La lucha de una Madre Búho...

By JahirTemple

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Bajo una tormentosa lluvia en medio de un oscuro bosque, una recién nacida Luz fue abandonada por su madre en... More

Cap. 1 - Abandonada
Cap. 2 - Hogar y familia
Cap. 3 - Aprendiendo a ser madre
Cap. 4 - Tía Lilith
Cap. 5 - ¡La primera palabra de Luz!
Cap. 6 - Celos y el primer cumpleaños
Cap. 7 - La primera "amiga" de Luz
Cap. 8 - ¿Por qué no me parezco a mamá?
Cap. 9 - ¡La buena bruja Luzura!
Cap. 10 - Terrores nocturnos en una noche de locos
Cap. 11 - Hechizo de Luz
Cap. 12 - Amity, la nueva aprendiz
Cap. 13 - Camila Noceda
Cap. 14 - ¡El primer encuentro con la rival de Luz!
Cap. 15 - Duelo cancelado
Anécdotas de la madre búho
Cap. 16 - Ocultar los sentimientos, mantener las apariencias
Cap. 17 - Enfermedades humanas, no de brujas
Cap. 18 - Ser una mejor madre
Cap. 19 - Cumpleaños número trece de Luz
Cap. 20 - La aterradora bestia búho
Cap. 21 - Siempre seré tu madre
Cap. 22 - Lilith, Luz, y la crisis de los cuarenta
Cap. 23 - Quiero mi propia vida
Cap. 24 - Eda, búho espía maga bruja rebelde adolescente
Cap. 25 - Día de la madre's
Cap. 26 - Mi tierna morena de lentes
Cap. 27 - Derroquemos al tirano
Cap. 28 - Abuela Gwendolyn
Cap. 29 - Azura lovers
Cap. 30 - Biblioteca humana
Cap. 31 - ¡Raine Whispers, aléjate de mi mami!
Cap. 32 - Amity vs Boscha... ¿vs Luz?
Cap. 33 - Mi amigo imaginario
Cap. 34 - Friends in Azura's style (1/2)
Cap. 35 - Azura's Book Club (2/2)
Cap. 36 - Reencuentro
Cap. 37 - Envenenando a mi enemigo
Cap. 38 - Despierta, Luz
Cap. 39 - Lo siento, mi pequeña.
🎃Hallowen con Luz y mamá búho
Cap. 40 - Te extraño, mami.
Cap. 41 - Cambios y tiempo de luto
Cap. 42 - ¡Nerd enamorada, nerd enamorada!
Cap. 43 - Hospital humano
Cap. 44 - El otro lado de la historia
Cap. 45 - La triste chica basilisco
Cap. 46 - Encuentra un hogar para Vee (1/2)
Cap. 47 - Hey, mi pequeña búho (2/2)
Cap. 48 - Emperador Dorado es un nombre tonto
Cap. 49 - Beso no tan accidental
Cap. 50 - Luz, una señorita bruja casi adulta
Cap. 51 - Superación y hermanos, ¡muchos hermanos!
Cap. 52 - Investigaciones sobre criaturas no tan mágicas
Cap. 53 - Mi papá es cool, pero...
Cap. 54 - La peor cena de la historia
Cap. 55 - Una incomodidad antes que una verdad
Cap. 56 - La verdad siempre sale a la Luz
Cap. 57 - Dos almas en pena
Cap. 58 - El destino de Luz
Cap. 60 - Resentimiento
Cap. 61 - Cicatriz
Cap. 62 - El diario del emperador
Cap. 63 - Juicio
IMPORTANTE LEER. Dibujo de mamá búho incluido 🦉

Cap. 59 - Querida hermana, ¿me odias?

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By JahirTemple

Paralelamente a los acontecimientos de Luz y compañía.

Casa de Alador.

Ese tono, el jefe de la familia Blight lo conocía muy bien. Con razón no lo tenía agendado en su pergamino, ni aunque lo ayudara una vez con el problema que tuvo Amity; jamás se lograría llevar bien con Darius.

—Qué onda —saludó el brujo de tez morena del otro lado de la línea—, pequeño grifo... ¿listo para confesar en voz alta? No seas tímido, todo esto está siendo grabado.

—Darius —masculló Alador.

—El mismísimo que te dejará en una celda, pudriéndote —mofó el moreno, en tono victorioso. Un poco más y se reiría.

—De qué estás...

— ¿Hablando? —concluyó la frase de Alador—. Pues verás, Blight, te hemos estado vigilando desde hace semanas.

— ¿Qué quieres decir con vigilando? —preguntó Alador, perdiendo un punto de su serenidad—. ¡Quién más trabaja contigo!

—Pues quién crees, solo el pobre chico al que asesinaste su único familiar. —Dio una pista. Avergonzado, Blight agachó la cabeza—. Ahora, cómo dicen en las películas, tienes derecho a guardar silencio y bla, bla, bla.

— ¿Crees que una patética llamada logrará intimidarme? —bufó retador, levantando la voz.

—Espera unos segundos y... —Darius alargó su frase. En un silencio incómodo, Alador hasta tosió un poco—. Por amor al Titán, lo ensayamos y esos tontos no llegan a tiempo.

