Devuélveme El Corazón.

By KatherineMarin11

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Anahi y Alfonso con personalidades iguales, descubrirán que no son sólo un deseo. No podrán salvarse de su pr... More

Prólogo
El principio
La empresa
Un amigo
Divirtiéndome
la bailarina
no lo soporta
Quiero mas
Desafío
conocí a otra
Escándalo
Tengo su número
La cena
Mi querida invitada
comunicado
El pasado
Ex
De nuevo
me tiene harto
El vídeo
Otra cita
El pasado sigue volviendo
pensativo
control.
Hablamos
desahogo
no puedo decir no
La revista
El juego
El gran día
Que termine el día
Empezamos
complicaciones
noticias
Celos
Pagando con la misma moneda
Empate
Fragil
comunicado
Discusión
Ella
Juntos
Rueda de prensa
Nos acercamos
prisioneros
Es sincera
Le cuento mi historia
No juzga
Deseo
uno solo
Desapareció
Aún nada
Unidos
Experimentar
¿dónde estás?
Volvemos a vernos

La noche

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By KatherineMarin11

La cena con Anahí, fue mejor de lo que esperaba, aunque el sexo habría sido perfecto. Pero estoy seguro, que el sexo de esta noche si lo será.

Mi hermana, llegó feliz a casa y un poco tarde, igual que yo. Obvio, no dijo nada y fue a descansar, lo raro fue que no me pregunto, absolutamente nada. Hoy, no la he visto, salió de casa antes de las 7, y no fue a fastidiar a mi oficina. Y cuando salí del edificio, estaba de nuevo Nicolás. Nicole, ya había subido al carro y se fueron.

Lo único que arruino hoy fue la noticia que estaré fuera, pero será los siguientes días. Debo de ir a Colombia, por asuntos de trabajo y luego a México. Quizás me tomé toda la semana lejos de este país y de mis chicas. Ahora, no es el momento de alejarme de Anahí, pero no me queda de otra. También quien me apena alejarme, es de mi bailarina. No me queda mas, que tener sexo por celular.

Resoplo por esa idea ridícula.

¿Desde cuándo eso es suficiente? ¿Necesito sentir la piel de una hermosa mujer, escuchar sus gemidos?

Suspiro.

"Alfonso, hay mujeres en cualquier parte del mundo y muchas están dispuesta de acostarse contigo. Solo, disfruta de esas mujeres extranjeras" me digo, no muy seguro, si le haré caso. Quizás, porque nadie se compara con ella. Y es a la única mujer que he tocado durante este tiempo. Y no tenga esa sensación de quitarle las bragas a cualquiera, solo volvió cuando ví a Anahí, presionar sus piernas. Ese deseo, apareció con ella.

Me acuesto en la cama, mi bailarina dijo que llegaría tarde. Y ahora es otra cosa, si no supiera de ella, estuviera furioso. Fue lo mejor, haberle dado de obsequio el móvil. Así sea, temporalmente.
Cierro mis ojos, para relajarme. Y mi mente, me juega una mala jugada. Me recuerda a Richard. Espero que esté muy lejos y no regrese, pero conociéndolo, volverá más decidido a joderme mi existencia. Por qué, no se muere de una vez y me deja en paz. No le basto con el banco, que ahora quiere más. Su codicia no tiene fin. Y si le ayudo, seguirá pidiendo favor. No dejaré que arrastre a Eduardo, a esa vida. Podría volver a la cárcel, ya que las posibilidades que salga mal, es un 99%. Robar un casino, es peor o igual que un banco. Tuvimos suerte aquel día.

Suspiro.

Cerrar los ojos, fue una estupidez. Mejor, me ha puesto tenso. Los abro y sobresalto, al ver a mi bailarina. Nunca decepciona, es tan sexy. Y su body, es muy transparente, demasiado que no le cubre nada. Puedo ver todo su cuerpo.

-¿Te asusté?- pregunta con una sonrisa pícara.

-¿Te paseaste con eso- la señalo-... por el pasillo?- la rabia se dispara por mi cuerpo. Cuántos hombres se le habrán comido con la mirada.

-Por supuesto que no- es un alivio y la ira disminuye.

-Bien. Quiero ser el único que te vea, totalmente desnuda- sujeta su mano y la halo hacia mi.
Cae encima de mi. Desciendo las manos, hacia sus nalgas y las presiono. Son duras, trabaja mucho en ellas. Quiero que haga sentadillas en mi pollo.

-Esta muy ancioso- sonrió.

-Siempre lo estoy, y más cuando te veo- vuelvo a presionarlas.

-Auch- se queja.

-Has aguantado, más que un simple apretón- abre los ojos como platos- ¿Que?- pregunto de forma inocente.

