La lucha de una Madre Búho...

By JahirTemple

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Bajo una tormentosa lluvia en medio de un oscuro bosque, una recién nacida Luz fue abandonada por su madre en... More

Cap. 1 - Abandonada
Cap. 2 - Hogar y familia
Cap. 3 - Aprendiendo a ser madre
Cap. 4 - Tía Lilith
Cap. 5 - ¡La primera palabra de Luz!
Cap. 6 - Celos y el primer cumpleaños
Cap. 7 - La primera "amiga" de Luz
Cap. 8 - ¿Por qué no me parezco a mamá?
Cap. 9 - ¡La buena bruja Luzura!
Cap. 10 - Terrores nocturnos en una noche de locos
Cap. 11 - Hechizo de Luz
Cap. 12 - Amity, la nueva aprendiz
Cap. 13 - Camila Noceda
Cap. 14 - ¡El primer encuentro con la rival de Luz!
Cap. 15 - Duelo cancelado
Anécdotas de la madre búho
Cap. 16 - Ocultar los sentimientos, mantener las apariencias
Cap. 17 - Enfermedades humanas, no de brujas
Cap. 18 - Ser una mejor madre
Cap. 19 - Cumpleaños número trece de Luz
Cap. 20 - La aterradora bestia búho
Cap. 21 - Siempre seré tu madre
Cap. 22 - Lilith, Luz, y la crisis de los cuarenta
Cap. 23 - Quiero mi propia vida
Cap. 24 - Eda, búho espía maga bruja rebelde adolescente
Cap. 25 - Día de la madre's
Cap. 26 - Mi tierna morena de lentes
Cap. 27 - Derroquemos al tirano
Cap. 28 - Abuela Gwendolyn
Cap. 29 - Azura lovers
Cap. 30 - Biblioteca humana
Cap. 31 - ¡Raine Whispers, aléjate de mi mami!
Cap. 32 - Amity vs Boscha... ¿vs Luz?
Cap. 33 - Mi amigo imaginario
Cap. 34 - Friends in Azura's style (1/2)
Cap. 35 - Azura's Book Club (2/2)
Cap. 36 - Reencuentro
Cap. 37 - Envenenando a mi enemigo
Cap. 38 - Despierta, Luz
Cap. 39 - Lo siento, mi pequeña.
🎃Hallowen con Luz y mamá búho
Cap. 40 - Te extraño, mami.
Cap. 41 - Cambios y tiempo de luto
Cap. 42 - ¡Nerd enamorada, nerd enamorada!
Cap. 43 - Hospital humano
Cap. 44 - El otro lado de la historia
Cap. 45 - La triste chica basilisco
Cap. 46 - Encuentra un hogar para Vee (1/2)
Cap. 47 - Hey, mi pequeña búho (2/2)
Cap. 48 - Emperador Dorado es un nombre tonto
Cap. 49 - Beso no tan accidental
Cap. 50 - Luz, una señorita bruja casi adulta
Cap. 52 - Investigaciones sobre criaturas no tan mágicas
Cap. 53 - Mi papá es cool, pero...
Cap. 54 - La peor cena de la historia
Cap. 55 - Una incomodidad antes que una verdad
Cap. 56 - La verdad siempre sale a la Luz
Cap. 57 - Dos almas en pena
Cap. 58 - El destino de Luz
Cap. 59 - Querida hermana, ¿me odias?
Cap. 60 - Resentimiento
Cap. 61 - Cicatriz
Cap. 62 - El diario del emperador
Cap. 63 - Juicio
IMPORTANTE LEER. Dibujo de mamá búho incluido 🦉

Cap. 51 - Superación y hermanos, ¡muchos hermanos!

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By JahirTemple

— ¡Ma, Ghost no quiere comer su pan! —chillaba Amity por los pasillos, dirigiéndose al cuarto de su madre con su taliamigo en brazos.

— ¿Le estás dando pan a ese gato? —cuestionó Odalia de inmediato. Ella terminaba de ordenar algunos papeles espaciados en su cama y las palabras de su hija no hicieron nada más que descolocarla.

—Para empezar, mi Ghost es chica —corrigió Amity. Para cerciorarse volteó a su taliamigo y lo puso patas arriba—... creo. Pero no quiere comer desde la mañana y eso me...

—Carajo... —masculló la mayor, tomándose la cabeza luego de que un fuerte pinchazo la mareara por unos segundos—. Ugh, sí. Lo siento, olvidé comprar comida para ella.

—Mamá... —Amity la miró con sospecha. Dejó a Ghost a un lado, y respiró hondo tras sentir un aroma dulce muy conocido en el ambiente. La copa con gotitas de tono rojizo aseguró su sospecha—. ¿Tomaste sangre de manzana? Todavía ni almorzamos.

—Solo fue una copa —excusó Odalia, pero la menor arqueó una ceja y se cruzó de brazos. El sumado ceño fruncido de Amity la obligó a confesar—. Bien, digamos que un par. No lo hice a propósito, me confundí con las botellas porque ALGUIEN mueve todo en el refrigerador y lo pone en lugares que yo no lo dejo.

—Buscaba la leche para Ghost —excusó también Amity, siendo secundada por el taliamigo con algunos maullidos y asentimientos.

—Dime qué por lo menos la calentaste.

A esa altura, Odalia se preguntaba si comprarle algunos libros sobre cuidados de gatos sería lo más adecuado para su hija. Lo último que quisiera era que la niña le dé algo venenoso al taliamigo.

—Digamos que... parecía más queso que leche —recordó Amity con una mueca repulsión, acción imitada por Ghost. El sentido común de ambas afloró, por lo que Amity se abstuvo de darle ese apestoso menjunje—. No te preocupes, bebé gatuno, tu abuela comprará comida y arena para tu caja.

Amity cargó nuevamente a su taliamigo en brazos, rascándole en su cuello, acción que le encantaba hacer porque Ghost ronroneaba y se acurrucaba de manera cariñosa con ella.

—Creo que de eso te encargas tú, tengo que salir a hacer unos importante asuntos. Demoraré —señaló antes de exhalar pesadamente. Le hubiera encantado que sus hijos gemelos vayan ese día a su casa, junto a Alador, para tener una tranquila cena—. Si no regreso en ocho horas, pide comida.

— ¿Pero a dónde vas? —preguntó la menor. No cree que sea el trabajo, su madre todavía mantenía labores administrativas de la empresa dentro de casa.

—Iré a un infierno burocrático —canturreó Odalia, para que no sea tan malo como se puede pensar.

Los papeles ordenados en un fólder debajo del brazo es uno de tantos papeleos que requiere hacer con urgencia antes de medianoche, que es cuando entraría en validez algunas nuevas normas dadas por el nuevo aquelarre del emperador.