Al instante, un sonoro "Ding, dong" invadió la sala de estar. Sin previo aviso, la puerta principal de la residencia fue forzada a abrirse. Un escuadrón completo de guardias del Nuevo Aquelarre del Emperador rodearon a Alador, levantando sus dedos para canalizar fuertes hechizos en caso el brujo quiera escapar.

— ¡Señor Alador Blight, es arrestado provisionalmente bajo los cargos de conspiración y presunto homicidio del antiguo emperador Belos! —habló el vocero del grupo con un cuaderno entre sus manos—. ¡La siguiente semana será sometido a juicio en la corte del Emperador Dorado y...!

—Detesto ese nombre —masculló Darius a través de la llamada—. Dejen los protocolos para después, espósenlo de una buena vez y clausuren su apestoso laboratorio del sótano hasta que criminalística llegue.

—Sean precavidos —advirtió un guardia desde el fondo—, ese sujeto ganó varios torneos de luchas mágicas. Si desea podría acabar con todos nosotros.

El brujo menor dudó en aprisionarlo debido a cierto detalle que verdaderamente lo atemorizó. Inconscientemente, por la rabia creciente en su interior, los ojos de Alador se tornaron de un púrpura brillante. La baba de abominación que manchaba su chaqueta de trabajo se desprendió de esta y empezó a levitar. El guardia dio un paso atrás, dejándole la tarea de aprisionar al Blight a otro, mucho más asustado que su compañero.

—Sí, hijo, será mejor que no me toques —intimidó Alador al otro guardia, segundos antes de que este coloque el metal en sus muñecas.

— ¿Es esa una amenaza a mis soldados? —cuestionó punzante Darius desde el pergamino—. Guau, eso es nuevo. A ver si puedes con este.

El moreno chifló, tras ese acto un guardia fortachón se puso frente al Blight. Eran casi de la misma estatura y Alador arqueó una ceja retadora. Para él era difícil saber si el guardia hizo lo mismo por culpa de la máscara.

—He tumbado tipos más grandes que tú —mofó Alador.

—Pues veamos qué tan hombre eres en contra de estos juguetes —comentó el guardia, extrayendo un pequeño control remoto color violeta de su capucha—. Sería una pena derrumbar esta bella casa con tus... no tan bellos hijos dentro.

Presionado el botón rojo principal del aparato, a la residencia llegó un abomitón gigantesco, fácilmente el doble del tamaño de cualquiera de los presentes, tumbando en el proceso la puerta principal. Alador entrecerró la mirada, confundido puesto juró que los últimos modelos luego de la explosión del castillo hace varios meses habían sido hechos chatarra.

— ¿Te sorprende? —habló Darius en tono sarcástico—. Tus inventos no son tan mediocres después de todo. Recatamos un último modelo para situaciones como estas, para cuándo traidor se resista a la ley. No te esfuerces en manipularlo, le puse un candado. Solo responde ante mí y mis guardias.

Alador bajó los brazos. El aura y el morado de sus ojos se diluyó rápidamente. Las amenazas en su contra y el contexto eran muy desfavorecedores, sumado peor que tenía a sus "indefensos" hijos en casa. Un enfrentamiento traería diversas consecuencias, tales como que Edric y Emira salgan lastimados o que Darius se aproveche y pueda acusarlo de oponerse a la autoridad, con pruebas y testigos por montón. El brujo tiró su pergamino al suelo y lo pisó, silenciando de esa manera la risilla maligna de Darius que empezaba a irritarlo. Puesto en jaque, Alador dio un paso al frente con la mirada siempre en alto.

En algún momento pasó por su brillante cerebro que una situación similar podría ocurrir. Después de todo, conspirar para vencer al mayor cáncer social/político de las Islas Hirvientes en secreto... tarde o temprano traería consecuencias. Por lo menos, si todo sale mal en el dichoso juicio frente al Emperador Dorado, tratará con todo su espíritu hacerse pasar como el único responsable. No obstante, el castigo por ello le aterraba. La pena de muerte sonaba algo capaz que un tipo del maldito calibre de Darius propondría como ejemplar castigo.

Sus niños... todo lo hizo por ellos, y no mentirá que también por su propia felicidad. ¿Por qué no puede gozar de eso toda su vida? Ante el temor de que horas antes haya sido la última vez que pudo haber visto a su amada Mittens, no le quedaba de otra que pedir ayuda justo a las brujas que no quisiera se involucren demasiado en el caso.

— ¿Papá? —Una vocecita desencapsuló al brujo de sus pensamientos.

Desde las escaleras, Emira se asomó junto con su gemelo. Asustados por la repentina irrupción de fuerzas del aquelarre en su casa, se prepararon en pose defensiva para protegerse.

Alador ladeó levemente la cabeza, mirándolos de reojo. Negó que interfirieran. Derrotados, los menores simplemente vieron cómo se llevaban a su padre sin oponer resistencia.

—Busquen mis contactos de emergencia —indicó Alador telepáticamente, mediante el comunicador secreto que Edric traía como arete.

Lo mismo para la gemela, pero esta lo llevaba en la gema de su pecho.

—Los amo... —murmuró el brujo. Los hermanos sintieron un fuerte pinchazo en el corazón.

