Nubes de tormenta [LCS #2]

By Ineskyblue

67.3K 11.2K 7.7K

Unos meses después del día que lo cambió todo, los chicos intentan volver a sentirse fuertes. Para ninguno es... More

Epígrafe y Booktrailer
Capítulo 1: Lejos
Capítulo 2: Intenciones ocultas
Capítulo 3: Ocultos
Capítulo 4: Independiente
Capítulo 5: Fingir
Capítulo 6: La canción
Capítulo 7: Hermético
Capítulo 8: Amigos
Capítulo 9: Reencuentro
Capítulo 10: Shots
Capítulo 11: Pertenecer
Capítulo 12: Dudas
Capítulo 13: Un mal día
Capítulo 14: Espacio
Capítulo 16: Adiós
Capítulo 17: Okay
Capítulo 18: Diferentes pero reales
Capítulo 19: Opciones
Capítulo 20: Estar mejor
Capítulo 21: Esperar
Capítulo 22: Inseguro
Capítulo 23: Cambios
Capítulo 24: Besties
Capítulo 25: Ella
Capítulo 26: Mejor
Capítulo 27: Nostalgia y caos
Capítulo 28: No puedo
Capítulo 29: Terco
Capítulo 30: Por ti
Capítulo 31: Paz
Capítulo 32: Sin constelaciones
Capítulo 33: Un beso
Capítulo 34: Siempre
Capítulo 35: Respaldo
Capítulo 36: Lo correcto
Capítulo 37: Colores verdaderos
Capítulo 38: Superhéroes
Capítulo 39: Dos opciones
Capítulo 40: En casa
Capítulo 41: Aventura
Capítulo 42: Declaraciones
Capítulo 43: Orgullo
Epílogo
Nota
Especial Navidad ★

Capítulo 15: Nube

1.4K 268 201
By Ineskyblue

SANTIAGO

—¿Pero estás bien? —le pregunto a mi amigo al teléfono.

El clima estaba extraño en la casa, nadie me dijo nada, pero Elai no estaba y era obvio que algo malo pasaba.

Por eso decidí llamarlo al salir de casa, y entonces me puso al corriente de lo que pasó.

Les dije que esto pasaría, pero jamás me escuchan, para ellos siempre soy el amargado de mente cuadrada, pero en definitiva soy el que mejor los conoce a todos, y el único que es realmente franco con lo que piensa.

—No... claro que no —murmura siendo sincero—. Estoy... triste y solo quiero llorar, es una mierda, porque me duele, pero al mismo tiempo no quiero dar marcha atrás.

—Sé cómo se siente eso, ¿Quieres que vaya a donde estás? —me ofrezco rápidamente.

—Tengo una reunión ahora, tal vez para el almuerzo, en algún sitio.

—Es tu casa Elai, no puedes irte, es ridículo.

—Es la casa de todos —me corrige de inmediato—, y solo tenemos dos habitaciones, así que a no ser que quieras hacerme espacio entre Aimée y tú, no tengo más alternativa que irme.

—Prefiero que duermas con nosotros antes de que andes por ahí solo.

—¿Y me dejas abrazarte? —pregunta soltando una risita.

—Hago el sacrificio, lo que necesites, quiero que estés bien.

—Era una broma, Santi, estoy bien —dice riendo otra vez—. Estoy acostumbrado a estar solo, no es nada nuevo.

—No vas a irte de la casa, así que tenemos que buscar otra solución —determino observando a Aimée esperarme en la acera mientras detengo el auto justo frente a ella—. Te veo al rato, si me necesitas antes solo llama y dejaré lo que sea...

—Lo sé, gracias.

Una despedida corta después, terminamos la llamada y observo atentamente a mi chica caminar hacia el auto.

Es hermosa, no necesita todo ese atuendo en colores claros perfectamente planificado, pero a ella le encanta pensar en los detalles y siento que de algún modo la hacen brillar por sobre todo lo demás, es ella, con sus ondas perfectas y brillitos en los ojos.