—No te duermas muy tarde —advirtió la mayor—. Nos vemos, gatitas.

—Miau... —maulló Ghost, para alegría de Amity.

—Eso confirma que Ghost es chica —expresó Mittens contenta, aunque volvió a voltear y poner a su taliamigo patas arriba para cerciorarse de aquello—... creo.

Mientras tanto en la Casa Búho.

— ¡Mami, a qué hora te dijo Raine que vendría! —exclamó Luz desparramada en el sofá, envuelta en un aura de flojera y de voraz apetito.

—Ya debe estar llegando —informó la bruja, acomodando algunos archivos dentro de su cabello—. ¿Y esa cara larga?

—Me hubiera encantado que nos acompañes en el almuerzo —expresó la menor.

Era el día de la semana dónde compartirán un almuerzo familiar junto a Raine. Su tía Lilith faltó esa oportunidad por algunos asuntos del aquelarre. Sin su madre tampoco, las cosas inevitablemente no serían tan divertidas. Sin embargo, Luz confía en que ella llegará a tiempo para la pijamada general donde comparten chucherías mientras se ríen de cosas graciosas en la bola de cristal.

Luz lo ve como actividades muy divertidas. La realidad era que... Eda y Raine lo planeaban, desde hace unos meses, con la intención de que la menor se vaya haciendo una idea para cuando Whispers tome un lugar fijo en la Casa Búho. Tantean la opción, y tal vez un cambio de hogar, pero la bruja se mantenía firme en la idea de no abandonar la casa que construyó al lado de la torre de su padre.

—A mí también me hubiera encantado. Pero, ya sabes, mamá tiene que trabajar —comentó Edalyn.

La tarde de la bruja se vio distorsionada debido a cierto correo del mes pasado que Hooty olvidó vomitar. Fue una accidente del búho, o seguramente una pequeña venganza luego de que Luz, hace unos días, lo molestara varias horas con que expulsara el paquete de champiñones.

Eda tenía que asistir al centro de la plaza de Bonesbrought, concretamente al edificio de clima laboral más lento de todas las Islas: "El centro de seguro social, pago de hipotecas, DNI y demás cosas aburridas". Ese era el nombre completo. No tiene uno más formal porque a nadie le gustaba trabajar o asistir allí, por más necesario que sea para la sociedad de las Islas.

La madre de familia fue llamada urgentemente para llenar y actualizar cierto papeleo que le renovará su permiso de venta en el mercado; de lo contrario, sería multada. Eda zanjó aquella etapa caótica de su vida, llena de persecuciones y estafas, aunque el contrabando entre dimensiones nunca se detendrá.

Edalyn no habría querido recomponerse en la sociedad de las Islas si no fuera por dos simples razones: Darle una buena imagen a su hija, desterrando la horrible etiqueta de "hija de chatarrera" con la que Luz fue hostigada varios años en Hexside. Asimismo, ya no existían motivos para estar contra la ley, luego de que se transformara en algo justo para brujas pertenecientes a un aquelarre o no.

Gracias al papeleo, obtendría también un seguro de trabajo en el aquelarre de sanación. Eda ya puede tratar mejor su crónico dolor de espalda, consecuencia de ser el personaje que carga todo el peso de la historia de la edad.

—Buuu, abajo la burocracia —abucheó Luz, alzando ambos brazos con ánimo.

—Exaaacto —asintió Eda—. ¡Abajo la democracia!

— ¡Y arriba el aquelarre de la chica mala! ¡Buuu! —abucheó la morena con un grito, para acto seguido regresar a su sedentario y hambriento estado en el sofá—. Me pregunto qué traerá Raine para el almuerzo.

—Creo que... te sorprenderá. —Eda le regaló una pícara mirada, misma que se llenó de alegría por el griterío de Hooty.

—Llegó la persona de sexo dudosa, ¡hoot!

—Solo dos cosas, amigo búho. Número uno ¡qué bien! —exclamó Luz. Por fin llegó su comida favorita del día, y Raine.

—Número dos, ¡el chiste ya pasó de moda, Hooty! —agregó Eda en forma de regaño.

Hooty lanzó un ululeo disculpa para seguidamente abrir de un portazo. Luz salió disparada del sofá, dispuesta a saludar a Raine con un abrazo, como habitualmente lo hace.

Sin embargo, no pudo concretar su gesto al toparse con una muralla conformada por 3 altos jóvenes de distintos tonos de piel. El chico de tez morena destacaba por sus lentes, la chica de tono rosa pálido era la más bajita del trío y tenía el cabello blanco; por último, la chica más alta era una agraciada vampiresa de sobresalientes colmillitos superiores y gran sonrisa.

— ¡Hola! // Buenas tardes // ¡Tengo hambre! —exclamaron, abruptamente, los 3 recién llegados al unísono.

—Uh... —Luz se sintió, más que confundida, abrumada por el repentino arribo de alegres personas desconocidas a su territorio—. ¿Y Raine?

— ¡Mírala, es más bajita que yo y tiene grandes orejas! // También tiene un bonito color de ojos —chillaron las chicas mayores, picando dulcemente el rostro de Luz.

—Pero solo dos pestañas debajo de cada uno —agregó el chico moreno de lentes pequeños.

Si bien los halagos hacia Luz eran bonitos y muy bien intencionados, eran tan desordenados y efusivos que la menor solo atinó a encerrarse debajo de su capucha de gato, aparte de que se sonrojó de vergüenza por el trato cariñoso de jóvenes más grandes.

—Titán, solo huelo a descontrol —murmuró Eda saliendo de la casa, aliviada de no soportar a los curiosos brujos—. Me hago tarde, regreso en la noche, amor.

—Está bi... ¡N-No, mamá! —Muy tarde chilló Luz.

Ver esa expresión burlona de su madre, contando de que era una despedida; Luz sabía que un ataque de besos en la mejilla era inminente. Le repitió hasta al cansancio de que ya no era una bebé, y consideraba que solo un besito bastaba para una brujita casi adulta como ella.

—Me avergüenzas... —musitó, despegándose de la molestosa madre.

—Y hasta luego para ustedes, "murciélagos" —despidió Eda al trío entre murmullos, guiñándoles antes de alzar vuelo con dirección al centro de la plaza.

—Owww...

La vampiresa soltó un balbuceo enternecido. Los relatos que le fueron llegados no mentían sobre los adorables pucheros de la hija de la Dama Búho.

— ¿Por qué no haces eso con nosotros? —preguntó el joven de lentes a Raine, que recién llegó y todavía trataba de recuperar el aire tras perder la pequeña carrera hasta la Casa Búho.