Siendo arrastrado por varios guardias y el modelo antiguo de un abomitón; ante la mirada molesta y frustrada de sus hijos, Alador fue llevado esposado. Los gemelos de cabello castaño solo pudieron hacer lo que se les pidió: llamar a su querida madre... y a otra bruja en específico, que poseía gran peso en las decisiones políticas dentro del nuevo Aquelarre del Emperador.

— ¿Cómo puedes decir eso? —reprochó Edalyn luego de la confesión de Raine, acusando a su hermana de... maldecirla—. No es momento para "conspiraciones", aparte que si es una broma, es de MUY mal gus... Ay —se detuvo. La alza de su tono incomodó a su hija, que dormía a unos metros sobre una gigantesca mochila mientras Amity la vigilaba.

—Ella lo dijo —aseguró Raine—. Eda... ¿por qué crees que Luz escapó? Estaba devastada de que su tía pudiera hacer algo... como eso. Titán...

Calló, expectante de la reacción de la bruja. Sin embargo, ella se quedó callada, impactada, uniendo varios puntos en su mente.

—Tenía que decírtelo antes de que despierte —señaló Raine, de reojo viendo a la pequeña dormida y con los ojos hinchados de tanto sollozar—. Tal vez puedan solucionarlo o charlar al respecto mientras Luz no esté presente. Odiaría... verla tan dolida, otra vez.

Le cayó un balde de agua congelada a Edalyn. Un tic nervioso se manifestó en su ojo derecho, mientras que el cuero cabelludo le ardía intensamente. La cabeza era un vaivén, que iba y venía en intermitentes pinchazos, que dentro de poco le crearía una insoportable migraña.

Ahora la revelación, el estado de su hija; que Luz sufra por ello... Eda renegaría y le juraría muerte aquel que dañe tan feo a su pequeña. Pero si fue su querida hermana, que a su vez la lastimó por maldecirla hace tantos años; Eda tambaleó un poco en cómo reaccionar. Asimismo, no era un momento adecuado.

De razón el extraño comportamiento de Lilith cuándo llegó hace unas horas. Poco a poco, ciertos detalles de conducta o comentarios sobre elixires armaron un rompecabezas en la cabeza de Eda. De cierto modo todo tenía sentido, solo faltaba un detonante, un incentivo... o que alguien finalmente se lo diga directamente y sin tapujos.

—Vámonos —sentenció Eda cabizbaja, nuevamente cargando a su pequeña, que de inmediato suspiró de cansancio.

Ni Raine o Amity hablaron más del tema, solo acataron la orden y traspasaron la piscina temporal para llegar con cierta bruja de hinchados ojos que estuvo al borde del colapso ansioso por no tener noticias de su sobrina y pensar que todo lo malo que le pudiera ocurrir desencadenaría por culpa suya.

—Regresaron —saludó Lilith.

Dubitativa, se levantó del tronco marchito dónde estuvo reflexionando desde que se quedó sola.

— ¿C-Cómo está?

—Durmiendo —contestó Raine serenamente, pasando por su costado y sin dirigirle la mirada.

Apretó los puños, temía lo que pasaría una vez cruce palabras con Eda. Su reacción cuándo le confesó a la responsable... fue estoica. La bruja madre de Luz no pestañeó o protestó, simplemente dibujó una expresión confundida en el rostro. Ante eso, Raine quiso explicarse mejor, pero Edalyn dio media vuelta, ordenándole también a Amity que crucen la piscina temporal antes que ella.

—No la molestes más —refunfuñó la pequeña peliverde con la misma actitud, sin mirarla directamente.

—Oh —balbuceó Lilith, sintiéndose rechazada.

La tercera bruja que tenía enfrente... cargaba protectoramente a su sobrina, que ocultaba la cara en el pecho de ella. Lilith no pudo evitar tensarse por el comportamiento que tendría Eda. La conoce, es impulsiva y muy grosera cuándo verdaderamente se molesta, la haría sentir cómo lo peor del mundo. Sin embargo, ya se sentía cómo lo peor escoria de las islas. ¿Podría su corazón y autoestima rebajarse más? Lilith lo averiguaría, con los ojos cerrados y el pulso a mil, segundos después de que su querida hermana abriera la boca.

—Descansará por un largo rato. Lilith... —murmuró Eda, casi dejando escapar un gimoteo de llanto. No obstante, logró suspirar para tranquilizarse.

—Hermana, yo...

Lilith fue la primera en hablar. La relación con su familia, su integridad emocional... su vida entera podría definirse en las siguientes palabras que le diga su hermana y cómo es que las afrontará.

—Estoy exhausta —interrumpió Edalyn con un bostezo—. Fiuf. Quiero llegar a casa, darme un baño y acompañar a mi niña —señaló, brindándole un besito a Luz en la frente—. Raine, cariño, ¿serías tan amable de preparar la cena?

Whispers asintió. Un pequeño aturdimiento hizo que se tambalee. Para nada esperaba una escena tranquila por parte de su pareja.

—Amity —llamó Eda. La pequeña peliverde se tensó y paró recta cuál soldadito—. ¿Serías tan amable de pasarme el número de tu madre? Yo... —alargó la palabra, insegura y avergonzada de si quiere plantearse una disculpa—. Hazlo cuándo puedas, ¿sí?