—Te ves tan hermosa... —le digo con sinceridad en cuanto sube al auto.

—Gracias —murmura bajando el espejito para comprobar su maquillaje—. ¿A dónde vamos?

Suena fría, hoy no hay cariñitos al parecer.

—¿Estás enojada?

—Sigues mintiendo y ocultando cosas, pero si quieres fingimos que no volviste a desaparecer esta mañana y te saludo con una sonrisa —habla con cuotas iguales de sinceridad e ironía.

—No estaba haciendo nada malo, lo entenderás ahora.

No tiene sentido seguir mintiendo con el trabajo en la academia, tendré que buscar otra excusa para desaparecer en las mañanas porque ya no está dando resultado, no sé cómo lo descubrieron, pero lo saben.

Sin embargo, hoy no miento, de verdad no estaba haciendo nada malo.

—¿A dónde vamos? —me interroga tomando del portavaso el café que compré para ella.

—Es una sorpresa. —Sonrío y enciendo el motor—. Pero igual te explicaré de camino.

—No estoy de buen humor hoy, tengo un mal día, odio estar comiéndome la cabeza todo el tiempo.

No quiero preguntar si tiene su periodo porque recuerdo que ella un día dijo que preguntar eso cuando está molesta es sexista, además creo recordar que ya le vino este mes, pero tal vez los días se me pasaron rápido y no lo noté.

El punto es que no quiero saber para adjudicar sus cambios de humor a eso, solo es que en caso de que lo esté, me gusta consentirla para que se sienta mejor, comprarle dulces y buscar una película de esas que la hacen llorar en el conflicto, aunque todo obviamente se va a resolver al final.

—Lo siento, sé que no lo estoy haciendo bien...

—No, lo haces muy mal, de hecho —responde siendo franca hasta por demás.

—Me he centrado mucho en mi propio dolor, pero eso no significa que no piense en el tuyo.

—¿A dónde vamos, Santi? —insiste mirando por la ventana para encontrar alguna señal—. Tengo que trabajar después del almuerzo, y quería ir a ver a Elai antes.

—No sé si... —comienzo a hablar de forma dubitativa—. Lo que hice no es del todo correcto, tal vez incluye un par de delitos leves, pero necesitaba hacer algo por ti.

—¿Qué hiciste? —se preocupa rápidamente en cuanto detengo el auto.

Estaba más cerca de lo que creí, no me dio tiempo a explicaciones.

—Tal vez estuve fuera de la casa de tus padres un largo rato en la mañana hasta que vi a tu padre salir con tu hermanita en su auto. Quizás lo seguí, y llegué hasta aquí. Y es una gran posibilidad que haya investigado el lugar, y descubierto que es un centro especializado en cuidado de niños con trastorno del espectro autista.

—¿Alissa está aquí? —me interrumpe con nerviosismo y mira por la ventana intentando ver algo más.

—Viene todos los días, hablé con la chica que está a su cargo por un rato y le conté algunas cosas, ella conoce a tus padres y le preocupa mucho tu hermanita, así que, aunque va contra las reglas, está dispuesta a romperlas para dejar que la veas.

—¿Es en serio? —pregunta volteando hacia mí con los ojos húmedos.

—Sí, en diez minutos tenemos que entrar, decir que venimos por una entrevista y ella aprovechará la hora del paseo de Alissa para encontrarnos en una de las salas que está al fondo, sin que nadie lo sepa.

Tal vez fui un poco impulsivo, espero que esto no genere problemas para nadie y mucho menos en el juicio, pero es que ya no podía verla así de triste cada vez que cualquier pequeño detalle se la traía de regreso a la mente.

—¿Se acordará de mí? Me da mucho miedo que no me reconozca y se asuste —murmura con la voz medio rota.

—Claro que sí, el amor no es algo que se olvide, simplemente está allí —aseguro quitándome el cinturón para abrazarla—. Respira y piensa en cosas bonitas, así le transmites eso a ella.