-Siempre tienes que ser directo ¿Verdad?

-Y a ti, no te gustan las palabras, si no los hechos- retiro el cabello que cubre su cuello. Y doy cortos besos. Contiene la respiración.

Meto la mano entre su cabellera y sujeto su cabeza. Mientras la otra sigue en sus fuertes glúteos. Mi lengua se vuelve exigente en su piel. Gimo y ella también. Está perdiéndose en el deseo. Sus manos acaricia mis bíceps, de forma desesperada. Besa mi piel y gime sin apartar sus labios de mi boca.

Se sienta en mis muslos y me lleva con ella. Descubro su hombro. Rozo la nariz en su clavícula hasta llegar a su hombro descubierto. Su aroma, también es exquisita y única. Muerdo y se aleja enseguida.

-No- grita.

-No te dejare marcada, no soy de esos- relaja los hombros. La rodeo con los brazos y la traigo hacia mi cuerpo. Desnudo su otro hombro y la dejo desnuda hasta la mitad del cuerpo. Sus pechos están expuestos. Empiezo a succionar sus tetas. Ella tira la cabeza, hacia atrás. Se mueva encima de mi erección. Clavo las uñas en su espalda. Jadea mientras me quita la ropa. Retira el cinturón en segundos y lo lanza al suelo. Desabrocha el botón del pantalón y mete la mano. Cada encuentro, es más atrevida. Elevo un poco la cadera para que me baje el pantalón y pueda sentir mi polla.

Quiero estar dentro de ella, rompo su body, ella se ríe y me mira, su mirada desea hacer muchas travesuras. Una vez que dejó descubierto, entre sus piernas. Me hundo en ella. Ambos, estamos aliviados y ansiosos de dejarnos sin aire. Me quito por completo el pantalón, mientras beso su piel.

-¿Hoy me darás tu orgasmo?

-¿Se siente frustrado, señor?- pregunta burlona.

-Cariño, esto es algo serio, no te burles- se ríe a carcajadas. Y provoca que mi entrecejo se una.

-Señor, me burlo porque no le veo que sea importancia, además un orgasmo se da cuando uno está enamorada. Bueno, es mi caso, no soy como la demás- con la yema de los dedos recorro su rostro. Jamás lo había hecho.

-Ahora no sé, cuál debería preocuparme, si tener tu orgasmo o que te enamores- traga saliva. Luego cierra los ojos, recorro con mis dedos sus labios, se estremece, presiona sus labios por un segundo, retiro la mano. Beso su mejilla, su nariz, su cuello, su clavícula, soy delicado- pensé que con esto, podría tenerte, solo tenerte más no enamorarte.

-No me voy a enamorar de alguien que no conozco, y mucho menos que paga por dinero.

-¿Sabes? He pagado antes, pero tontería, la cantidad que pago contigo, vale la pena.

-No es gran cosa- dice.

-Para cualquier mujer seria demasiado, pero para ti, es lo que te mereces. Me gusta como te mueves, cómo miras, tu inocencia, y a la vez tu dulce atrevimiento, he sido tu profesor y tu, una alumna que no decepciona.

-¡Ahora soy tu alumna!- ahora ella recorre con la yema de sus dedos mi brazo.

-Eres todo lo que un hombre busca, en la cama.

-No quiero hablar, quiero que sigamos- murmura.

-Por supuesto- hundo los dedos en su parte íntima. Arquea la espalda a compañía de un gemido. Muevo en círculos y meto y saco los dedos. La bailarina, se sigue estremeciendo y se muerde el labio inferior. Con la otra mano, agarro una de las suyas y la llevo encima de su cabeza y luego la otra. Con una mano, uno sus muñecas. Beso su seno, chupo su pezón se pone duro. Aumento el movimiento de los dedos. Se retuerce. Levanta sus piernas y me rodea la cintura, un movimiento excitante que no me esperaba. Saco los dedos y acaricio su muslo hasta su trasero. La agarro fuerte y la llevo hacia mi polla.

Gime en una dulcera agonía.

-Aaay- la follo duro.

-Eres mía- murmuro mientras la embisto.

-No te detengas- súplica.

-Cariño, no lo haré- llevo las caderas contra la suya, sus piernas me presionan.

La penetro una y otra vez, cierra sus ojos mientras grita entre gemidos. Su pecho desnudo, sube y baja a una velocidad impresionante. Rasguña las sábanas. Le acaricio con la nariz en la oreja.

-Quedate conmigo, está noche- susurra.

-No...- jadea- estoy segura que sea buena idea.

-No lo pienses- beso su cuello.

-Es...

