo de ese vestido, y solo unos cuantos centímetros le tocaría su clítoris. Mi corazón empieza a bombear más rápido. Su vestido lleva en medio un cierre plateado. Y está decorado con una imitación de perlas. Sus zapatos hace juego con el vestido. Está increíble. Esta mujer es una preciosura.
Miro al representante y está babeando por ella. Está que se la come con la mirada. La observa de una forma tan morbosa. Que me dan ganas de pegarle en su rostro para que así deje de mirarla. Se pasa la lengua por los labios, y juro que las ganas de pegarle aumenta. Siento que es un abusador. Presiono la mandíbula. Y fijo la mirada en él. A los pocos segundos me mira y sonríe.
-¿No crees que es la mujer más hermosa que has visto?
-Es la segunda mujer más hermosa- entorno los ojos.
-No lo creo.
-La primera es mi madre, por supuesto.
-Claro.
-Anahi, estás espectacular- la halaga mi hermana. Y la siguiente es mi madre.
-Mi reina, estás como siempre de hermosa- dice el sujeto. Ella lo mira y acepta su halago con incomodidad. Y da una sonrisa que es muy falsa. Anahí, no es una de sus chicas. Es un alivio. Solo espero que no la esté acosando. Un hombre no debería molestar a una mujer, cuando dice que no. En mi caso con la bailarina, es distinta. En sus ojos siempre me dicen que si. Y su cuerpo me demuestra que no me equivoco.
-Gracias.
-Ven acá, estrella- grita el director.
-Con su permiso- dice educadamente.
-Suerte- dice mi hermana. Anahí se ríe y asiente.
Las bailarinas salen de la casa.
-Deberianos movernos de aqui- dice Marcelo.
-Oh, claro- agrega mi madre.
El tipo camina hacia donde están las cámaras y lo seguimos. Mi hermana habla emocionada y mi madre también. Observan todo y no se pierden ningún detalle. Anahí, está hablando con el director, supongo de los últimos detalles. El escenario es de color beige y celeste. Los sillones son de color gris. Hay una mesa en medio y no tiene decoración. En la pared hay un cuadro y es la torre Eiffel en un atardecer.
Una chica que lleva puesto unos cascos, trae un jarrón con claveles . Y lo coloca sobre la mesa. Le dan unos últimos toques a Anahí, le colocan una bata que cubre el vestido. Se acuesta en el sofá.
La chica vestida de negro, que lleva puestos los cascos. Suena la tableta y al mismo tiempo suena la música. Anahí finge estar dormida. Y suena el timbre tres veces. Ella se frota los ojos y se sienta, mira el reloj que está a su lado derecho y no me había fijado en que momento lo colocaron. Abre los ojos como platos y se pone de pie muy feliz y empieza a mover sus labios diciendo lo que dice en la música. Camina bailando hacia la puerta y da unas vueltas, antes de abrirla. Alza sus manos y sus bailarinas también. Una lleva whisky en sus manos, otra tiene un cigarrillo en sus dedos, se lo lleva a la boca e inhala el humo, lo mantiene y se lo hecha en la cara a Anahí. Ella le regaña con la mirada un segundo y luego la abraza y se ríen. Las demás pasan. Cuando vuelven a la sala, Anahí se quita la bata y el sillón, la mesa y el cuadro ya no está. Definitivamente, son muy rápidos. Ahora está un Dj, y Anahí se coloca a su lado y empieza a bailar. Sus movimientos son tan sexy. Se coloca detrás del Dj y lo abraza por la espalda. Sigue moviendo sus labios. Sus manos están debajo de su camisa y empieza alzarla. Sus abdomen están bien marcados y Anahí los presiona y se muerde el labio. Luego su boca va hacia la oreja del chico. El de sonríe. Y ella se aleja con una gran sonrisa. Se va dónde las bailarinas y empiezan a rodearla y finge preguntar sobre lo que sucedió allá arriba. Ella voltea y le lanza un beso. El chico disimula un desmayo y se detiene la música. Ellas se ríen y salen del escenario.
-Corte- grita el director.
Las maquillista se acercan a Anahí. Una seca el poco sudor que tiene en la frente y le dan un retoque.
-Las bailarinas, necesito que crean que están en una fiesta. Lo hicieron bien, pero háganlo mejor. El calentamiento, estuvo genial- ellas vuelven a salir. Aparece de nuevo el mueble, la mesa, el jarrón, el cuadro. Falta otro detalle.
Vuelven hacer la escena y cuando Anahí se levanta, mira a su lado derecho y se ríe. No está el reloj.
-Corte. ¿Dónde está el reloj?- grita furioso el director.
-Lo siento- dice la chica y coloca de inmediato el reloj de pared. Anahí, le da una mirada cálida, mientras la chica está apenada.
-Empecemos- grita el director. Vuelve a sonar la claqueta.
Anahí, vuelve con su energía y hace lo mismo de hace un rato. El humo del cigarrillo está vez la hace toser y vuelve a gritar el director.
-Deben de quedarse con la primera toma- añade, Nicole.
-No, ellas pueden hacerlo mejor. Además recién empieza. No es bueno escoger la primera que salió de suerte. Al final, entenderás. Y ellos son los que saben, no hay que meterse en su trabajo. Ellos son los profesionales- demanda Marcelo.