—Por qué... —Raine se atoró con su propia saliva, por poco y el desayuno terminaba en el tapete de la entrada—. Demonios, ya no tengo el mismo físico de antes.

—Eso es porque ya no sales a entrenar con nosotros —reprochó la morena vampiresa.

Mientras la chica de tono rosa claro ayudaba a Raine a reincorporarse sin que se descuadre la columna, Luz permaneció quieta, analizando la situación sin llegar a una clara conclusión.

—Ya me perdí.

Luz ladeó su cabeza. No cree que alcancen en la mesa o siquiera guarden sillas para gente extra en el comedor.

— ¿Qué tal si pasan y me explican lo que sucede—preguntó la Clawthorne.

— ¡Es algo simple! —La vampiresa entró a la sala sin poco tacto, guiando a los demás chicos. Raine se disculpó con Luz por la repentina confianza, así era la forma de ser de la vampiresa: Katya—. Bueno... no tan simple. Hay una interesante historia de trasfondo.

Las favoritas de Luz. La niña se lo hizo saber al jalarle de su vestido azul oscuro, interesada por el pequeño relato.

—Desde hace años Raine nos cuida. Somos... huérfanos —confesó la vampiresa.

—No tan huérfanos, Katya —contradijo el joven moreno, casi como un reproche.

—Cállate, Derwin —amonestó la bajita chica de tez rosácea.

—Tú cállate, Amber —contraatacó el moreno.

— ¡Shhh! —Raine siseó. Su pequeño silbido activó un hechizo que jaló las largas orejas del par de peleoneros—. Dejen continuar a su hermana. Prosigue, Katya.

—El punto es que Raine nos cuidó y pagó todas nuestras necesidades hasta que nosotros mismos pudimos mantenernos. Sin contar que nos brindó un hogar, compraba ropa, hacía de comer y... muchas cosas más —culminó Katya rápido por si la volvían a interrumpir.

—Ow... —Con un evidente sonrojo, Raine, con mímicas, minimizó el hecho. Ser la "estrella" de una historia nunca fue su estilo—. No fue nada, en serio. —Lo volvería a hacer miles de veces más si fuera necesario.

— ¡Claro que sí fue algo! —reprochó la vampiresa, Katya, golpeándole el hombro amistosamente—. Ninguna persona cuida de 3 chicos por casi 6 años y dice "no fue nada", Rainstorm.

— ¿Rainstorm? —Luz curvó una ceja curiosa.

—Ya les dije que le llamen solo por su nombre. —De fondo, la chica rosa, Amber, increpó a Katya.

—E-Está bien, no me molesta. —Raine se acostumbró a la reactivación de su antiguo apodo. Ahora, quería centrarse en la pequeña Clawthorne, que tenía un mar de cuestionas en su cabeza—. Y... bueno, Luz, ¿ya te presentaste?

—Malos modales, lo siento. Pero no es cómo ellos también se hayan presentado —comentó Luz en una fingida molestia.

—Dijimos los nombres del otro, ¿eso cuenta? —preguntó Katya burlona.

—Tal veeez.

Luz dio su brazo a torcer rápidamente, para sorpresa de Raine. A la niña le agradó la rápida historia de trasfondo, y le llenaba de orgullo decir que casi "oficialmente" es familia de Raine Whispers; pero su estómago gruñía de hambre y deseaba zanjar el tema de una buena vez.

—Aun así, yo sí me presento. Me llamo Luz...

—Baaah, no hace falta —interrumpió el moreno, Derwin, rodeando un brazo en el cuello de la niña—. Eres la famosa Luz Luz. Raine habla mucho de ti en casa.

—Claro que siempre tuvimos un ojo en ti porque querías cortarle una mano. —Amber señaló sus ojos, y luego los de Luz, dándole a entender que la mantienen vigilada.

— ¡Ya me disculpé! Raine, diles —exclamó la menor. Whispers asintió, cosa que hizo bajar la guardia a sus "hijos"—. Bueno, ahora que ya sé la relación que tiene con Raine, entiendo por qué le acompañaron para el día del almuerzo en familia... eso me hace pensar, ¿por qué no vinieron antes?

—Tenemos... horarios algo complicados —señaló Derwin apenado—. Y no queríamos presentarnos mediante Penstagram contigo.

—Queríamos conocerte en persona —agregó Amber—. Le dijimos a Raine que tampoco nos mencione mucho.

El trío siempre trató de llegar a tiempo los sábados para conocer a Luz cara a cara, pero el trabajo y ciertas aventuras mágicas, algunas veces culminadas dentro del Conformatorium con una multa encima, evitaban el ansiado encuentro por ellos.

—Esta vez hicimos un espacio en nuestra agenda e insistimos en venir a verte, porque... —Katya alargó la palabra, expectante de que Luz complete la idea.

—Por qué... —Luz esperaba una respuesta.

—Ya sabes, Raine y tu madre están saliendo oficialmente desde hace casi 2 meses —señaló Amber.

"Oficialmente", fue un mero adorno para que Luz no se quede aturdida o piense cosas malas que pudieron pasar los últimos 3 meses en los que su madre y Raine verdaderamente salían.

—Así es, y estoy feliz por mi mami —Luz asintió energética—. Tengan en claro algo... ¡yo pedí primero ser la madrina de bodas!

Hace unos meses, Luz habría lanzado glifos de hielo sin control tras escuchar esa verdad de su madre teniendo una pareja, cuando ella le dijo que no pasaría nada, peor si se trataba de Whispers. Sin embargo, la sucesión de hechos fue todo lo contrario. Luz entendió, desde ese momento, que el amor llegaba de formas extrañas a la vida, y que no se podía descartar ninguna opción por más descabellada que suene en su momento.

—Regresando al punto, sabes, somos... básicamente, hijos de Raine —añadió Katya ya como última pista.

—Comprendo. —Luz estaba feliz por ellos.

—Y tú eres hija de tu mamá —insistió la vampiresa para que la niña finalmente complete la idea.

—Oh, ¿en serio?

Luz curvó una ceja, no sabiendo si la estaban vacilando a esa altura. Por parte del trío, la expresión boba de la niña no les ayudaba a deducir si de verdad Luz no adivinaba algo tan simple o simplemente se hacía la tonta... o simplemente era tonta.

—Chicos, siento que me quieren decir algo...

El último comentario de Clawthorne confirmó una teoría para la vampiresa.

—No mentías, ¿eh? —Katya soltó su jocosidad a Raine—. Nuestra hermanita es muuuy lenta —canturreó.

— ¡Hey! —increpó Luz con un chillido—. No tenías por qué resaltar sobre lo de ser lenta. A-Algunas brujas no pueden leer tan bien las indirecta como alguuu...n-naaas...

