El color de la inocencia

By LinaAcaria

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James ni siquiera tenía pensado que volver a casa de su madre le traería consigo una responsabilidad semejant... More

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PEQUEÑA JADE
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By LinaAcaria

Hormonas.

El agua de la regadera es lo único que suena por la habitación. James ha dejado sus cosas en una esquina y ha salido al balcón a sentarse en el sofá mientras espera que Gabe salga de ducharse.

Muero por saber que cruza por su mente en estos momentos.

Terminó de guardar mis pertenencias, dividí el placard en tres partes aunque estoy segura, James no querrá guardar sus cosas ahí.

Me acerco hacia la puerta de vidrio y la abro saliendo, como es de esperarse el no me mira.

—Deberíamos hablar ¿no crees? —titubeo sentandome a su lado.

—¿Sobre qué? —pregunta tosco apenas y mirándome.

—Nuestra tonta pelea.

—Tonta pelea —repitió entre dientes.

—De verdad te extraño —suelto sin querer guardarlo más—, y te necesito conmigo.

James por primera vez me mira fijo y me tomo el atrevimiento de acariciar su rostro. Sus rasgos se suavizaron al tacto.

—No quiero que te portes así conmigo por un malentendido —lloriqueo—, el chico del otro día, Aidan, es solo un niño de la escuela que se confundió conmigo.

El me mira cuál perrito mojado con sus celestes ojitos caídos. Sé que me cree, puedo notarlo, solo estaba esperando que me acercara primero porque es demasiado testarudo para hacerlo.

—Acepté su compañía ese día en mi casa, porque el fue muy amable conmigo y no quería estar sola, pero nunca di a entender algo que no era —explico, acercándome a su rostro—. No quería que el me besara, ni tampoco quiero que alguien más que tú lo haga.

Una sonrisa asoma sus labios dejando a la vista un pequeño hoyuelo en su mejilla derecha.

—No debí reaccionar como lo hice.

—No debiste, y la próxima vez no lo hagas. Espera a que yo aclare las cosas.

—¿Próxima vez? —repite con histeria—, ¡espero que no haya una próxima vez!

Río ante su comportamiento y lo estrecho en mis brazos, el me abraza también y por un segundo me siento completa de nuevo.

—Siento que pelearamos.

—Yo también —murmura contra mi.

El se acomoda para poder besarme pero lo detengo riendo.

—¿Entonces tu no aclararás quien era la niña con la que te vi? —suelto en broma.

James me miró serio y de inmediato me alejé de él. Ni una palabra salió de su boca.

—¿Y bien? —lo observo alzando mi ceja. Ya no era broma para nada. ¿Que diablos significa su silencio?

Me río en voz alta de forma irónica. James si que sabía hacer sentir segura a una mujer.

Me levanto del sofá y entro a la habitación cerrando la puerta de golpe. Esto me pasa por dar el paso que tendría que haber dado él.

Ni siquiera puedo sentirme mal, solo quiero golpearlo, tomar cualquier cosa de la habitación y tirarsela sobre la cara.

—Estúpido —mascullo.

La puerta del baño se abre y de inmediato volteo. Gabe sale con una toalla amarrada a su cintura y su torso descubierto si pudor alguno.

Su vista me ha dejado algo descolocada.

—¿Puedes aunque sea disimular tu mirada? —gruñe James entrando por la puerta.

Le doy la espalda azotando mi cabello, iba a ignorarlo como el había echo con mi pregunta. Haré como que no existe y ya.

Siento como James camina detrás mío hasta sentarse en una de las sillas que hay junto con una mesita redonda. El prende el televisor que hay en la habitación para intentar llenar el silencio del lugar.

Y ahí nomás, así como así, Gabe suelta su toalla de espalda a nosotros y se coloca un pantalón de dormir rápidamente.

Corro mi vista a James casi de inmediato. Este está con las cejas alzas y una cara de disgusto que parece un poema.

—¿Es necesario el show? —ladra.

Mi amigo voltea y la vista aún es mejor de frente. Observa a James divertido mientras esté parece asesinarlo con sus ojos.

Alternando mi mirada de uno al otro ni siquiera estoy pensando con claridad en este momento. En el aire se siente una tensión tan fuerte que parece que hasta la pudiera tocar.

Gabe se mira así mismo y vuelve su mirada a él.

—¿Te tiento? —se burla moviendo sus pectorales.

Tapo mi boca intentando no reír pero me es imposible. James está a punto de explotar de enojo.

Gabe es una maravilloso karma en forma de persona.

—Pediré algo de comida ¿qué es lo que prefieren? —cambia de tema.