Dicho eso, la bruja fue la primera en avanzar con su pequeña aún en brazos. De un gesto con la mirada, le indicó a la multitud que era hora de abandonar aquella playa antes de que por despiste se vuelvan a caer en un piscina. Lilith la siguió, siempre desde una distancia prudente. No se sentía merecedora de estar cerca de su hermana. Por otro lado, el dúo Whispers y Lavier se quedaron más atrás de las chicas Clawthorne.

— ¿Qué demonios acaba de pasar? —cuestionó Amity con el ceño fruncido.

—No tengo idea, pero ni un poquito —comentó Raine, con la misma extraña confusión. No se esperaba aquella reacción común luego de que tamaño crimen saliera a la luz.

—La señora Eda te escuchó, ¿verdad? —volvió a cuestionar Amity, pero ahora en una actitud desesperada, denotada por el despeine de varios mechones de su cabello verde—. ¡Ella ya sabe que su hermana...!

Raine la hizo callar con un gesto amistoso. Le hizo ver a la niña que su comportamiento gritón no era el apropiado; traería mayores roces entre hermanas; Luz no necesitaba más dolor familiar por el momento, solo una siesta.

—Entonces por qué —murmuró Amity dolida—. ¿Por qué no está enfadada con ella cómo yo lo estoy? No solo la maldijo, mintió acerca de mi madre, causó varios traumas en... Luz.

Lo último era lo que más detestaba de la situación. Luz es su mejor amiga, el no poder defenderla, solo ser una simple espectadora del agobio que castiga su bienestar, la hace sentir impotente, frustrada... inútil.

—Soy incapaz de saber cómo Eda se debe estar sintiendo en estos momentos. Su cabeza seguramente es un caos. Pero teniendo a Luz en brazos, sabe que ella es la máxima prioridad y que necesita regresar a casa —supuso Whispers, tomando del hombro a la peliverde para que no camine tan rápido y guarde su distancia con respecto a las hermanas Clawthorne.

—Tal vez esté en negación —hipotetizó Mittens.

Bostezó sonoramente. Raine sufrió del contagio e imitó la acción de ella.

—Estoy agotada —quejó la peliverde con los ojos entrecerrados, queriéndose tallárselos pero con Whispers deteniéndola para que no se les irrite.

La mochila le pesaba como una roca y su habilidad de convocar a abominables se redujo drásticamente. Amity lo intentó, pero únicamente logró invocar a un mini abominable de menos de 30 centímetros de altura. Ella renegó por el hecho. No se sentía cansada físicamente, poseía el vigor de recorrer el bosque ida y vuelta si lo deseaba; psicológicamente, por otro lado, ansiaba retornar a su casa y dormir todo el día, o por lo menos hasta que Luz despierte para regresar con ella y poder acompañarla todo el tiempo del mundo. La última idea ruborizó sus mejillas.

Ahora que se planteaba mejor qué hacer una vez salga del bosque y deje a Luz, Amity prendió su pergamino para escribirle a su padre de que estaba prácticamente en camino y si quería que compre más té para la cena. Lo apagó horas antes debido a que la batería se agotó rápidamente por tomar muchas fotos de la aventura vivida. Se vería genial en su cuenta de Penstagram y la etiqueta de "co-descubridora de Piscinas Temporales" atraería muchos likes. Además, la frondosidad del bosque bloqueaba la señal. Jamás pensó que le llegaría algo tan importante.

La peliverde logró encender su dispositivo mientras seguía al resto en su caminata. Su barra de notificaciones le explotó en la cara, casi literalmente. Amity pensó que se trataba de publicidad boba, pero eran mensajes de Edric y Emira. Nuevamente pensó en que sus hermanos le compartieron publicidad aún más boba. Sin embargo, cuándo visualizó el primer mensaje, no pudo evitar en semi infartarse y jalar abruptamente a Raine de la camiseta. Era necesario que alguien de su confianza la ayude en una situación de carácter crítico.

— ¿Qué sucede, pequeña? —preguntó Whispers ante el repentino cambio de ánimo de la niña.

—Mi papá... —habló Amity desorientada, atinando únicamente a enseñarle la fotografía de la cámara de seguridad que sus hermanos le enviaron.

Era su padre, apresado por fuerzas del aquelarre, esposado de manos y con un abomitón de vigilante. Leyó otro mensaje: Edric y Emira le notificaron que llegaron a casa de su madre. Virtualmente estarían seguros, pero Amity no se fiaba ni un poquis. Peor aún, no entendía por qué "raptaron" a su padre.

— ¿Qué tanto cuchichean? —preguntó Edalyn a la cabeza del grupo, extrañada de que el dúo se quede muy atrás en el camino.

—Edalyn... código CATS —enfatizó Whispers rápidamente.

La bruja curvó una ceja. Se trataba de un acróstico demasiado trivial como para acordarse del significado en corto tiempo.

—Titán santo... —murmuró Lilith cubriendo sus labios con ambas manos.

Ella recordaba muy bien el protocolo que en conjunto con Alador plantearon hace meses.

— ¿Justo ahora?