Fue ahí que algo hizo click varias veces en la cabeza de Luz. Ser lenta esa vez no fue la causa, sino que estaba tan distraída en lo genial que los chicos se veían, que simplemente no caviló la cercana relación que tendría con ellos gracias al emparejamiento de su madre con Raine.

— ¿Her... hermanita? —La palabra escapó como un tartamudeo de los labios de Luz, que seguía sin creerse una de las mejores revelaciones de su corta vida.

—Sí, ya sabes, tu madre y Raine están... —repitió Katya.

— ¡Hermanita! —No obstante, Luz interrumpió a la vampira de un fuerte abrazo alrededor del torso—. ¡Siempre quise una hermana! ¡Y ahora tengo dos! —apuntó a Amber.

La chica de tono rosa pálido se unió al abrazo, dejando de lado al hermano. Un sonoro "Auch" fue lo que brotó de Derwin por la nula atención de Luz.

— ¡Tú también me agradas! —expresó la Clawthorne en un mullido tono.

Luz no dejaba de aferrarse a Katya. Si la soltaba o dejaba de presionar su rostro con el torso de la chica, lo más probable es que la emociones la sobrepasen y termine sollozando de felicidad, mojando la blusa de su nueva hermana.

—E-Es que ya tenía algo parecido a un hermano —explicó Luz, refiriéndose a King—, tener 2 hermanas e-es muy emocionante y...

—Owww... —Katya removió efusivamente el cabello de la niña, lo cual hizo que levantara su cristalizada mirada a ella—. Luz, n-no me veas con esos ojos o lloraré.

—S-Son los únicos o-ojos que tengo en este momento.

La niña dejó el abrazo para empezar a abanicar las dos manos contra su atomatado rostro a punto de explotar. El sollozo en su pecho era contagioso, hasta Raine presentía que podría dejar escapar una lagrimita. Y, sin duda, los gimoteos alegres de la niña, similares a un perrito, conmovían a los jóvenes

—L-Los conozco desde hace 5 minutos, p-pe-pero ya los a-amo —tartamudeó una vez más, pero, para su bien, Luz conocía una que otra técnica para evitar que su corazón salga disparado de su pecho.

—Oh, Titán. —La cumbre máxima de emociones preocupó a Katya, que había invocado una pequeña cajita envuelta con papeles de puntos coloridos y un moño rojo encima—. Ya no sé si darle mi regalo, no quiero que se desmaye o algo así —le comentó a Raine.

Y que, por ende, la Dama Búho la intente golpear.

— ¡REGALO! —Luz se abalanzó para quitarle la cajita, la cual no duró ni medio segundo envuelta en sus manos—. ¡Es una guía de cómo hacer... ¡ *Gasp* ¡Yo te conozco, eres la chica que hace historias sobre vegetales en Pattwad!

Katya cubrió su avergonzado ser detrás de Raine, que le daba palmaditas en el cabello para que sea valiente.

Luz descubrió su trabajo premium a tiempo parcial. La vampiresa estaba muy emocionada de obsequiárselo luego de que Raine le confesara la profunda admiración que tenía la niña Clawthorne por las novelas de romance, fantasía y fanfics.

—Y... ahí se fue mi oportunidad de ser la hermana preferida —habló Amber entre suspiros.

—Tú eres mi hermana preferida —consoló Derwin.

—Pero yo quería ser la de Luz...

La plaza central de Bonesbrought lucía más desértica que de costumbre; Eda comenzó a tener una buena corazonada. De un modo u otro, significaba que sería un día tranquilo con pocas personas dispuestas a realizar trámites y firmar miles de papeles.

—Dinero, papeles del seguro, acta de nacimiento de Luz, ficha de adopción de King... —enumeró la bruja, extrayendo los objetos de su cabello—. ¿Acaso estaré olvidan...? Santa mier...

Las pisadas de sus tacones se detuvieron abruptamente al instante levantó la vista tras girar en la calle previa al edificio donde se dirigía.

En un principio trató de ser optimista, pensando de que era una tonta coincidencia con alguna firma de autógrafos de un escritor conocido por Luz. Pero no fue el caso, Owlbert sobrevoló para fijarse el inicio de la fila, confirmándole a la Clawthorne que fácilmente habrían más de 200 personas delante de ella, con papeles en mano y vestidas algo más formales para entrar al edificio burocrático.

Edalyn ya sabe porque la plaza estaba vacía, todos hacían fila de último momento con el objetivo de ser atendidas antes de medianoche.

—Ni para la película de la semana pasada hubo tanta gente —refunfuñó, arrugando los papeles en una forma de desfogar su odio sin dañar propiedad pública.

Ese día de la función Luz la obligó a ir más temprano de lo habitual que se iría a un cine, casi al medio día. Al final, tuvo que darle la razón a su hija, conseguir boletos y palomitas fue lo más cercano a una batalla campal. Solo espera que la fila dónde está actualmente no se vuelva loca y anárquica por la abrumadora espera.

—Sí... creo que debimos llegar antes. Estas cosas pasan porque el emperador estableció nuevos protocolos de... —comentaba una voz al frente de Eda; cabello verde en tonalidad aguamarina, ropa formal, compuesta por un largo vestido morado.

El peinado hecho en un gran moño de esa bruja hizo que el corazón de Eda se paralice por un milisegundo y su larga melena grisácea se erizara. La Clawthorne analizó las posibilidades, y en cómo estuvo tan ocupada releyendo sus papeles para no darse cuenta de la bruja que tenía frente suyo se le hacía en extremo muy conocida.

—Lo que me faltaba —masculló, regresando con incomodidad su mirada hacia abajo; suspirando y apretando el puente de su nariz.

Ante el reconocimiento de la voz de Eda, la bruja de cabello verdoso volteó. Vio a la Clawthorne de gacha mirada, soltando algunos quejidos ininteligibles. Odalia mentiría si dijera que un hermoso sentimiento calentó su corazón, lo que se vio reflejado en sus mejillas teñidas de un tono rojizo y ojitos definidos lo más cercanos a un término "brillaban". Su rostro era algo menos atomatado que el de su hija menor, pero de igual manera, reflejaba claramente su nerviosismo por el repentino encuentro.

Fue una gran alegría para la peliverde; no obstante, la repentina sorpresa de toparse con Eda hizo que el cerebro de Odalia no se preparara correctamente. La sangre de manzana que recorría su cabeza empeoraba su juicio. La socialización con personas de su edad es aún difícil para Odalia. Claro que, una cosa era vender inventos tecnológicos para una empresa con discursos previamente elaborados, y otra muy diferente era iniciar de cero y crear una conversación con la bruja por la que su corazón palpitaba cada vez más rápido.

