Nubes de tormenta [LCS #2]

Ineskyblue द्वारा

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Unos meses después del día que lo cambió todo, los chicos intentan volver a sentirse fuertes. Para ninguno es... अधिक

Epígrafe y Booktrailer
Capítulo 1: Lejos
Capítulo 2: Intenciones ocultas
Capítulo 3: Ocultos
Capítulo 4: Independiente
Capítulo 5: Fingir
Capítulo 6: La canción
Capítulo 8: Amigos
Capítulo 9: Reencuentro
Capítulo 10: Shots
Capítulo 11: Pertenecer
Capítulo 12: Dudas
Capítulo 13: Un mal día
Capítulo 14: Espacio
Capítulo 15: Nube
Capítulo 16: Adiós
Capítulo 17: Okay
Capítulo 18: Diferentes pero reales
Capítulo 19: Opciones
Capítulo 20: Estar mejor
Capítulo 21: Esperar
Capítulo 22: Inseguro
Capítulo 23: Cambios
Capítulo 24: Besties
Capítulo 25: Ella
Capítulo 26: Mejor
Capítulo 27: Nostalgia y caos
Capítulo 28: No puedo
Capítulo 29: Terco
Capítulo 30: Por ti
Capítulo 31: Paz
Capítulo 32: Sin constelaciones
Capítulo 33: Un beso
Capítulo 34: Siempre
Capítulo 35: Respaldo
Capítulo 36: Lo correcto
Capítulo 37: Colores verdaderos
Capítulo 38: Superhéroes
Capítulo 39: Dos opciones
Capítulo 40: En casa
Capítulo 41: Aventura
Capítulo 42: Declaraciones
Capítulo 43: Orgullo
Epílogo
Nota
Especial Navidad ★

Capítulo 7: Hermético

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Ineskyblue द्वारा

ELAI

—¿Estás bien? —le pregunto a mi amigo mientras observamos a Aimée cantar.

—Estoy... —me responde mostrando una leve sonrisa—. ¿Puedes liberarla mañana? Estaré aquí poco más de un día.

—¿Por qué? ¿Qué tienes que hacer?

—Trabajar... —me miente, y aunque lo noto no se lo hago ver.

Santiago dejó su trabajo en la academia la semana pasada, no se lo ha dicho a nadie y no sabe que yo lo sé, el punto es que tengo que averiguar por qué lo oculta, y qué hace todos los días mientras se supone que está allí.

—Lo intentaré, pero traten de no salir del hotel y sé muy cuidadoso mientras estés aquí, lo último que necesitamos es otro escándalo —cedo y él me da un asentimiento en respuesta.

Se siente distante, hablamos a diario, pero llevamos meses sin vernos en persona, y se siente como si él estuviera intentando sostener un personaje.

—Santi... —comienzo a hablar, pero él me interrumpe antes de que logre decir algo.

—Necesito que hables con Pau.

—Siempre hablo con ella...

—Sí, pero por WhatsApp es fácil ocultar la realidad...

—Ya veo... —murmuro mostrándome confundido— ¿Qué pasa con Pau? ¿Sigue molesta contigo?

—Lleva meses sin hablarme, a mamá solo le grita y... No estoy logrando que ella pueda atravesar esto de un modo sano.

—Se enseña con el ejemplo, Santi, y ninguno de ustedes lo está consiguiendo.

Tal vez muy crudo o muy directo, pero él es mi hermano, y si está fallando se lo tengo que decir.

—¿Por qué lo dices? —Se voltea hacia mí entrecerrando los ojos.

Se ve demasiado diferente a lo que era cuando lo conocí. Dejó su cabello crecer, sus ojos se ven más oscuros, o tal vez solo sea una percepción por lo marcadas que están sus ojeras. Trae una sudadera roja con la capucha puesta, las manos en los bolsillos y la mirada en el suelo, siempre, de forma constante.

Solo los levanta para verla a Aimeé, y entonces es como si por un breve instante volviera a ser el de siempre.

—Si intentas mostrarte fuerte frente a ella solo la haces sentir que no te importa, que no lo extrañas, que no te duele. Sé sincero, si ella entiende que a todos les duele por igual dejará de sentirse sola.