Por más que no quisiera hablar momentáneamente con Lilith, a Whispers no le quedó de otra que mirarla directamente a los ojos y asentir.

— ¡Oh, ya recordé! —exclamó—. Oh... ya recordé —masculló Edalyn

Cierto escalofrío atravesó su espalda. Podrían correr un grave peligro, o de la nada una nave con cientos de guardias capaz caía del cielo, y verdaderamente nadie de los presentes poseía fuerzas mágicas para entrar en un conflicto, mucho menos ella con una pequeña búho dormida en sus brazos.

— ¡De qué están hablando y por qué el código es un gato! —increpó Amity el que la aparten tan descaradamente de la situación, conscientes de que se trataba de su familia—. Mi papá está en problemas, tengo que ayudarlo y...

— ¿Dónde dijeron que se lo llevaron? —cortó Raine, maquinando una rápida idea.

—A una celda en el ayuntamiento —contestó Amity según lo que sus hermanos pudieron averiguar—. *Gasp*. Necesito llamar a mami antes de que... ¡se apague esta porquería!

Igual a una oráculo, la predicción se le cumplió. El pergamino murió por la batería y Amity fallecería por la desesperante falta de comunicación.

—Bien, quiere decir que solo es una medida cautelar... estamos a salvo por ahora —analizó Raine, invocando a su taliamigo—. Iré a ver qué sucede, las mantendré al tanto de la situación.

Antes de irse, se dirigió a Edalyn. La bruja dio un paso al frente para despedirse.

—En mis cajones tengo un recipiente repleto con sus bombones favoritos —señaló Whispers. Tiernamente le brindó un besito en la frente a Luz—. Que tome mucha agua y descanse todo lo que quiera.

La madre ratificó la propuesta, puesto sin que se lo diga lo iba hacer de igual forma: robarle todos los dulces escondidos para dárselos a Luz.

—Edalyn... sobre lo que te dije de Lilith.

—No quiero hablar de eso ahora —sentenció Eda.

Mucho menos con su hermana presente. Primero reflexionará, luego su corazón y mente lanzarían un veredicto. De antemano se comprometía a tomar... la mejor decisión que no quiebre más a su familia.

—Lo único que me importa... es mi hija —bufó; pero no en estado enojado, sino dolido, aguantando con todas sus fuerzas las ganas de romperse en ese instante—. Luego tendremos nuestro momento, supongo. Quiero llegar a casa para atender a Luz.

—Comprendo —asintió Whispers, acariciando el rostro de su amada.

—Por favor, ten cuidado —murmuró Eda. Cerraron los ojos, brindándose un fugaz pico—. Quiero que me llames cada hora y me informes de todos los detalles una vez hables con Alador. Si lo atraparon a él...

—Tranquila, todo saldrá bien —calmó Raine.

Aún con su bastón en mano, Whispers dio media vuelta para dirigirse a la bruja "causante" de los males en Luz.

—Alador dijo que también te necesita —señaló Whispers.

—Lo sé.

Para Lilith era obvia su asistencia. Pertenecer al grupo más cercano del emperador ayudaría mucho a Alador.

—Estoy lista —suspiró pesadamente, convocando su bastón para alzar vuelo.

La fresca brisa de la casi noche golpeó el rostro de Lilith, secando los rezagos lagrimosos de sus mejillas. Si su familia la odiaría... que así sea su destino, pero Lilith no dejará de amar a su hermana y sobrina. Luchará por el bienestar de ellas hasta las últimas consecuencias, defenderá lo correcto de la libertad que por derecho se merecen. No importa lo que pase, no dejará que el Aquelarre del Emperador atormente nuevamente a su familia. Se los debe con su propia alma. Pero primero, Alador requería de su asistencia, ya que si todo salía mal, la posibilidad de que el odio del aquelarre salpique y logre lastimar a Luz.

—Eso nos deja a las dos —comentó Eda a la peliverde—. ¿Irás a casa o...?

—Tengo miedo —interrumpió Amity, apegándose a la bruja en busca de un abrazo tranquilizador, poco importase de quién vendría—. No sé qué está sucediendo... me siento inútil. Sumado a lo que le pasó a Luz; Lilith... ¿Cómo estarán mis hermanos y mami?

—Hey, hey —calmó Edalyn.

Recostó a la dormida Luz en su espalda, dejando así sus brazos un poco más libres para palmear la cabeza de Amity.

—Evita pensar en esas cosas. Solo mírame, ¿de acuerdo? —pidió sin éxito. El rostro de Mittens se coloreó de un llamativo tono—. ¿Es normal que tu cara se vuelva roja o...?

Edalyn sentía que la niña explotaría en cualquier momento, al igual que una tetera a presión dejada en la cocina más tiempo del requerido.

— ¡Por qué no odia a su hermana! —estalló la peliverde en una rabieta—. ¡Cómo tiene la hipocresía de volver a dirigirla la palabra? Acaso no le da asco. Ella la maldijo, l-le hizo mucho daño a usted y a mi mejor amiga. A-Ambas resultaron lastimadas y todo es culpa de Lilith... ¿Qué está? —cuestionó Amity preocupada.