—Debo estar en una pesadilla... —bufó Eda, dando media vuelta—. Al carajo, volveré otro día.

Sin dejar que Odalia procese correctamente la situación, Edalyn dio un paso atrás para zafar de la fila, aprovechando de que era la última, hasta ese momento, en llegar.

"¡Pfffsss!", sonó un chillido de amonestación. Antes de que Eda se salga, un guardia del complejo se le acercó.

— ¿Acabas de reprenderme con un silbido grave? —preguntó curiosa la Clawthorne.

—Olvidé mi silbato en casa, pero ese no es el punto —habló el guardia—. Señora, si desea salirse de la fila, le advierto de que no será atendida hoy porque llegarán más brujas. Pero en todo caso insista, deberá tomar un número de la máquina para agendar nuevamente. Cómo verá, la fila es enorme y lo más seguro es que mañana sea igual —explicó, extendiéndole a Eda una pequeña máquina dispensadora de boletos.

—Ugh...

"Agendar nuevamente" no entraba en sus planes. Edalyn rememoró la advertencia en la última carta que escupió Hooty, y las cosas que Lilith le dijo que tenía que firmar.

Si no pagaba y ponía sus papeles en regla hasta máximo la media noche, al día siguiente le embargarían su humilde puesto de extravagantes objetos interdimensionales. Claro que podría poner resistencia. No sería la primera vez que el gobierno la intentara sabotear, pero regida por las nuevas reglas, y su idea de una vida en paz para el bien de su hija, Eda prefirió acercarse a la máquina y tomar un boleto. Al extraerlo, no tardó en soltar maldiciones internas por cada segundo que sentía la curiosa mirada de Odalia sobre ella.

— ¡¿Número 700?! —exclamó la Clawthorne.

—Vaya... yo tengo el 699 —agregó Odalia en voz baja, lo que hizo molestar más a una Eda que encaraba al guardia.

— ¡Para cuándo diablos está agendado el 700! —recriminó.

—Cinco meses —agregó el guardia—. O espera ese tiempo en el que podrá ser atendida sin una larga fila de por medio... o se traga la espera de hoy para ser atendida antes de medianoche.

—Ugggh... ¡ya hasta me cansé de quejarme! —Si no hubiera mucha gente, sobre todo Odalia, Edalyn se dejaría caer al suelo hasta que las personas avance miseramente unos cuántos centímetros.

"Solo no haré contacto visual y todo estará bien, ¿verdad?", pensó, esperando recibir algún tipo de comentario. Eda misma se golpeó la cabeza luego de recapacitar. Obviamente nadie le respondería.

Para matar el tiempo, la Clawthorne invocó su pergamino, por lo menos así se aseguraría de evitar la molestia de cruzar probables miradas con Odalia con videos graciosos que Raine grabará sobre lo que acontecerá dentro de la Casa Búho.

—Entonces... —Sin embargo, la bruja peliverde fue la primera en romper el tenso ambiente. Había cientos de personas relativamente cerca de ellas, pero Odalia percibía como si se encerraran en su propia burbuja—. Edalyn, ¿cómo estás?

—... Mal —Tardó en responder cortante, sin despegar la mirada de su cuenta de Penstagram.

—Oh, sí. La fila es enorme y el sol quema horrible —supuso Odalia que se refería a eso—. ¡Oh!, te debes estar preguntando por qué estoy acá.

—En realidad... —La Clawthorne solo quería que se callara.

—Verás, tengo que regularizar algunas cosas de mi empresa. Es el último día del mes y sería algo negligente de mi parte pasarlo por alto, lo sé. Además, ¡rayos!, tengo otro problema. No debí posponer tanto el tema de los impuestos de la nueva casa que compré. Esa misma donde Luz se hospedó una vez, ¿lo recuer...? Ay, claro que lo haces, la dejaste ahí. Y no sé si tu hija te lo contó, pero... las cosas ese día se volvieron un tanto locas.

Odalia casi se quedó sin aire. Su parloteo fue muy rápido, por lo mismo que seguía nerviosa y no se le ocurrió algo más con lo que iniciar una charla de cero.

—Sí... —Eda continuó en su labor de ignorarla.

—Entonces...

— ¿Entonces qué? —La Dama Búho comenzaba a irritarse más de la cuenta.

— ¿Cómo te ha ido? —insistió Odalia sin borrar la esperanza de su rostro.

—Ya te lo dije, todo mal.

"Sobre todo ahora que tengo que soportarte", bufó Eda internamente, aunque ganas de reprochárselo en la cara no le faltaron.

—Me refería en general. Tu vida. —Odalia moduló su tono en uno suave y amable, y no en uno lleno de curiosidad.

—No te tengo que decir nada —sentenció Eda cruzada de brazos, sin querer mirarla a los ojos.

—Oh, bueno... solo trataba de entablar conversación, será una larga espera.

Eda dio un pisotón, regresando el pergamino a su cabello. Si no callaba a Odalia, jamás tendría unas míseras horas de paz. Por lo pronto, el chico que compraba frutas a un lado no despegaba su mirada de ella, acción que, obviamente, toleró muy pocos segundos.

— ¡Qué carajo me miras! —bramó Eda, confrontando bruscamente al inocente transeúnte que presenciaba la inusual escena de la conocida Dama Búho con la segunda al mando de Empresas Blight & Lavier.

—Disculpe, caballero. —Odalia intervino a favor de no crear un escándalo—. Verá, mi amiga es un poco... ruda.

— ¡No somos amigas! —reprochó Eda efusivamente, atrayendo indirectamente las miradas de la mayoría de las brujas en la fila.

Odalia nunca fue una señora a la que le gustara ser el punto donde los reflectores apuntan, salvo sea en temas de negocios. Sin preguntarle a Eda, dibujó un círculo entre ambas. Segundos después, la Clawthorne se maldijo de que su mente se viera invadida sin su consentimiento.

—Listo, ahora podemos hablar telepáticamente —señaló Odalia. Habilidad cortesía de una experta bruja oráculo—. Creo que es mejor, no queremos incomodar a los demás.

— ¡Genial!, ahora no solo te tengo frente mío, sino también en mi cerebro. —expresó Eda sarcástica, del tipo "mal gusto". No moviendo sus labios, pero sí dibujando molestia con sus cejas y ceño fruncido.

— ¿P-Por qué tanta hostilidad? —cuestionó, sintiendo claramente el disgusto en el tono de ella—. Edalyn, yo quiero...

—Porque te aborrezco, Odalia —interrumpió bruscamente. Sin embargo, el pequeño gimoteo dolido de Odalia le hizo arrepentirse levemente de su hostilidad—. Lo siento, no quise expresarme de esa manera... solo deja de hablarme.