—Alguien tiene que sostener a la familia, Elai, mamá no puede y tú no estás, así que tengo que hacerlo yo.

Él siempre habla de mí como si yo fuera parte de la familia, en lugar de decir "mi madre" como hace cuando habla con otras personas, simplemente dice "mamá" como si también fuera la mía. Solo viví unos meses con ellos, pero fueron los suficientes como para cambiar mi percepción de lo que es una familia, y de cómo quiero construir la mía.

El problema es que no me merezco que me traten así, no cuando mi papá es el responsable de todo su dolor.

Por eso he estado trabajando con Gael, quiero encontrar lo que sea que perjudique a mi padre e iniciar un juicio contra él. Quiero que vaya a la cárcel, quiero... ni siquiera estoy seguro de qué, pero como sea tiene que pagar el dolor que ha causado.

—Intentaré viajar en estos días y hablaré con ella, pero insisto en que es algo que deberías hacer tú.

Él ignora mi sugerencia, simplemente pasa a otro tema aun marcando la distancia en su tono de voz. No es porque esté molesto, es porque todo lo que está diciendo le cuesta trabajo, de hecho solo puede hablarlo conmigo.

—Mamá quiere volver a la casa... —continúa—. Tenemos que ir a... sacar las cosas de papá y limpiar un poco.

La simple idea me genera un nudo en el pecho, aún no estoy seguro de haber podido procesar todo, y aún no logro que se me quiten las ganas de llorar cuando pienso en eso, sin embargo, si Pau habla conmigo es porque soy sincero, le digo cuando pienso en él, cuando se me viene un recuerdo, que me gustaría que todo fuera diferente... Y cuando yo me abro con ella, ella simplemente hace lo mismo.

Es bastante simple si lo ves así, y creo que Santi está intentando llevar una carga que no le corresponde.

—De acuerdo, haré lo posible por que sea en estos días —acepto, dejando ir el tema de una vez.

—¿Cómo estás tú? —me pregunta cambiando completamente su actitud por una más amigable.

—Mal —respondo de inmediato—. Llevo meses sin ver a mi mejor amigo, y ahora que lo veo no me dio ni un abrazo, y eso que pensé que el frío era yo...

—Idiota. —Se ríe dándome un golpe en el brazo—. Igual me acerco y dicen que somos novios, prefiero que piensen que soy un empleado más.

—¿Te avergüenzas de mí? —me indigno regresándole el golpe—. Qué masculinidad frágil... te acusaré con Aimée.

—Eres el novio de los dos amigos que me quedan, lo siento Elai, en otra vida será.

—Lo recordaré —aseguro entre risas de los dos.

De pronto mi mirada se centra en Aidan, está a unos metros de nosotros y le toca salir a cantar la siguiente. Parece nervioso, lo cual se me hace raro porque este chico está frente a las cámaras y sobre los escenarios desde que tenía como cinco años. Me acerco a él con la intención de hablar, pero su nerviosismo lo empuja a hacerlo primero.

—Ya no quiero... —niega mostrándose muy inseguro.

—¿Qué? Pero si tú naciste sobre los escenarios, lo dominas por completo.

—Actuar, eso es todo lo que yo sé hacer, debí quedarme solo con eso... —insiste intentando huir de la escena.

—Tu voz es increíble, ¿por qué dudas de eso?

—¿La ves? —pregunta señalando a Aimée, que está sentada sobre el borde del escenario cantando una de sus canciones más melódicas— ¿La escuchas? Ella es perfecta, es hermosa, su voz parece de un ángel y tiene tanto carisma sobre el escenario... No llego a su altura, y eso se notará.

—Nadie llega... —opina Santiago, que ha estado pendiente a la conversación. Le lanzo una mirada de reproche por ser tan poco colaborativo en un momento de crisis, y él la capta de inmediato—. ¿Qué? Es la verdad... tengo la misma sensación cuando canto con ella, nadie le llega a los talones, pero cuando dos personas están en el escenario no es para comparar, es para complementar. A Aimée le caes bien, y si te invitó a cantar con ella es porque vio conexión, ¿puedes confiar en su visión? Es lo que todos nosotros hacemos.