—Mira, Amity. —Edalyn habló, sujetándola del brazo con algo de fuerza—. Tal vez tu padre te explique todo llegado su momento, pero por ahora soy la adulta encargada de ti. No veo muy seguro que vayas a casa de Alador ahora mismo, la de Odalia está lejos desde aquí, no trajiste a tu taliamigo y no he alimentado a Owlbert desde la mañana. ¿Te sugiero algo?

Ni bien preguntó, chasqueó los dedos. Un inmenso halo de luz iluminó gran parte del bosque, acompañado de unas chispas electrizantes que obligaron a Amity a cerrar los ojos. La menor sintió un vértigo, como si estuviera en caída libre. Aquella rarísima sensación duró casi un minuto, luego se detuvo para dar paso a un potente aroma a canela.

—Ufff. Por fin mi casa y su raro olor a canela —susurró Eda.

Inmediatamente la madre soltó a la Blight y acomodó lentamente a Luz para que reposara en el sillón. Por otro lado, Amity abrió la vista con lentitud y divisó una sala muy desordenada con frascos de pociones vacías en el suelo que tenía la firma personal de Luz: "LLC", y debajo el dibujo de un pequeño búho. Indudablemente era la Casa Búho. La peliverde entreabrió sus labios de sorpresa, significaba que la madre de Luz no hizo ese gesto de tomarla del brazo con fuerza para lastimarla como creyó en un inicio.

— ¡Volvieron! —exclamó King moviendo ansiosamente la colita.

Trató de abalanzarse sobre Luz, puesto aparte de estar feliz por verla por primera vez en el día, yacía preocupado por ver que no respondía o iba a saludarlo. Edalyn lo detuvo, con la mirada y unas cuántas mímicas lo mandó a traer un implemento esencial para sumar muchos puntos a la comodidad a Luz. El demonio asintió y de inmediato subió por las escaleras con dirección a la lavandería.

Gastó toda su energía en ese hechizo de teletransportación.

—Carga tu pergamino y llama a tu madre —indicó Edalyn—, seguramente se morirá si no sabe nada de ti.

—Claro.

Amity invocó un pequeño cable que conectó a su pergamino con la bola de cristal en medio de la mesita de estar. El momento se tornó callado; por consiguiente, incómodo para la peliverde, que tenía varios motivos por los que la presencia de la madre de Luz la intimidaba de cierta manera.

—Amity —llamó Edalyn cruzada de brazos, rompiendo el silencio y la serenidad que la niña trataba de establecerse.

— ¿S-Sí? —trastabilló en su tono.

—Gracias —habló calmada. Por vergüenza, Amity agachó la cabeza e infló los cachetes—. Gracias por apoyar a mi Luz. Entiendo que tu... "ataque" fue motivado por la preocupación que siente por mi hija. Es algo tierno de cierto modo.

Amity se ruborizó violentamente, hasta sus orejitas decayeron por la vergüenza de que la madre de Luz, según ella, sepa o tenga un breve conocimiento, o hipótesis, de los sentimientos que tiene por la pequeña morena dormida en el sofá. El enojo hacia Lilith puede ser por muchos motivos, pero el lastimar emocionalmente a Luz sobresale y es el que más combustible alimenta a su desagrado contra su ex mejor amiga.

La peliverde quiso regresar al tema, tomar el valor de confrontar a la Dama Búho para que hable y odie a su hermana. Sin embargo, la Clawthorne maquinaba ideas diferentes.

—No la odio —sentenció Eda tranquila, atrayendo una silla para sentarse al lado de Luz—. Odiar es una palabra muy fuerte. Estoy confundida.

Y muy dolida. Edalyn necesitaba desahogar todo lo que verdaderamente siente por ella.

—Es mi hermana. Jamás se lo diré en voz alta, pero qué más da, la adoro —comentó enternecida, asimismo avergonzada porque tal adjetivo ñoño sea escuchado por una niña—. Desde que Luz llegó a mi vida no le recuerdo que haya hecho algo malo. Créelo o no, podría llenar 10 habitaciones enteras con caracoles que me prestó para cuidarla. Gracias al Titán ella no es tan...

"Rencorosa", trató de adjudicar; sin embargo, tal adjetivo no se alineaba a lo que pensaba de ella. Tales palabras no se podían poner en la misma oración que "Lilith es...".

—Lilith jamás nos lastimó, siempre estuvo presente en nuestros peores momentos. Me enseñó a ser una mujer responsable... crió también a Luz y le enseñó tantas cosas.

Sus ojos se iluminaron. Hablar de las hazañas que Lilith hizo por ella la conmovía. Claro que la mancha del crimen cometido es un punto que desbalanceaba sus sentimientos.

—Es por ella que mi hija estudia en Hexside. Yo nunca fui partidaria de que vaya a la escuela. Oh, bueno, por lo menos no con el tarado de Belos a la cabeza de las Islas. Ahora las enseñanzas libres de magia son grandiosas.

—Lo son —murmuró Amity pensativa.

Amaría por fin estudiar en la pista de oráculos de manera formal y no tanto a escondidas como hace años.