—Gracias —murmura abrazándome con fuerza—. Sabes que, aunque a veces no tengamos momentos buenos, siempre estoy segura de haberte elegido.

—Y tú sabes que, aunque no esté tomando las decisiones más acertadas, eres lo que más amo en este mundo y eso siempre será así.

Un beso corto y bajamos del auto, estacioné en la parte de atrás con la esperanza de que no se cruce con ninguna fan, porque lo último que necesitamos ahora son chismes sobre su hermana o la prensa hablando de esto.

En cuanto entramos me encargo de hablar con la chica de la administración, y aunque no le dijo nada a Aimée es obvio que la reconoció, tal vez debí pensar mejor en esto, pero de todos modos siempre podemos inventar que venimos a hacer donaciones, o alguna campaña de concientización.

En cuanto entramos en la sala que la chica me dijo esta mañana, ellas ya están allí. Alissa no se voltea al oír la puerta, está muy concentrada con una hoja y unos lápices de colores haciendo un dibujo. Me encantaría poder pasar tiempo con ella y conocerla, tenemos los mismos gustos, música y dibujo, siento que nos haríamos muy amigos.

Aimée se detiene un momento al cruzar la puerta, se ve nerviosa, quiere contener sus emociones, pero no le está siendo fácil.

Se acerca a donde ella está y se arrodilla a su lado para quedar a su altura.

—Hola, Ali —dice en tono bajito, pero la pequeña no despega la mirada de su dibujo—. Qué bonito lo que haces, hace mucho tiempo que no dibujamos juntas.

La pequeña levanta la cabeza hacia su cuidadora y dice una sola palabra:

—Agua.

Aimée parece sorprendida, de inmediato lleva su mirada a la chica frente a ella buscando una respuesta.

—Hemos estado haciendo énfasis en la terapia del habla, si bien Ali ya es bastante grande y tendría que haberlo hecho desde pequeña para lograr mejores resultados, igual hemos tenido avances.

—¿Dice más cosas? —se entusiasma volviendo a mirarla.

—Algunas, y en pocas ocasiones hemos logrado que junte dos palabras. Es un proceso muy lento —explica la chica, alcanzándole el agua a la pequeña—. Ella siempre te nombra, es su palabra favorita, tu nombre.

Aimée no parece estar preocupada por la falta de reacción de su hermana al verla, creo que de algún modo debe estar acostumbrada. De todos modos se mantiene a su lado, con su mano descansando sobre la mesa, justo al lado de la suya.

—¿Te puedo cantar una canción? La escribí para ti. —Acerca una silla y se sienta a su lado, y ante una breve mirada en su dirección que fue tomada como un sí, se pone a cantar unas pocas estrofas de algo que yo jamás había oído.

Alissa reacciona a la música, con una mano continúa pintando, y pone la otra sobre la de su hermana aceptando por fin el contacto físico.

Nos quedamos un rato muy breve, algunas canciones, un par de palabras bonitas, pero entonces la chica dice que ya no se pueden quedar. La despedida es la parte más difícil, Aimée deja caer sus lágrimas mientras deja un beso en su mano, ya que la pequeña no aceptó un abrazo en todo el rato que estuvimos allí.

—Te quiero —le dice Aimée—, te amo muchísimo, y pronto estaremos juntas de nuevo.

—Yo... ¿puedo volver a llamarte? —le pregunto a la chica que esta mañana me dio su número para ponernos de acuerdo.

—Sí, pero dejen pasar varios días, esto podría complicar la situación —acepta, aunque no del todo convencida.

—Muchísimas gracias, si en algún momento necesitas algo, lo que sea, no importa; solo llámame —ofrezco una vez más antes de cruzar la puerta.

Aimée sale de allí peor que como entró, me hace dudar de si hice bien o no, porque mientras caminamos por el pasillo no puede dejar de llorar.

—Esto es una mierda... —murmura mostrando su enojo—. Tener que venir de ilegal a verla, y no poder prometerle que regresaré, es como abandonarla dos veces.