—Gonzalo dijo que...

—Gonzalo es un imbécil —lo interrumpo—. Solo firmamos un contrato con él por ti, así que sal al escenario y demuéstrale cuánto se equivoca cuando dice que el verdadero Aidan no tiene valor. Olvida el personaje, solo sé tú.

—No estoy seguro de saber quién soy.

—Descúbrelo —digo empujándolo hacia el escenario.

Él se detiene un segundo, pero cuando la base comienza a sonar, solo toma valor y sale a cantar. Las chicas en el público enloquecen en cuanto lo ven aparecer, los gritos superan cualquier otro sonido, la colaboración no estaba anunciada, era una sorpresa y sí que sorprendió.

—Aconsejar con buena intención a un tipo que le tiene ganas a tu novia es otro nivel de madurez emocional —se queja Santi mientras los ve cantar.

Lo hacen bien, la gente se está volviendo loca, será un video muy viral.

—¿Celoso? —cuestiono con una media sonrisa.

—Y... Saber que van a pasar dos meses encerrados en un estudio cuando acabo de darme cuenta de que se babea cuando la ve no es lo más agradable que me ha tocado vivir, pero confío en ella.

—¿Tú crees? —dudo—. Me daba más como vibras gay.

—No es gay, es introvertido y eso le debe dificultar acercarse a las chicas.

—Te conviene —me burlo de sus celos, es difícil de entender porque no me pasa.

De hecho, a Lau le gusta la vecina, por lo que me dijo Lean la chica ya mostró su interés también, y eso no está ni cerca de hacerme sentir inseguro. Incluso si se enamorara de ella, seguiría sin verlo como algo negativo.

Para mí amar a dos personas no significa que deba dividir el amor, simplemente se multiplica.

—Confío en ella —insiste, muy seguro de sus palabras.

—Haces bien, ella te quiere bonito, lástima que le digas tantas mentiras.

Voltea a verme sorprendido por mi sinceridad, sin embargo, no se esfuerza en sostener sus mentiras.

—La estoy cuidando, ella está lejos y si soy sincero solo le hago ganar preocupaciones que de todos modos no puede resolver.

—Sabe que le mientes, y son peores las cosas que imagina que la realidad que podrías compartir con ella.

—No lo creo... —murmura ignorando la sugerencia—. Y haz silencio que viene nuestra canción...

Hermético, esa es la palabra que más define a Santiago los últimos meses. Soy la persona con la que más habla, y a pesar de que hay ápices de sinceridad de todos modos hace oídos sordos a mis consejos.

Me preocupa no llegar a él, me preocupa que cada vez se aísle más y me da miedo no estar a tiempo cuando le haga falta.

——————

Después de quedarme despierto hasta las tres de la mañana porque tenía fecha límite de entrega de un trabajo en la universidad, de todos modos tengo que levantarme a las siete.

Logré liberar a Aimée, pero eso no me significó lo mismo a mí, de hecho, voy a desayunar con Aidan ahora. Al menos vendrá al café del hotel, y quince minutos más de sueño son muy valiosos en estas circunstancias.

—Buenos días —lo saludo sentándome frente a él.

Llegó antes que yo, y eso que yo ya estaba aquí.

—Buenos días —responde de forma amistosa—. Apenas pude dormir, lo de anoche fue... wow.

—¿Cómo es que una estrella como tú, que básicamente nació siendo famoso, terminó firmando un contrato con un idiota como Gonzalo? —pregunto, mientras el camarero viene a tomarnos el pedido.

Él pide té verde y tostadas integrales, eso no suena bien, el desayuno es importante y voy a cuestionar su elección cuando recuerdo la conferencia de prensa, en la que dijo que cuida cada caloría que come.

—No fui yo, fueron mis padres cuando aún era menor de edad.

—Aún no sé si es que firmaremos contigo o no, pero me parece pertinente comenzar a trabajar algunos aspectos desde ya, y luego si no firmamos de todos modos serán cosas útiles para la vida.