-Quedate conmigo- ahora yo soy el que ruego. Quiero una noche a su lado. Quiero follarla y que me recuerde por estos días que estaré ausente. Si por mi fuera, la llevaré conmigo. Pero, ella no aceptará.

-N-o...- se queda sin palabras. Con la yema del pulgar, tocó sus labios. Abre su boca y chupa el dedo. Me quedo sin respiración y en este momento, me hace falta.

-Por favor- gimo.

-Prometeme, que no dejaras que vaya caminando- sonrió con mucha alegría.

-Te vas arrastrar. No, más bien, no podrás ni ponerte de pie- clava sus uñas en mi espalda.

-Me quedaré contigo, toda la noche. Quiero ser tuya, todas estas horas- mi cuerpo se pone tenso y siento como su cuerpo tiembla. Empiezo a vaciarme dentro de ella.

Y como se lo prometí, no me detengo. Pero está vez algo mejor, la amarro con la corbata a una esquina de la cama. Mientras la pongo de espalda y eleva su culo. Y no lo pienso, para esa invitación. Vuelve a gemir. Mis dedos recorren su espalda y luego voy hacia sus pechos que aún siguen duros. La pellizco y se queja de una forma excitante. Le fascina. Asciendo hasta su cuello y la agarro con fuerza placentera. La penetro, hasta al fondo, con tosquedad. Mi polla entra toda, impecablemente. Nuestros gemidos, se mezclan en la habitación. El sudor de mi cuerpo, cae encima de ella. Haciéndose dueño, de lo que es suyo.

Ni siquiera recuerdo, en qué momento le quite el body del todo. Estaba tan concentrado en follarla.

Digo su apodo, una y otra vez, mientras la embisto y tenga la respuesta de "señor" en sus labios, muchas veces. Y vuelvo a relajar mi cuerpo por segunda vez. Mientras ella sigue tensa, quiero que su cuerpo se libere, de una forma maravillosa.

Me detengo unos segundos para recuperar la respiración y algo de mi energía.

-Dame un momento- dice entrecortado.

-¿Arrepentida?

-Nunca- me satisface, la respuesta- solo, unos minutos. Es mi turno de follarte- desató el nudo que le hice con la corbata. Definitivamente, son buenas. Resisten demasiado.

-Soy todo tuyo- dejo caer la corbata.

-Toda la noche- dice mientras gira y me observa, en su mirada hay algo perverso y el efecto que causa en mi, es alucinante. Toda mi energía, vuelve de golpe, para que ella sea quien me agote.

Amanecimos, juntos y nuestras piernas entrelazadas. Acaricio su pelo una y otra vez. Escucho su respiración. Su mano, está sobre mi pecho y con el dedo pulgar da pequeños círculos. Ambos estamos muy agotados. Agradezco que el viaje, no sea dentro de unas horas. Estaría muerto.

-¿Sabes?...

-¿Qué hora es?- pregunta. Levanta la cabeza y me observa. Sus ojos refleja lo exhausta que está.

Miro el reloj, que dejó sobre la mesa de noche.

-Las ocho- exclamo sorprendido. Crei que era más temprano.

-Rayos- se levanta deprisa y luego se queda estática un momento.

-Cuidado, bailarina. Hemos agotado toda nuestra carga. No deberías moverte muy rápido. Deberíamos comer algo- sugiero.

-No podemos desayunar fuera- añade, mientras sale de la cama.

-Podrían traernos el desayuno- le doy una solución.

-No, debo de irme ya.

-Bien. Y gracias por quedarte conmigo.

-Valio la pena, igual la cantidad que pagare- frunce el ceño.

-Me gustaría, hablar de eso con usted, después. Ahora debo marcharme- se cubre con la sábana.

-¿Tienes algo que ponerme?- niega con la cabeza.

-Hare que me traigan algo.

-Yo me encargo, ve a ducharte. Luego te alcanzo- asiente y va corriendo hacia el baño.

Agarro el móvil y llamo a la secretaria de este edificio. Por la voz, es Glenda.

-¿Tienen vestidos decente?

-Por supuesto- por el tono de su voz, se a que se refiere.

-Necesito que llame a una boutique y traigan un vestido en talla s y también unas bragas, lo quiero en menos de 20 minutos. Anoté el número- copia el número.

-¿Eso es todo?

-Si, gracias- cuelgo. Voy a la ducha, con mi bailarina. Quizás, otra round más. Ella, aún está corriendo y no quiero que tenga nada de energía.

Al salir de la ducha, el vestido está sobre la cama. Y me molestó, pero el hecho es que alguien entre a la habitación. Si, lo hacen, pueden hacerlo en cualquier momento. Hablaré muy bien, con el idiota. No quiero que nadie, entre así nada más.