Más ideas bombardearon la cabecita de la peliverde. Si lo que dice la madre de Luz es cierto, quiere decir que "gracias" a Lilith fue que conoció a Luz. Le guste pensarlo o no, Lilith actuó de puente para que ambas intercambien palabras por primera vez, de manera grosera cuándo eran niñas. La disputa por la atención de la Clawthorne detonó asperezas que superaron con el paso de los años.

Se podría decir que, indirectamente Lilith es culpable de que el corazón de la peliverde bombee sangre a sus mejillas cada vez que Luz se le acerca. Amity lo vio desde esa nueva perspectiva, aunque sigue enfadada con ella por lastimar a la familiar de su amiga y a su mamá Odalia por una mentira.

—Ella me quiere mucho, pero yo no le doy el mismo trato a pesar de sentir lo mismo. Siempre la subestimé. Es mi forma de ser, supongo —continúo Eda, todavía acariciando el suave cabello de su pequeña—. Pocas veces me he disculpado. Fui tosca, grosera... recuerdo que hasta sentí celos de que por un tiempo Lilith fuera más apegada a Luz que yo. Pero mi hermana no me guarda rencor por eso. Es como si...

—Tratara de enmendar su error —añadió la menor. Edalyn asintió mientras suspiraba pesadamente.

Por más razones que Eda tuviera, o que Amity le diera, para enfadarse por lo que Lilith ocasionó en su vida hace décadas, simplemente lo positivo nublaba cada pizca de molestia u odio. Sumado a eso, está que gracias a Lilith es libre de la ataduras que el antiguo sistema gobernado por Belos apretaba en su cuello, asfixiándola día y noche. Lilith fue quién inició ese ataque, planificó todo y consiguió aliados, al mismo tiempo hizo que se reencontrara con Raine luego de tantos años. Todo eso mientras cuidaba de Luz y le brindaba su apoyo incondicional.

Si Eda pusiera todo en una balanza objetiva de favores, ayudas y consejos; la deuda con su hermana pesaría tanto que podría comprarse 50 Islas Hirvientes. Con el tiempo dejó de verla como una bruja dramática y quejumbrosa... a un glorioso ejemplo de bruja amable y amoroso. Es por eso que en vez de sentir odio porque la maldijo, Eda se encontraba confundida y dolida por haberse callado tanto tiempo y que no haya sido ella quién se lo dijo, sino Raine.

La maldición, aparte de volverla una excluida social por casi dos décadas, causó muchos estragos en su vida personal, traumas en Luz y problemas por el tema de los elixires. Pero tocado ese punto, esa delgada fibra del caprichoso destino y las probabilidades, la pregunta existencial número 1 cruzó la mente de Eda. Si su hermana no hubiera cometido tal pecado, ¿Luz habría llegado a su vida? Huyó de casa por culpa de la maldición y fundó su puestito en el mercado después de todo. Encontró la puerta dimensional, luchó contra los aquelarres porque su decisión de no escoger uno sea respetada. Sin nada de eso, jamás habría encontrado a Luz. Más y más confusiones rebalsaron la capacidad de Eda para procesar los acontecimientos.

La bruja miró a su motivo de vida de reojo; Luz dormía más tranquila, puesto que sintió el calor de su madre protegiéndola y el amor de una pequeña bruja siempre preocupada por su bienestar.

—Creo que, aunque no me hubiera maldecido y no sentiera la necesidad de "redimirse" —enfatizó, puesto solo era una suposición—, Lilith haría lo mismo por nosotras una y otra vez —concluyó Edalyn, sacudiendo un poco la manta azul que King trajo para Luz.

—Es un poco corta, ¿no cree? —señaló Amity. Dudaba que abrigue a la morena durante toda la noche.

—No es por el frío.

Edalyn sonrió levemente. Luego de sentir el tacto y percibir el olor tan familiar con aroma a limón, las expresiones tensas desaparecieron del rostro de Luz. Aún dormida, esbozó una sonrisilla.

—La ayudará a dormir a gusto —aclaró la Clawthorne.

—Ya veo —murmuró. Amity arrugó el pergamino entre sus dedos—. Tengo que llamar de prisa a mami.

A los segundos de tomar el mágico artefacto, Amity vio el bombardeo de mensajes que su madre le dejó. De lo más resaltante, leyó una advertencia: "Amada hija, por favor mantente lejos de la casa de tu padre. Tus hermanos están a salvo conmigo. Dime dónde estás e iré deprisa por ti, guarda la calma. Te ama, tu mamá".

— ¿Qué sucede? —preguntó Edalyn ante la expresión de confusión que se dibujó en el rostro de Mittens.

—S-Señora mamá de Luz... —La menor terminó de escribirle a su madre, indicándole su ubicación. Le daba tiempo para hacerle un par de preguntas a la dueña de la Casa Búho—. Por favor... dígame qué sucede. ¿Por qué se llevaron a mi papá?

—Uhmmm.

Eda dudó en decírselo. Lo sabrá, eventualmente por medio del mismísimo Alador o su entorno, pero en caso investiguen a la familia Blight, que un integrante más sepa de las cosas que junto a Lilith y Raine hicieron, ponía en peligro la integridad de todo mundo.