Un chistido nos hace voltearnos a ambos, es la chica que cuida a Alissa una vez más, y se acerca corriendo hacia nosotros con una pequeña carpeta en sus manos.

—Sé que eso fue difícil, pero para Alissa el apego no es igual que para todos nosotros —le dice estirando la carpeta hacia ella—. No te extraña como tú a ella, no se siente abandonada, solo recuerda que te ama y eso no cambia.

—Gracias... —murmura en respuesta, aún sin comprender del todo lo que quiso decir.

En cuanto llegamos al auto y abre la carpeta lo comprende, son los dibujos de su hermana, y en la mayoría de ellos sale una chica con el cabello violeta y los ojos azules. Es obvio que lo que las une a ellas dos va más allá de todo, y se me hace demasiado injusto que tengan que estar separadas.

—Todo estará bien, mi amor —aseguro acercándome para darle un beso en la frente—. Haremos lo que haga falta, pero estarán juntas otra vez.

—Gracias por esto —sonríe ella, limpiando sus lágrimas—. Es como un pequeño impulso de fuerza para seguir luchando.

—Te amo. —Le sonrío de vuelta mientras se ajusta el cinturón.

—Y yo a ti.

___________

Después del almuerzo con Elai nos tocó trabajar por la tarde, lo noto muy introvertido, no nos habló mucho sobre los chicos o sobre cómo se siente, solo parece estar procesando toda la información antes de volver a hablar con ellos. Después del trabajo iban a ir a tomar algo, pero yo no tenía ganas, así que preferí regresar a casa.

Aimée insistió en venir conmigo, pero me negué todas las veces que lo hizo, que yo no esté de humor para fiestas no significa que ella no pueda estarlo, que no pueda salir y divertirse un rato.

Al llegar al departamento me meto en la habitación, pienso en tomar una ducha y entonces mi celular suena.

Es el padre de Elai, nunca le contesto cuando estoy en casa, pero hoy no hay nadie más que yo, así que lo hago.

—¿Qué pasa? —pregunto con seriedad.

—Tenías que ir a la convención hoy, y no estabas allí.

—No me invitaron.

—Es tu trabajo que te inviten, ganarte su confianza, no es algo tan difícil... —comienza a hablar con prepotencia, por lo que me veo en la obligación de interrumpirlo:

—Escúchame tú a mí, Georgio —digo con mi voz impoluta—. Yo cumplo con mi parte del trato, tú cumple con la tuya, no necesito que me digas cómo hacer las cosas.

—El tiempo se agota, Santiago, y aún no tienes nada.

—Tú tampoco —le recuerdo.

—Haz tu trabajo.

Ni siquiera me despido, termino con la llamada y arrojo el teléfono a la cama con furia. Ni siquiera estoy seguro de lo que estoy haciendo, a cada segundo que pasa tengo más dudas y todo es más mierda que el anterior.

—¿Con quién hablabas? —dice Aimée entrando sorpresivamente en la habitación.

—¿Qué haces aquí? —le desvío la pregunta.

—No, no te hagas, respóndeme.

—¿Por qué te quedas por mí? Te dije que eso solo empeora las cosas —recrimino en un nuevo intento de obviar lo anterior.

—Santiago, lo escuché todo, no me tomes por estúpida. ¿Hablabas con el padre de Elai?

—Sí —admito soltando un suspiro—. Él me está ayudando a descubrir la verdad.

—¿Elai lo sabe?

—No.

—Tú... —murmura dando un paso atrás—. ¿Cómo puedes hacerle esto?

—El tipo que pidió que me mataran... él solo pretendía dejar mal parado al padre de Elai, y supo cómo hacerlo por lo que Elai dijo en la televisión. Sí él sabe eso no podrá con la culpa, y necesitamos que alguien se mantenga fuerte... al menos uno.