—Yo quiero... obvio que será su decisión al final, pero creo que el poco tiempo compartido me bastó para entender cómo hacen las cosas —se anticipa a aclarar con un poco de ansiedad en su voz.

—Pero hay algo que no estás teniendo en cuenta...

—¿Qué?

—Nosotros no somos de aquí, luego de la colaboración regresaremos a nuestra ciudad y viajaremos solo cuando sea necesario. Estamos pasando por una situación familiar bastante particular y necesitamos estar cerca de los nuestros.

Él se ríe y asiente.

—¿Acaso crees que hay algo que me ate a este lugar? Tampoco soy de aquí, y acabo de terminar el rodaje de una película que saldrá en seis meses, puedo tomarme el tiempo que haga falta para la música.

—De acuerdo, entiendo, entonces no hay impedimento. Le pediré a Alan que te llame, así acuerdan las condiciones del contrato para ir redactándolo.

—¿Quién es Alan? —pregunta, sorprendido.

—El de Recursos Humanos.

—Pensé que solo eran Santiago y tú.

—No forma parte del equipo, solo le pagamos por hacer algunas cosas legales de manera puntual. ¿Qué pasa con eso?

—Es que nadie puede saber esto, ¿es de confianza? —se preocupa.

—Sí, claro que sí. Pero si te quedas más tranquilo, hablas las condiciones conmigo y yo le digo cómo redactarlo sin mencionarte —resuelvo rápidamente—. ¿Qué te preocupa?

—Gonzalo está tranquilo con el fin del contrato porque cree que voy a renovarlo, si supiera que no... Dos meses son suficientes para arruinar mi carrera, no quiero correr el riesgo.

—Entiendo —cedo—. Solo tú, yo y Santi por ahora.

—¿Y Aimée? ¿No viene a desayunar? —pregunta mostrándose levemente interesado.

—No, tiene el día libre —niego poniendo los ojos en el capuchino que acaban de poner frente a mí—. Además, ella no forma parte de los negocios, ella es una estrella de la firma, igual que lo serás tú.

—Lo sé, pero igual me agrada.

—¿En qué sentido? —inquiero elevando una ceja.

—En el sentido de... que alguien te agrada, ¿hay muchos sentidos para eso? —se confunde por un momento, pero de inmediato capta la verdadera intención de mi pregunta—. Qué celoso eres...

—No soy celoso...

—Siempre quieres aclararme de muchas formas que no puedo tener algo con ella, tranquilo, lo tengo más que claro.

Eso sonó a que Santi tenía razón, que no pueda no significa que no quiera.

—Si intentas meterte allí, solo vas a salir herido, no lo digo por celos, sino porque esa es la realidad. Aimée tiene su corazón muy ocupado.

—¿Está con alguien?

—Con que sepas que ama muchísimo a alguien es suficiente.

—¿Ese alguien eres tú? —cuestiona mostrándose curioso.

—Mi novia se llama Laura, es bailarina y probablemente será quien arme las coreografías para tus shows en un futuro. —Busco mi celular en el abrigo, y le enseño una foto en la que salimos los dos—. Mira, ¿no es hermosa? —Él me da un asentimiento como respuesta así que continúo—: No estoy intentando marcar mi territorio, yo no soy así, de hecho me gusta que las personas a las que amo se sientan libres estando conmigo. Si te digo que Aimée no, es porque quiero evitar conflictos en el equipo, ahora, si ella en algún momento hiciera un avance o tuviera algún tipo de intención contigo, créeme que será directa, y entonces no tendré objeción alguna.

Estoy seguro de que eso no pasará, así que solo lo digo para no sonar determinante.

—Entiendo —asiente mirando sus tostadas, las cuales aún no toca—. De todos modos yo no dije que me guste, esas fueron tus suposiciones.

—¿Te gusta?

—La admiro muchísimo, y no niego que es hermosa, pero también tengo mi corazón... ocupado.

—¿La chica de la canción? —curioseo dejando pasar la tensión.