—No tengo hambre —digo buscando mi vestido para dormir, la calefacción aquí dentro es demasiado agresiva.

—Debes comer algo —dicen los dos al unísono en tono de regaño.

Me encojo de hombros recordando lo que mi padre me pidió cuando me despedí de el hoy. Debería por lo menos esforzarme...

—Lo que ustedes quieran estará bien para mí —cambio mi respuesta. Gabe me sonríe satisfecho. Por otro lado James, ni siquiera responde.

El, de todas maneras llama a recepción y pide algo para comer para los tres. Para ser sincera ni siquiera llegué a escuchar de que se trataba.

Mi cabeza ahora da vueltas en la misteriosa chica de la que James no quiere hablar.

—Deberíamos hablar sobre cómo dormiremos —menciona James.

Gabe mira la cama y después a el.

—Pues por ahora lo único que tenemos es una cama grande y un sofá en el balcón donde podrías morir de frío, así que supongo que bien apretados y calientes.

—Espero que se trate de un chiste.

—No hay muchas opciones —defiendo a Gabe.

James resopla.

—Mira, mañana lo resolveré ¿si? No hay más habitaciones vacías y me temo que esto es lo que hay, lo siento.

Las disculpas de Gabe sonaron realmente sinceras y al parecer James ya no tenía ganas de discutir porque se paró y desapareció dentro del baño.

Para cuándo el salió, recién bañado y solo en boxers, la comida había llegado. Me tomé el tiempo de cambiarme dentro del baño y cepillar mi cabello antes de comer.

Al salir me encontré solo a Gabe en la mesa, James estaba sentado en la cama viendo su celular.

Por dios, si el ambiente iba a ser así, nos esperaba una noche larga...

—¿Vas a dormir de esa manera? —cuestionó mirando el largo de mi vestido de algodón.

—Si quieres me lo quito y duermo también en ropa interior —replico clavando la vista en sus boxers. Maldito hipócrita, si el tenía menos que yo.

—Para mi estás hermosa —agrega Gabe pasando por mi lado.

El besa mi frente antes de dirigirse a la nevera de la habitación. Toma tres botellas de agua y nos pasa una a ambos. James se la acepta con la mandíbula apretada.

—Maleducado —murmuré tomando asiento junto a Gabe.

Haciendo un esfuerzo sobrehumano por comer, sobrevivimos a la cena. Aún cuando James generaba ese pesado y tirante ambiente cada vez que Gabe y yo reíamos o hablábamos sobre algo.

A la hora de dormir ya era demasiado tarde como para siquiera discutir sobre algo. James se quedó en su sitio, mirando al techo y Gabe se acostó en la otra punta para tener cerca el enchufe del cargador. Cuando terminé de lavar mis dientes y salí del baño, jure sentir mis piernas temblar al verlos a ambos en la cama.

Un gran espacio en medio de los dos estaba vacío para mí.

Y a pesar de la incomodidad que se respiraba en el aire cuando subí gateando a la cama y me metí entre medio, los tres estábamos muy cansados y de a poco fuimos cayendo dormidos.

Abro los ojos lentamente. El cuarto está completamente iluminado por la luz del día, al parecer nos hemos olvidado de cerrar las persianas y el sol está matandome en este momento.

Estoy sudada, tengo muchísimo calor y al intentar moverme comprendo la siguiente razón de eso. Los dos hombres con los que comparto cama tienen sus cuerpos completamente pegados a mi.

Gabe está boca abajo con un brazo rodeando mi cintura y su cara a la altura de mis pechos. Tiene sus pies colgando de la cama por la altura en la que se encuentra.

Me siento ahogada cuando mueve su rostro y roza mis pezones. Aquella acción me acelera el pulso en segundos.

Intento tirarme hacia atrás para dejarle lugar pero el cuerpo de James me lo impide. El se queja dormido y aferra sus manos que recién noto están sobre mi cadera.

Puedo sentirlo pegarse a mi y muerdo mis labios, mi culo está sobre su entrepierna.

Esto es más de lo que puedo manejar.

Al intentar safarme de la situación sin despertar a ninguno, los dos se quejan al unísono.

—Un ratito más —dice Gabe con la voz ronca.

Aún con los ojos cerrados se acomoda de lado en la cama, quedando frente a mi. Arrinconandome contra su duro pecho aplastando mis tetas contra él.

Estoy desquiciandome por dentro.

Me mueva para donde me mueva, más me apego a alguno de ellos.

Gabe respira contra mi cuello, causandome cosquilleos por su pesado y caliente aliento. Y James no me suelta, mi vestido se enrollo por encima de mi culo y lo siento como si nada nos separara.