—No —sentenció, serializando su tono, arrugando la parte baja de su vestido mientras su mano no dejaba de temblar—. No me quedaré callada otra vez. —Ya no lo permitirá—. Por favor, tienes que estar al tanto sobre la situación de los nobles en las Islas. Edalyn, por fin soy libre... y será obra dramática del Titán, pero tenerte enfrente mío y poder hablarte es una gran bendición para mí.

—Titán santo —suspiró Eda mortificada. No quiere excusas, porque sería revivir un pasado que ya enterró hace mucho tiempo. Además, todavía tiene en mente cierto asunto sin revelar, pero del que tiene muchas sospechas.

—Sé que no tengo perdón por dejarte cuando éramos... bueno —continuó Odalia, poco a poco forjando su valor de apegarse—. Pero escúchame, por favor.

—Cállate, maldición...

—N-Nunca quise que las cosas terminaran de ese modo, Eda. Entiende que era cuestión de vida o muerte. S-Si no me casaba con Alador, yo... mi madre.

—Ugh... —balbuceó aburrida, con ganas de cerrarle el hocico con algún hechizo.

—Tuve que mantener las apariencias por años para evitar que mis hijos tomen, en lo que era ese entonces, el camino incorrecto... quería que ellos posean... alguna mínima capacidad de elección en sus vidas.

Sin necesidad de preguntar, Odalia se dejó llevar. De cierta manera, expresarse de esos temas con alguien que no sea Alador, de lo aterradora que fue su vida, era una especie de desahogo. Era liberador. Su pecho no paraba de latir como si explotara, y sus manos temblorosas denotaban su valor de hablar.

Alguien por fin escucha un lamento callado desde hace décadas por la sociedad.

—No tienes idea de todo lo que sufrí —prosiguió Odalia—. Todo el maldito esfuerzo que mantuve para ser perfecta a la vista de los demás. Felizmente mis hijos no crecieron tan miserables como yo, porque me esforcé en ser una buena madre sin haber tenido algún buen ejemplo de crianza.

Aun así, tras alcanzar el máximo deseo de que sus hijos y ella puedan tomar libre decisiones, Odalia percibió que le faltaba algo. Desde hace varias semanas se lo cuestionaba más seguido. Y la conclusión a la que llegó fue que no le faltaba algo, sino...

—En la actualidad soy feliz, gracias a todos estos... milagrosos cambios —suspiró de alivio la peliverde—. ¡Me encanta tomar mis propias decisiones! Pero la verdad... lo que más me encanta, es que por fin puedo elegir con seguridad... algo importante para mí.

Pese a que Eda trataba de ignorarla al mantener la mirada hacia abajo, dejando que su larga melena cubra su rostro; Odalia aprovechó la mano libre de ella para que entrelacen sus dedos.

—Creo al final... sigo sintiendo que... me falta alguien —finalizó con un suspiro.

— ¿Qué? —Edalyn notó la "melosidad" con la que la bruja habló y la tomó de la mano. "Incomodidad", fue lo que gritó su cuerpo, hasta el búho de la maldición dentro de ella graznó porque cada molécula de su ser se aleje—. P-Pero. Es que... ¡¿qué carajo, Odalia?!

—Siempre quise volver a charlar contigo. —La peliverde trató de tomarla de la otra mano, pero Eda obviamente dio un paso atrás para separarse—. Te extrañé... sé que tú también lo hiciste.

En su momento Eda lo habría admitido. Sin palabras, su propio cuerpo se le hubiera abalanzado encima y regalado cientos de besos en el rostro. Pero esa pequeña búho se fue de sabático, al regresar maduró y se dio cuenta de que su estabilidad y lo que haga con su vida ya no dependía enteramente de ella, sino que debía tomar en cuenta lo mejor de algo... o alguien que pueda beneficiarle a su pequeña Luz. Raine es un gran ejemplo, y Eda está más que contenta de haber enterrado su pasado.

—Estás loca. Deliras por algo que pasó hace varias décadas —increpó la Clawthorne—. No te aferres a tus sentimientos y déjalos desaparecer. ¡Reacciona!

—Mis sentimientos nunca se irán —respondió Odalia, insistente en querer nuevamente tomarla de las manos—. ¿Podemos por lo menos... ser amigas? Tal vez, luego de ponernos al día, podamos, no lo sé... ¿planear algo para nosotras o...?

Odalia se arrepintió de continuar. Ella posee la moralidad suficiente para darse cuenta de que la embarró, recordando que Eda mantenía una relación en ese momento. Sus palabras idiotas ya no se podían retirar de la cabeza de la Clawthorne.

—Oficialmente estás loca —comentó Eda, preparando mayores reproches—. Déjame decirte algo, y que quede MUY claro. No quiero, no deseo, y no necesito algo de ti. No puedo creer que te hayas aferrado al pasado de esa manera tan... ¡estúpida!

— ¡No es estúpida! S-Solo mantuve la esperanza de que... no lo sé. —"Promesa"—. En su momento, nosotras juramos que siempre... —se detuvo, tomándose un segundo de respiración antes de que vuelva a malograrlo todo, esta vez de forma definitiva—. Lo sé, yo me fui sin explicaciones y me amenazaron no volver a verte, pero sabías que mi familia estaba en problemas... y sabes lo que les pasaba a los nobles al final. Pensé que comprenderías, que la Eda que conocí entienda por lo que pasé y que la sigo amando.

—Ya no soy la misma Eda. Las cosas cambian, carajo —riñó la Clawthorne, gruñéndole con su colmillo de oro postizo—. Las personas cambian. ¿En serio creíste que sería la chica de novela que sigue enamorada de un amor que la abandonó hace décadas?

— ¡Ya te dije que no te abandoné, me obligaron!

— ¡Pero entiendes el punto! —reprendió con la misma intensidad—. Odalia, por favor, ya no sigas que no quiero llegar a revelaciones mayores que me obliguen a ser verdaderamente una bruja mala, MUY mala.

—N-No, no puedo dejar las cosas así —insistió. Seguían comunicándose por la mente, pero en la realidad, la peliverde dio un paso atrás para tratar de tomar a Eda de la mano, sin éxito—. Te enamoraste de Whispers, las cosas no eran así... —murmuró.

—Te lo dije... o por lo menos debiste inferirlo. Ya no soy la bruja que conociste, Raine tampoco. —Eda soltó una última exhalación, que esperaba sea el punto culminante de la inusual charla—. Esta será la última vez que te lo diga. Date vuelta, sal de mi cabeza e ignórame todo lo que dure esta fila del demonio. Luego nos iremos y NUNCA más quiero volver a verte... a no ser que deje a Luz en tu casa para que juegue con tu hija. Pero gracias a este mal momento, me replanteo si tu la "Odalia Menta Junior" será buena influencia para mi niña.