-Vaya- se queda boquiabierta.

-No dejaré, que te vayas con cualquier cosa o desnuda- se ríe.

-Jamas saldría, desnuda de aquí.

-Ya has estado, semi desnuda en el pasillo- le recuerdo.

-Cubierta, por un kin mono.

-Prefiero algo seguro- menea la cabeza.

-Gracias, está muy hermoso.

-Y más, lo estará en tu maravilloso cuerpo- me da un beso en la mejilla.

Se viste delante de mi. Hago lo mismo. Ella se marcha primero. Ni siquiera, pude comunicarle, que estaré fuera.

Llegó a la oficina, cansado y bostezando. La secretaria, abre los ojos como platos.

-¿Señor, se encuentra bien?- pregunta preocupada. Jamás he llegado, en este estado a la empresa y menos bostezando.

-Claro ¿Que hay para hoy?- vuelvo a bostezar.

-De hecho, ocurrió algo imprevisto. Su hermana, me dijo que le comunicara, que debe de viajar a Perú, está noche. Algo urgente.

-¿Que? ¿Está loca? ¿Por qué no va ella?- le pido explicacion, alguien que no puede dármelo.

-No lo sé, señor. Solo me comunicaron eso, su boleto llegará dentro de media hora.

-Esta demente- vuelvo a bostezar.

-¿Algo más?- hablaré con Nicole, en un rato.

-Solo debe de revisar, unos documentos. Y sobre los nuevos pedidos.

-Bien- camino hacia la oficina. Llamo a Nicole, apenas mi culo, está en el asiento.

-Alfonso...

-¿Por qué demonios, me compras un boleto, sin avisarme antes?- exclamo.

-Si hubieras contestado mis llamadas, durante la mañana, no te habría cogido de sorpresa.

-El viaje, era mañana.

-Hubo cambios de planes, y es algo importante. Ya, estamos a casi nada de abrir un tienda, en ese país.

-De supone que seria dentro de unos meses.

-Por eso, es de urgencia. Ya tenemos todo listo y necesito que verifiques todo y te hagas cargo.

-Debiste de ir tu.

-Tengo cosas que hacer y hubo cambios, en el vídeo de Anahí. Necesita que le diseñe otra cosa. También estoy contra la pared. Así que hermano, ve y piensan en las mujeres que caerán en tus encantos. Debo de colgar. Y llama a mamá esta muy preocupada, porque no llegaste anoche- cuelga sin más.

Con rabia, llamo a mi madre. Nicole, es un verdadero fastidio.
Mi madre me regaña, cómo si fuera un niño pequeño. Me avisó del viaje una vez que se calmo y le dije que estaba al tanto.

La secretaria anuncia que ha llegado mi boleto. Me tomo una pastilla y no me hace demasiado efecto. Aunque sea descansaré en el avión.

Estoy revisando los últimos detalles que me ha enviado mi hermana. Quien esta desesperada porque no he llegado a Perú pero el avión tuvo un percance así que se cancelo el vuelo por dos horas mas.

Mi móvil suena y es mi bailarina exótica.

-Hola- saluda primero con su tierna y sensual voz.

-Está impaciente mi bailarina- todo se tranquiliza cuando la escucho- acaso, no está muy cansada.

-El impaciente es usted, que ha pedido verme hoy ¿por qué cambiaste de lugar? Aunque admito que está casa esta mejor y podré gemir todo lo que quiero sin temor que escuche la habitación de a lado- frunzo el ceño. Y me enderezó.

¿De que está hablando?

-Yo no te cite para hoy, estoy en el avión ahora mismo ¿de que casa me hablas?- ¿la han pedido? ¿Quien?

-¿Cómo? Me han recogido y han dicho que quieres verme. Se me hizo muy extraño... ¿si no fuiste tu, quien?- esta alarmada y asustada.

-No lo hice ¿Donde estas?- me pongo de pie.

-Señor debe sentarse y colocarse el cinturón vamos a despegar- anuncia la azafata. La ignoro. Los demás pasajeros me observan.

-No lo sé- me responde mi bailarina.

-Maldición, mándame tu ubicación- exijo. Me dirijo a la azafata- el vuelo se cancela hasta nueva orden- mascullo. Agarro todas mis cosas y salgo pintando del lugar a toda prisa.

-Ha llegado- susurra con temor. Recibo la ubicación.

Esta a una hora de aquí.

-Qué no te toque ¿entendiste? No hagas nada con él. Tu eres sólo mía- bajo del avión lo más rápido- lo mataré con mis propias manos si te llega a tocar. Voy para allá.

Cuelgo.

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