Acabo de descubrir que los hombres en la mañana no están completamente dormidos.

Jadeo cuando se mueve y me abraza pasando su mano por mi abdomen. Los dos me tienen encerrada y lo que más incomoda me pone en este momento es lo caliente que me siento.

Que los dos estén sin playera tampoco me ayuda en esta situación, sin mencionar que Gabe duerme en pantalones sin nada debajo.

Siento más cosas de las que debería y lo que es peor, podría quedarme así por horas.

Con la cara enrojecida y quemandome, me paro a la primer señal de liberación que tengo. Corro a ducharme antes de bajar a desayunar.

Estoy muy avergonzada para quedarme más tiempo en la habitación con los dos.

—Buen día gatita.

Peyton deposita un sonoro beso en mi mejilla cuando llegó a su lado en la mesa. Ella y Zack, son los primeros en despertar.

—¿Y mi hermano y James? ¿Cómo durmieron? —pregunta Zack luego de saludarme—. Por si te interesa saber sobre nosotros, dormimos horrible. Trish se mueve como si jugará un mundial de fútbol.

—Espero que te haya ido mejor que a nosotros —agrega Pey, luciendo algo exhausta —Aunque dormir con esos dos no debe haber sido ninguna tortura —murmura eso último con picardía.

Mis mejillas se encendieron al segundo.

Quizás algo de tortura fue...

—No nos fue tan mal... —me encojo de hombros sentandome al lado de Pey quien me mira subiendo y bajando sus cejas rápidamente—. No puedo creer lo bonito que es el hotel —cambió de tema avergonzada.

Aunque de verdad quería mencionar eso. El ala donde estábamos, donde se encontraban las mesas y las grandes barras de comida era impresionantemente hermosa. Además las ventanas enormes dejaban ver la hermosa vista.

Incluso con el lugar repleto de huéspedes podías apareciste la belleza.

—Espera a ver la piscina —chilló Pey— ¡Es climatizada!

—Y el club —agrega Gabe llegando a mi lado—. Buenos días cielito —dice y besa mi mejilla.

Me sonrojo al instante recordando su rostro entre mis pechos.

James también llega tras el y como si lo oliera, Trish aparece y se cuelga de su brazo.

—¿Hay un club aquí? —pregunto tratando de ignorar la mala cara de mi vecino.

—Claro que si, y diseñado por el mejor —se señala a si mismo.

—Eso es maravilloso.

Gabe me devuelve la sonrisa y se acerca a mi oído.

—Espera a qué lo veas, la pasarás de maravilla —dice antes de ir directo a la mesa de desayuno.

—Traeré algo para los dos —le dice Trish a James antes de besar su mejilla y correr tras su hermano.

Volteo mis ojos harta de ella.

—Maleducada —murmura él sentandose frente a mi.

Decido ignorarlo corriendo mi vista hacia Pey, buscando algo de complicidad. Aunque ella parecía bastante ocupada murmurando cosas en el odio de Zack.

—¿Ese es Joan? —oigo que le dice.

—Ese mismo.

El hermano de Gabe disimula de maravilla, una clara diferencia con Peyton que clavaba la vista en un castaño, alto y bastante delgado, con pinta de modelo. El chico estaba unas mesas a la izquierda, desayunando con la que supongo es su familia.

—¿Quién es Joan? —indago en su mismo tono de voz.

—El hijo de un socio de nuestro padre —contesta Zack.

—¿Y por qué lo estamos mirando?

—Salió un tiempo con Gabe —agregó Peyton.

De inmediato me atragante con saliva. Mis ojos amenazaron con salir de mis cuencas al mirarla pero nada pudo salir de mi boca. Pey señaló disimuladamente con su mano detrás de mi y al voltear, Gabe venía junto con Trish.

—Traje muchas cosas porque no sabía que es exactamente lo que te gusta —dijo poniendo un plato con trozos de frutas, tostadas, queso y algunas cosas más que no llegue a prestar mucha atención. No podía dejar de mirarlo sorprendida— ¿Estás bien?

—Cla-claro, claro, si. Muchas gracias, de verdad.

James me mira arrugando su entrecejo por mi reacción. Al parecer no ha prestado atención.

Por primera vez agradezco la chillona y molesta voz de Trish que comienza a hablar sin respirar un segundo. Sin ella la atención hubiese recaído en lo descolocada que he quedado.

Tomo mi taza de té entre las manos, clavando mis ojos en un punto de la mesa. Oigo risas a mí alrededor pero lo único en lo que puedo pensar en este momento es en el jueves pasado, cuando casi beso al pobre Gabe.