—¡Está haciendo un puto juicio contra su padre por ti! ¡Lleva meses buscando algo para poder hundirlo, revolviendo en toda la mierda solo para cumplir su estúpida palabra contigo! ¿Cómo le mientes en la cara? ¡A Elai! Tú no puedes estar hablando en serio...

—Es que tú no entiendes... —murmuro, dejándome caer en la cama.

No lo hace, ella no puede saber cómo se siente todo, ella no puede entender el vacío, ni el dolor, ni la culpa. Sé cómo se siente vivir ahogado en la culpa, y jamás querría eso para mi mejor amigo, prefiero llevarlo solo, prefiero que todo recaiga sobre mí antes que seguir arrastrándolos a todos a la mierda en la que vivo desde que mataron a mi papá.

—Así que quieres encontrar al responsable... —acepta, aunque en tono irónico— ¿Y qué harás entonces? ¿Lo vas a matar? ¿Ahora eres un asesino también?

—No me grites, cálmate —le pido sintiendo una presión ya conocida en el pecho.

Esto se pondrá mal, lo sé, de un momento a otro ya no podré respirar, mis manos ya están temblando.

—¿Cómo quieres que me calme? ¡Tú no eres así! Ahora me mientes, y a todos, tomas decisiones estúpidas y peligrosas, estás resentido con la vida y crees que eso te da derecho a dañar a todos, pero no es así ¿Acaso no lo ves?

—Ya... por favor —vuelvo a pedir en cuanto veo que está llorando.

—¿Qué? ¿Cómo esperas que no diga nada? —Lleva sus manos a la cabeza metiéndolas por su cabello en ambos lados mientras suelta un suspiro en medio del llanto para intentar calmarse—. No puedo... ya no.

No puedo verla así, rota, luchando contra algo contra lo que no tiene dominio, esperando de mí cosas que no puedo darle. Ella no se merece esto, y yo solo la estoy manteniendo a mi lado porque la necesito, soy un maldito egoísta.

—Lo siento... tienes razón —acepto tragándome las lágrimas una vez más—. Yo no puedo sostener una relación ahora, solo te estoy haciendo daño.

—¿Qué? —se indigna rápidamente—. ¿Ahora también me vas a dejar?

—Yo te amo, tú... me has salvado tantas veces de mi mierda que ni siquiera eres capaz de imaginarlo, pero en ese camino te estás destruyendo tú, y no es justo.

—Esta discusión no era sobre tú y yo, era sobre cómo le estás mintiendo a Elai...

El dolor que me genera escuchar su voz quebrada y verla llorar de este modo es indescriptible, y es aún peor saber que soy responsable por eso.

—No puedo, linda, ya no...

—No. No vas a dejarme, esto es una estupidez.

Sé que será doloroso para ella, pero esto es peor. Cada día la hago llorar, cada día se preocupa por mí y vive al pendiente de mi dolor, y yo no estoy siendo bueno en cuidarla de nada, ni siquiera de mí mismo.

La estoy dañando, cada día que pasa un poco más, ya casi no sonríe, todo son discusiones y mentiras, estoy estancado y no tengo idea de cómo salir de aquí.

Es como una gran nube oscura y densa, y yo estoy en medio. Sé que ellos están cerca y quieren sacarme, pero no los puedo ver, y como no puedo salir lo único que hago es arrastrarlos dentro conmigo.

Y yo a Aimée la amo de verdad, más que a todo y como a nada, quiero que sea feliz, y a mi lado no puede.

—Lo siento —susurro sintiendo mi corazón latir tan rápido y fuerte que apenas me pasa el aire—. Se terminó.

—Mírame —me pide arrodillándose frente a mí, pero no puedo hacerlo, siento el sudor frío en todo mi cuerpo y mis manos hormigueando, tengo que salir de aquí antes de que pase—. Santi, por favor, mírame.

—No... —susurro, poniéndome de pie rápidamente—. Dije que se terminó, ya no insistas porque no cambiará nada.

—No te vas a deshacer de mí así, ven aquí —insiste volteando para tomar mi brazo.