—Lo sabrás dentro de poco, probablemente. No puedo decírtelo, yo... Uhhh... —Con los ojos entrecerrados, la madre hurgó en su cabeza por una excusa creíble—. Se lo juré a tu... padre. No quisiera, ya sabes, romper su... Uhhh... confianza. Sí, eso.

—Oh —balbuceó Amity.

Ante ese candado que le impedía a la madre de Luz narrarle los acontecimientos que desencadenaron el aprisionamiento de su padre, la peliverde se cruzó de brazos; no sin antes haberle escrito a su madre la ubicación actual dónde se encontraba.

Edalyn preparó una pequeña sopa instantánea luego de que la panza de Amity rugiera sonoramente mediante el eco de la sala. Mientras King servía los platos, llevó a Luz hasta su habitación. La sala comúnmente se enfriaba por las noches, y la morena comenzaría a tiritar de frío. Estaría más abrigada y cómoda en una cama repleta de peluches, cortesía de sus hermanastros.

Ambas brujas compartieron un "momento". Por ratos incómodo, ameno al tener en común su fascinación por la moda; finalmente pesado ante el recuerdo de lo que Luz sufrió. Sin embargo, Amity no terminó su caliente sopa. Hooty no terminó de advertir sobre una visita cuándo una bruja de cabello peliverde entró a la casa de un portazo, exclamando por su hija. Amity tranquilizó a su madre y le pidió que bajara el volumen de su voz.

Odalia abrazó a su pequeña, suspirando de alivio. Sinceramente casi se infarta más de 10 veces luego de que Edric y Emira llegaran a su casa sin Mittens. La bruja oráculo levantó la mirada, encontrándose con una Eda que terminaba su succionar lo último de sus fideos. La Clawthorne saludó de forma nerviosa.

¿Lilith le mintió sobre Odalia para salvarse ella misma? Eda dudaba acerca de ello. En primera instancia eso parecía cierto; no obstante, el anuncio de Lilith en estado de ebriedad fue vago, poco claro. En ese tiempo Odalia calzaba perfectamente con la descripción; Edalyn jamás se planteó que su hermana hablaría despectivamente de sí misma, que la prueba definitiva estaba frente sus narices. Ahora se avergüenza de su comportamiento sin fundamento contra la familia Blight, y cómo es que detestaba que Luz se junte con ellos, que eran inocentes.

Tenía a Odalia frente suyo. Disculparse... podría ser, pero no se sentía preparada.

Sin intercambiar muchas palabras, ambas madre de familia se despidieron, no sin antes dejarle un minuto a Mittens para que suba al segundo piso y se despida de Luz. Nadie lo sabrá, pero ella le dio un besito en la frente. Una vez hecho, las chicas Lavier se retiraron. A mal momento, por lo menos para Amity. Minutos después, una somnolienta Luz abrió sus ojitos.

— ¿Mami...? —llamó la morena entre susurros.

Mientras bostezaba, tallaba su vista para enfocarla mejor ante la oscuridad del cuarto porque Eda pensaba en que ella dormiría hasta el día siguiente.

—Buenas noches, señorita búho —saludó la enternecida madre, regresando desde el marco de la puerta hasta la orilla de la cama de su niña.

—Mi cabeza —quejó la menor, masajeándose la sien, acto que la hizo espabilar respecto al pasado—. ¿Qué pasó? Estaba en el bosque, ahora en mi habita... ¡Las Piscinas Temporales! ¡Qué pasó!

—Muchas cosas —barajó la mayor—, podemos hablarlo mejor por la mañana. Lo mejor es que duermas tus 8 horas.

— ¡Pero dónde están...! —exclamó la menor, queriendo preguntar por el resto del equipo: Amity, Raine... su tía—. Oh, no... la m-maldición.

—Lo sé, bebé —tranquilizó Edalyn, sabiendo de antemano el estrés que causaría en Luz el que nuevamente traten tan espantoso tema—. Pasaron un par de cosas. Tu tía y Raine estarán fuera por un rato. Descansa, o si no baja a comer. Preparé sopa de fideos verdes. Sé que te encantan... ¿Luz?

— ¿Puedo dormir esta noche contigo? —cuestionó la menor aferrándose a ella, con la mirada perdida.

Luz auguraba pesadillas, por esa y el resto de noches hasta que la presencia de su tía desapareciera por completo de la casa.

Curiosidades:

—Amity, Edric y Emira tienen comunicadores mágicos regalados por Odalia. Pero no son para el mismo propósito manipulador que en la serie, sino para ocasiones más cotidianas como no olvidarse traer el pan.

—En síntesis, a Lilith le di mayor protagonismo a lo largo de la historia por un motivo en concreto: Ya que si bien Eda y Luz son las protagonistas, las decisiones y errores de Lilith son el motor principal por el que se logró establecer la historia. Ella, indirectamente, creó relaciones entre los personajes y eventos que cambiaron sus vidas.

Por cierto, ¿ya leyeron mi nuevo fic? Se llama: Tú y yo contra el mundo (Remake de la historia creada por -SailorV-

El Preguntas & Respuestas está abierto c:

¡Gracias por leer! Si les gusta la historia, pueden apoyarla con una estrellita o siguiéndome para no perderte de próximas actualizaciones <33. Si la comparten, OMG, sería el pibe más feliz de este lado del mundo.

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