Ahora comprendo porque el lucia tan incómodo...

Que vergüenza siento, pobre de el...

—En la noche es la inauguración del club y mañana es la fiesta de presentación del hotel —presto algo de atención a lo que dice Zack.

Pey aplaudió en su lugar emocionada.

—La fiesta en el club estará a otro nivel, estoy segura —dice Trish emocionada.

—Mañana en la noche también habrá una —agrega Gabe contento—, pero esa será en la piscina.

—¿No hace mucho frío para eso?

—¡Duh! Es obvio que es climatizada, además no se encuentra al aire libre.

El tono en el que Trish me trata de estúpida me hace poner histérica pero aún así prefiero ignorarla.

Después de media hora de tortura mental en la que la rubia chillona no cerró la boca, los primeros en levantarse fueron Pey y Zack mencionado que iban a ir de paseo.

La segunda fue Trish que luego de insistirle un largo rato a James, iba a buscar su abrigo para ir a caminar por la playa.

Por último fue Gabe, quien se paró a mi lado teniendome una mano.

—Hay un spa en el hotel —me avisa Gabe.

—¿En serio?

Mi emoción no pasa desapercibida en mi voz y eso lo hace reír.

—Me gustaría que me acompañes.

Chillo y tomo su mano poniéndome de pie.

—¡Muero de ganas, nunca fui a uno!

—Me encantaría ser tu primera vez.

James ríe burlonamente a nuestro lado. Cosa que decido ignorar antes de tirarle algo por su cabeza.

—¿Lo haremos ahora? —pregunto.

—Dejame avisar que iremos y en diez minutos nos encontramos en la habitación para cambiarnos.

Asiento efusivamente, no puedo de la emoción, siempre he querido ir a uno y que muchas personas se encarguen de ti y te pongan bonita. ¡Debe ser lo mejor!

Cuando Gabe sale en dirección a recepción mi vista recae instintivamente en James, que está viendo su celular con una cara de aburrimiento increíble.

¿Debería decirle algo? dudo mucho que quiera pasar el día con Trish...

—¿James?

El alza su vista y me mira con una ceja alza.

—¿No te está esperando tu amigo?

El enfasis que hace en la última palabra agota mi paciencia. James está poniendose muy difícil.

—Podrías venir tú también.

—No me interesa.

Rechino mis dientes.

—No tienes porque portarte de ese modo.

—Dime como debería portarme —dice irónico—. Si voy contigo y sonrío mientras juegas a los novios con el muñeco ese ¿estarás conforme?

—Deberías tratar el problema que tienes de celos en terapia, es serio —espete con rabia—. No tengo la culpa que te moleste que el y yo seamos buenos amigos.

El se echa a reír.

—¡Por favor!

—¡Eres un imbécil! —levanto la voz acercándome—. ¡No lo culpes por tu actitud estúpida! ¡Es tu decisión actuar como un niño en vez de sentarte a aclarar las cosas conmigo!

—No hay nada que tenga que aclarar.

Inflo mis mejillas a punto de gritarle pero decido no hacerlo. Solo me voy de ahí dejándolo solo. Estoy cansada de pelear, no hablaré con él hasta que no se dirija a mi de manera decente.

—Estúpido —gruño, tocando el botón del ascensor—, testarudo, tarado... —pataleo con rabia cuando esté se abre y entro—, impulsivo, arrogante —escupo mirando mi reflejo en el elevador— ¡Maldito caprichoso!

La puerta se abre en el piso de la habitación y Gabe me observa con la boca abierta.

—No sé que hice pero lo siento.

Sostengo mi frente y me acurruco contra el.

—Lo siento, no era por ti.

—¿Problemas en el paraíso? —rie abrazándome—, estaba a punto de buscarte pero veo que hubiese llegado en mal momento.

—James está actuando como un idiota. Ya no soporto como se pone cuando nos ve juntos.

—Entonces me temo que tengo malas noticias para el...

—¿De qué hablas?

—No conseguí más habitaciones, está noche también la compartiremos.

Hola preciosas ❣️ gracias por su apoyo y paciencia. El domingo pasado no pude actualizar porque estoy muy atrasada con mis estudios y siempre encuentro momentos para dedicarme a mejorar los capítulos y publicarlos.

Lamento leer a algunas diciéndome que los capítulos se les hacen cortos, intento alargarlos pero se me hace un poco difícil. Desde que comencé a escribir hasta ahora los hago mucho más largos. Siento si no es suficiente.

Espero que igualmente los disfruten y tengan en cuenta que siempre que les gusta o me hacen saber que algo las emocionó intento mejorarlo y darles más d eso.

xoxo gracias ♥️

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