-Si, tienes razón- inquiere Nicole.
Vuelven a grabar por cuarta vez y salió bien. Pero el director, quiso que se vuelva a repetir.
-Ya tenemos las toma. Ahora al jardín ¿Está todo?- pregunta el director.
-Si- dice la chica que lleva la claqueta.
Todos salimos al jardín. Es grande y está decorado con muchas luces y hay una piscina con cascada artificial y a los costados un jacuzzi.
Vuelven a grabar y la energía se enciende junto a la música. Las chicas se colocan en el umbral de la puerta y se quitan las prendas. Anahí se baja el cierre y el vestido cae al suelo. La respiración se acelera y trago saliva. Es la segunda vez que la veo así. Pero está vez, no tiene vergüenza. No entiendo por qué grito al verme. Hay varios hombres mirándola y comiendosela con la mirada. Las bailarinas tienen lo suyo, pero ella brilla más que las demás. Y su silueta es más curviada y sus tetas son más grandes que él de las otras.
El dj se acerca con una copa y le entrega a Anahí. Ella le sonríe coquetamente y este pasa la mano por su cintura. Y la lleva dónde estás las otras chicas bailando. Y saltan, ríen, se lanzan a la piscina cuando se termina la canción.
Vuelven a grabar y en cuestión de minutos, está seco el cabello de las bailarinas. Hacen la toma 3 veces más y luego finaliza el vídeo.
-Terminamos- anuncia el director. La cubren a Anahí, con la bata. Y ella se dirige dónde está el director y mira las últimas tomas. Nicole, está a su lado en cuestión de segundos y también observa la toma. Ambas hablan y están felices.
-Mañana volveremos a filmar- dice Marcelo.
-¿Otro más?
-Si, necesitamos lanzar dos videos musicales. Bueno tengo que ir, tengo asuntos que resolver.
-Pero...- mi madre mira el reloj que está en su muñeca- si son las diez de la noche- exclama mi madre.
-Tengo mucho trabajo, debo de ganarme la vida. Nos veremos en otra ocasión- asiento. Mi madre le da una sonrisa y el se marcha hacia donde está su artista. Se despide de ella con una abrazo, y ella se lo quiere quitar encima. Con disimulo se hace aun lado. Nicole, no parece notarlo.
Se va el representante y Anahí, parece estar más cómoda. Se aproximan a nosotros.
-Lo has hecho fantástico- comenta mi madre.
-Gracias, ¿Se notaron los nervios?- pregunta.
-No.
-No parecias nerviosa- habla Nicole.
-Lo has hecho bien, realmente tienes talento- me mira y hay una pizca de vergüenza.
-Vaya, gracias ¿Y que tal su primera experiencia?
-Es fantástico. Me pareció interesante, estar en un filme.
-Y mañana, tienes otro. Vas a estar agotada- ella mira confundida.
-¿Otro? ¿De qué hablan?- frunzo el ceño.
-Tu representante acaba de decirnos que mañana tienen que filmar otro vídeo.
-Oh, no...- su cara de aturdida pasa a enfada. Quiere contener su expresión pero no lo logra con éxito- bueno, a veces , así toca- se encoge de hombros.
-Nosotros nos retiramos- dice Nicole.
-Gracias, por la invitación- le agradece mi madre.
-Me gusta que estén aquí. Es mejor, que estén extraños a mi alrededor.
-Hola, no me presenta a tus amigos- interrumpe una de sus bailarinas, quien no deja de coquetearme con su mirada y movimientos corporales.
-Si, ella es Nicole, mi diseñadora, ella es su madre Catalina y su hermano Alfonso, quien maneja la empresa- se le abre más los ojos y está vez si codicia está en sus ojos.
-Estoy cansado, deberíamos irnos- y doy por entendido que no me interesa que se presente. Poso los ojos en Anahí, y en su rostro no hay expresión
-Mi nombre es Fiona- no le quedo claro. Que no quería que me la presenten.
-Adios, Fiona- ella me mira molesta.
-Lo has hecho genial- cómo siempre mi madre, un amor.
-Gracias.
-Te llamo para vernos- me despido de Anahí con un beso en la mejilla. Su perfume es delicioso.
-Mmm- se queda sin palabras y le sonrío.
-Nos vemos. Si podemos, estaremos mañana. Y si no, desde ya te deseamos suerte- se despide Nicole.
-Cuidencen.
No me despido de la bailarina Fiona, quien se queda haciendo pucheros por no prestar suficiente atención a ella.
Al salir, ambas me dicen que fui grosero y Nicole, estaba sorprendida que no le pida el número a esa chica. O que no la haya montado en el coche e irme a un hotel con Fiona. Realmente, está a sorprendida.
Se burlaba que quizás mi cuerpo no funciona bien. Y que no quería que Anahí se entere de mis problemas sexuales. Por suerte, no tuve que escuchar mucho.
Al día siguiente no pude ir al vídeo. Nicole y mi madre si. Pero tenía que encargarme de algo. Solo le mandé un texto a Anahí. Y también la invite a comer y acepto.