—No metas la relación de nuestra hijas en esto.

—Relación en base a una amistad, ¿verdad? —preguntó, en un principio segura de ello, pero cuando Odalia rodó los ojos, Edalyn se percató de que las niñas algo más habían formado—. Oh, no...

—Se dieron dos besos —confesó. Al final Alador se lo contó, y la verdad en un principio le chocó la idea de que su bebé Mittens crezca tan rápido.

— ¡Luz solo me contó sobre el primero beso! —exclamó la Clawthorne—. Caramba, le dije a esa niña que se lo pensara dos veces antes de llegar a segunda base.

—Son muy lindas... —murmuró enternecida, para mirada confundida de Eda—. Es decir, si llegara verdaderamente a pasar, aprobaría su relación. Luz es una buena niña.

— ¿Cómo sé que no lo haces para acercarte a mí? —Curvó una ceja, acción que Odalia no sintió algo muy acertado de su parte—. Bah. No creo que seas tan descarada para hacerle eso a tu hija luego de fanfarronear de que eres una excelente madre.

—L-Lo digo con la mayor sinceridad posible. —Luego de que Odalia haya sufrido por no poder darle una vida sana y libre de elecciones a sus hijos, que Amity escoja sin prejuicios quien le gusta es lo más bonito que le ocurrió como madre.

—Bien, bien... —suspiró Eda, terminando de procesarlo—. Ahora haznos un favor y vete de mi cabeza.

11:57 pm

Eda moría de hambre, frío y ya no sentía los pies. Lo único bueno que la vida le pudo ofrecer en aquella agonía, fue la llamada de su hija, y que se percatara de que solo faltaban 2 personas antes de ser atendida.

—No, cariño —respondió Eda, un tanto aburrida de repetirlo a través de la línea de su pergamino—. ¡No!, no me comió ni llevó un águila. Tardo tanto porque sigo en la maldita fila.

—Esas son malas noticias —comentó Luz entre bostezos—. Mami, solo faltan dos minutos para la media noche.

—Lo que significa... oficialmente estamos en problemas. —De aquellos en los que Lilith tendría que intervenir de una u otra forma—. ¿Me pasas con Raine? Le tengo que pedir prestados muchos caracoles.

—Mejor cásense y así se verá en la obligación moral de darnos dinero para la comida.

Pago que sería sin intereses, aparte de tal vez darle un besito o un "gracias". Luz maquinó todo en su cabeza y le pareció gracioso, aunque una gran opción si eventualmente el dinero faltaba y ya se le haya ocurrido una boda con temática de búhos.

Escuchando, sin querer ser chismosa, las opciones que tenía la Clawthorne sobre cómo afrontar su situación financiera, Odalia sintió un punzón en el corazón. Empatiza con ella, ¿o solo era un favor inconsciente con motivo malicioso de acercarse después a Eda? Sea lo que sea, Odalia no podía afirmarlo o procesarlo por culpa del caprichoso tiempo que no se detendría por ella.

—Edalyn... —llamó la peliverde, de forma baja por sí un tono fuerte la sobresaltara.

—Shhh —siseó furiosa la Clawthorne sin tomarle atención; no obstante, la peliverde seguía llamándola, ahora insistiendo al tocarle el hombro con un dedo—. Un segundo, señorita Luzura. —silenció la llamada con su hija—. ¿Qué te dije sobre no volver a...?

—Adelante —señaló, dando un paso al lado. La acción era clara, Odalia le ofrecía su lugar—. No estaré casada con Alador, pero sigo siendo co-directora ejecutiva de Industrias Blight & Lavier. Puedo permitirme pagar alguna multa; en cambio...

—No necesito tu pena —masculló Edalyn, reacia en aceptar ayuda externa, peor si era la de ella—. Me las arreglaré, no será la primera vez que pasemos por algo similar.

—Lo hago de forma desinteresada, no te sientas especial —respondió la peliverde, más calmada y sin parlotear barbaridades. La sangre de manzana ya se diluyó por su sangre, y la reflexión de ese par de horas la ayudaron a mantener sus ideas ordenadas—. S-Si alguna vez quisiera sanar las heridas del pasado... No, no. Esta es una sincera ayuda de madre a madre. Además, no es cómo faltaran menos de 60 segundos.

El anuncio que el guardia acababa de poner en la entrada señalaba que solo atenderán a una última bruja que atraviese el marco de la puerta. Edalyn analizó rápidamente opciones alternativas, pero su mirada fija en el boleto de la mano de Odalia no le dejaba culminar alguna otra idea que no sea la de aceptar la condescendencia de la peliverde.

—Esto para nada cambiará el hecho de que no te quiero ver de nuevo.

—Solo lo harás cuando dejes a la pequeña Luz en mi casa... sí.

La mayor parte de las luces de la casa estaban apagadas. Edalyn entró sin hacer mucho escándalo, aparte de que Hooty dormía profundamente con un gorro de fiesta puesto.

El último mensaje que le dejó su hija era cuanto menos enigmático: "Mamo, crep qe ya twngu sweñu". Fue hace aproximadamente 30 minutos, por lo que Edalyn sospechó que los otros jóvenes también yacían inertes también en sacos para dormir en la habitación de su hija.

Para no hacer más ruido, además porque sus pies le estallaban de dolor, Edalyn se quitó los tacones, subió hasta el segundo piso y entreabrió levemente la puerta de la habitación de Luz. El panorama de almohadas y varios dulces desparramados fue sumamente... doloroso de ver. En la mañana se mató limpiando los pisos por la mañana.

Sin embargo, ver a su niña dormida, mientras se chupaba su dedo pulgar, derritió su corazón. Eda posee grata sensación de que su pequeña haya podido convivir con sus "hermanastros" y se convirtieron en un grupo tan unido. Próxima misión, evitar que King sienta que Luz lo dejará de lado.

Luego de darle a Luz su respectivo beso en la mejilla de buenas noches, Eda tomó rumbo a su propia habitación, ocupada por alguien para sorpresa de nadie.

— ¿Edalyn? —Whispers talló sus ojos, reincorporándose al borde de la cama—. Perdón... me ganó el sueño mientras leía esta revista sobre familias extensas.

— ¿Ya te dije que eres la segunda cosita más bella de las Islas? —ronroneó Eda. Coqueta se apegó a Raine con un abrazo por la espalda.

—La verdad duele. —Raine siguió el juego de forma dramática, pero cuando escuchó a Eda soltar un cansado suspiro, supo que la bruja no estaba en su mejor forma—. ¿Sucedió algo en la plaza? Te noto... muy agotada.