Mi reacción inmediata es quitarme de su agarre, tengo que salir y tengo que hacerlo ya.

—No me toques —digo, y tal vez me sale un poco más grosero de lo que pretendía porque ella se queda viéndome sorprendida.

—No te voy a dejar solo —murmura dejando caer sus lágrimas.

—No soy tu responsabilidad, solo... aléjate, ya no...

—Santi... —dice en un último intento de hacerme entrar en razón.

—Prefiero que me odies —murmuro, limpiando la lágrima antes de que caiga.

Antes de que pueda seguir insistiendo salgo de la habitación, ni siquiera sé a dónde ir, pero no puede ser muy lejos, los oídos me zumban y apenas puedo respirar.

Abandono el departamento y camino por el pasillo apenas siendo consciente del entorno. Es como si mi cuerpo y yo fuéramos asuntos separados, pero aún me queda algo de dominio sobre él, que me permite llegar hasta la terraza del espacio común de nuestro piso.

Para mi suerte no hay nadie allí, así que apenas cruzo la puerta me siento en el suelo contra la pared abrazando mis propias piernas.

"No es real, no me voy a morir, no es real" —me repito a mí mismo una y otra vez, pero la sensación de ahogo no me deja creer en mis palabras.

Y entonces todo se repite en mi mente, en caos y desordenado, todo lo malo que he vivido en el último tiempo se presenta en mi mente como una única realidad.

El cuerpo de mi padre en el suelo, sangre, mi mamá llorando, mi hermana diciéndome que me odia, mi hermanito preguntando por qué papá no regresa, Aimée llorando por mi culpa, los chicos peleando porque hice que Lean se sintiera inseguro, todos lloran, todos sufren, y todo es mi culpa.

No me merezco a mis amigos, no me merezco a Aimée, todo lo que hago está mal, solo sé dañar a las personas, ya nunca volveré a ser feliz, ya no recuerdo cómo se sentía ¿Cómo era? ¿Cómo sonaba su voz? No recuerdo su rostro... ya no recuerdo a mi papá. Encima de que murió por mi culpa lo olvido, no tengo el derecho de llorar, no cuando todo es mi culpa.

Si me muero ahora estaría bien, entonces todo terminaría...

La puerta de la terraza se abre, eso me da más ansiedad porque no quiero que nadie me vea así, pero entonces levanto la mirada y lo veo a Elai, está justo frente a mí y en cuanto lo veo mis ojos rompen en llanto como hacía mucho no pasaba.

Tal vez desde ese día...

Pero no quiero llorar, no tengo el derecho de hacerlo.

No me dice nada, pero sus brazos me envuelven con tanta fuerza que no puedo dejar de llorar, tampoco me merezco su amistad, Aimée tenía razón.

—Lo- lo siento —balbuceo como puedo—. Te he estado mintiendo, soy una mierda...

—Ya lo sabía, y no, no eres una mierda, respira, que todo estará bien. 

_______ 

Hola Pollitos 🐣

Ay :( No sé qué decir, me costó muchísimo esa última escena, se sintió muy real :( 

Los quiero muchísimo♥

Continue Reading

You'll Also Like

67.8K 5.9K 27
Becky llega a la Universidad con su novia friend Y le toca sentarse con freen Qué es una chica interosexual Y tiene fama De usar a las chicas pero po...
44.6K 5.2K 24
❝Estoy Cayendo de nuevo❞ . . 🍁Kim YoungHoon 🍁Ji Changmin 🍁Choi ChanHee -Homosexual -BbangKyu y BbangNyu -menciones de otros shipps como: SunHa...
2.9K 2K 18
A veces, vivir de ilusiones y fantasías, es mejor que enfrentarse a la fea y cruda realidad... ♪ ♪ ♪ Yo vivo en un mundo muy diferente al de cualquie...
10.8K 565 23
Douma está superando la muerte de su esposa mientras cuida a sus hijos Kanae , akaza , Alicia , Inozuke y Kanao El sufrirá una depresión inmensa per...