—Eso te digo a ti. Quién diría que las ojeras y el cabello corto te sientan bien.

—Hacer dormir a una niña hiperactiva luego de que sus hermanos le hayan hecho comer muchos caramelos fue aterradoramente cansado. —Un escalofrío recorrió hasta su médula. Por poca y llaman al aquelarre de oráculos por un exorcismo—. Pero cuéntame sobre ti. ¿Fue un día muy pesado?

—Imagínate pasar más de ocho horas bajo el sol —comenzó Eda, bufando cada segundo—, parada con tacones. Tenía que repasar cada minuto las cosas que debía firmar, con el miedo de haber olvidado algo en casa. El colmo fue que una bruja parloteadora e idiota trataba de...

Edalyn habló con pesadez, quejándose de su mala experiencia en la plaza. Sin querer dejó escapar cierto detalle que no hubiera gustado censurar para evitar alguna clase de incomodidad con Whispers.

— ¿Quieres hablar sobre eso? —preguntó Raine. Aquel último comentario de Eda lo sintió el más molesto de todos, por lo que supuso fue la principal fuente de su complicado día.

—La verdad... no —refunfuñó Eda, dejando que la gravedad actúe y la deje desplomarse al lado de Raine en la nueva cama que compraron—. Ahora abrázame que no me acostumbro a esta cosa tan esponjosa.

Raine lo intentó, pero dormir en un nido con huesos de demonios rata entre las hebras jamás será algo con lo que su cuerpo o mente se acostumbre. Ahora el nido le pertenece a King, ya que según Lilith en unos años alcanzará grandes medidas.

—Anda, toma un baño para que dejes ir toda la pesadez—ordenó Raine cariñosamente.

Los menores estaban dormidos, Lilith trabajaba; aquella noche tranquila sería ideal para que se relajen tranquilamente, tal vez con una copa de vino y unos cuántos bocadillos mientras tonteaban de manera jovial al lado de la bola de cristal.

—No quiero hacerlooo... A no ser que me acompañes —coqueteó la bruja, para rubor de Raine.

—Me niego, hace frío —prosiguió el juego, fingiendo drama.

La parejita compartió una risilla, para acto seguido corresponder su afecto con un besito en los labios.

El pasado quedó enterrado para Eda. Le tomó tiempo, y le avergüenza admitir que durante un tiempo lloró y maldijo a la vida por alejarla de lo que creía era su verdadero amor. Pero, finalmente, logró pasar página, establecerse al lado de su hija y una pareja que la entiende y apoya incondicionalmente.

Por otro lado, Odalia obtuvo un gran golpe en su solitaria realidad. Solo tiene a sus hijos. Ellos son su mayor motivo de vida. Mantiene también una gran empresa de tecnología abominable. Pero Odalia se pregunta si, ahora que es libre, la vida podría ofrecerle algo más que llene el espacio dejado por su verdadero amor.

Edalyn la detesta; Odalia, una vez en su lujosa cama que comparte con meras almohadas, fijó su pensativa mirada en el techo de caoba de su también ostentosa habitación de color rosa; por fin pudo usar el tono pastel que siempre quiso desde niña. "¿Qué hice mal?", se preguntó. La respuesta era clara para ella, y dolorosa al mismo tiempo.

La respuesta era ella misma. Odalia no puede dejar el pasado atrás, porque es el pasado, durante su infancia y parte de su adolescencia, donde verdaderamente fue feliz, y sin que ese estado dependiera de otros. Fue en la radiante época cuando sus padre fingían amarse... fue en esos años que el amor tocó a su corazón. Todos esos sentimientos explotaron una vez logró hacer contacto, relativamente a solas, con la Dama Búho.

Odalia, ahora que posee completa decisión de su actos, desea regresar al punto donde compartió aquellos momentos de felicidad con la bruja que sigue queriendo a pesar de las palabras groseras que le dedicó. "¿Es malo tratar de reconectar con un antiguo amor?", para nada lo era según su punto de vista; sin embargo, no consideró que solamente ella tendría ese ingenuo pensamiento de tonta enamorada.

Las cosas y brujas cambian, después de todo. Ella lo hizo, pero solo era una máscara que deshizo hace varios años. La verdadera Odalia de bonitos sentimientos duraderos nunca se marchó, sus hijos siempre le recordarán que puede llegar a ser una mejor bruja de lo que fue su madre.

Por último, luego de que Mittens se disculpara nuevamente sobre una calificación baja que obtuvo y que escondió hace tiempo, Odalia se enredó dentro de sus sábanas y entre sueños refrescó algunas palabras exactas de Eda: "No quiero llegar a revelaciones mayores que me obliguen a ser verdaderamente una bruja mala, muy mala".

— ¿A qué se refería...? —balbuceó Odalia antes de quedarse con la duda interna en sus sueños.

Curiosidades:

—Por precaución ante cualquier cosa, Eda ya no cruza la puerta dimensional, solo envía a Owlbert.

—Odalia, al igual que Lilith, lograron prácticamente su mayor objetivo de vida. ¿Qué sigue? Es lo que ellas se preguntan. Lilith aún no lo sabe; Odalia, en cambio, tratará de revivir su vida social.

—Siempre quise introducir a los chicos murciélagos como hermanastros de Luz. La idea de que la familia se expanda, pero que la base parta siempre de Eda y Luz, a veces Lilith, alegra mi corazón asdfghjklñ. Además: Luz Luz feliz = Autor feliz.

Sí, la haré sufrir a veces, pero es parte de su desarrollo. Así que nomás calladita se me aguanta los traumas.

—Leí que existía una idea, no estoy seguro si es canon en la serie, sobre que Amity es una dueña algo ignorante respecto al cuidado de Ghost, causado por cómo fue criada. Me imagino a Odalia de la serie en modo: "Okey, bebé Mittens. Sé que aún tienes 6 meses, pero necesitas crecer rápido para que mamá haga su trabajo... así que toma, te traje pan".

En este fic es algo similar, solo que Amity es un poco más relajada y menos centrada, ya que fue mimada y Odalia ha sido taaan exigente con ella ya varios años de su vida. Claro que, siempre mantendrá su elegancia, inteligencia y fuerza adicional.

El capítulo estuvo un poquito largo. Además de que me demoré en armar bien las escenas. Sorry x"d

Recuerden que el Preguntas & Respuestas está abierto c:

¡Gracias por leer! Si les gusta la historia, pueden apoyarla con una estrellita o siguiéndome para no perderte de próximas actualizaciones <33. Si la comparten, OMG, sería el pibe más feliz de este lado del mundo.

¡Nos vemos! :DD

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