—Ella misma —asiente por fin tomando su taza, pero antes de darle un trago la vuelve a dejar sobre la mesa—. Voy al baño, vengo enseguida.

Creo que lo llevaré a ver a un nutricionista, me he vuelto un experto en detectar patrones anormales con la comida. Además de que es importante para su salud, necesitará energía si quiere dar shows musicales.

Mi teléfono suena, y me sorprende ver el nombre de Lau aparecer allí. Llevamos unos días sin hablar, no porque esté enojado, sino porque me pareció que era pertinente esperar a que ella dé el paso, no puedo ser siempre yo.

Es un video, por WhatsApp, así que lo pongo a descargar de inmediato.

¿Por qué la extraño tanto? Es la única a la que no he visto, ¿por qué no viene si todos los demás pudieron?

En un principio parece ser aquel video que grabé sin permiso cuando la espiaba en sus clases de baile, las primeras escenas son de allí, pero entonces cambian por unas más recientes. Los planos son buenos, creo que la persona que la grabó fue entrenada por el mejor profesor del mundo, o sea, yo, porque es obvio que esas tomas son de Lean.

Está en el parque, comienza como un baile clásico para enganchar con el video anterior, pero luego los ritmos se van transformando y se mezclan de una manera perfecta. Con cada respectivo corte en la base ella va señalando una palabra que aparece en la pantalla.

"Gracias por cuidarme siempre" es el primero, luego desaparece para dejar lugar al siguiente: "Te amo". Y por último se acerca a la cámara para mostrar sus palmas escritas.

En una dice "¿Me" y en la otra "perdonas?"

Eso fue demasiado lindo... necesito tanto tenerla cerca que no puedo pensar en otra cosa. Apenas termina el video lo reproduzco una vez más, y es justo cuando voy a llamarla para hacer las paces que Aimée se aparece de la nada.

No es que quiera alarmarme, pero está llorando y trae su maleta.

—¿Qué pasa? —me preocupo poniéndome de pie rápidamente.

—Se fue... yo sabía que estaba mal pero no imaginé que así, me voy, me importa una mierda el contrato y me importa una mierda todo... solo quiero...

Está hablando de forma muy acelerada, así que la interrumpo porque no puedo entender lo que pasa.

—Cálmate, no entiendo nada... ¿Por qué se fue? ¿Pelearon?

—¡Porque está mal! Y ahora que lo vi ya no pudo ocultarlo, se despertó a mitad de la noche, tenía una especie de... ataque de pánico, y no podía respirar. Me asusté, te iba a llamar pero logramos que pasara y... desde entonces solo estuvimos discutiendo. Él dice que exagero, que todo está bien, pero me miente, Elai. No está bien, solo lo ves a los ojos y lo sabes...

—También lo noté —asumo pensando en las posibilidades.

—No dejaban de llamarlo de un número privado y él se ponía nervioso, me mentía, yo intenté presionarlo para que me dijera, pero solo conseguí más discusiones, que me acuse de no confiar en él y se fue...

—Pero su vuelo salía en la noche, ¿cómo se fue ahora?

—No lo sé, pero no pasaré un minuto más aquí, da de baja ese contrato y...

—No se puede, Aimée, si no lo cumplimos enfrentaremos un juicio, otro más... —intento calmarla, pero sé muy bien que no será posible.

—¡Me importa una mierda! Te digo que me voy y me iré...

—¿Pasa algo? —pregunta Aidan, sorprendido por la escena con la que se encuentra al regresar del baño.

—Sí —responde Aimée—. Pasa que ya no grabaré la canción contigo, lo siento mucho, de verdad quería, pero tengo un problema con mi familia y ya no puedo estar lejos de casa.

—¿Es tan grave? —se preocupa él rápidamente.

—Es importante, lo más importante para mí en este momento.

—Yo... —balbucea pestañeando varias veces—. Yo me ocuparé de todo por aquí, en una semana viajaré a su ciudad y trabajaremos allí, ¿te parece bien?

—¿Tú harías eso? —pregunta ella sorprendida.

—Claro que sí, solo... ya no llores, lo que sea se arreglará.

—¿Y Gonzalo? —interrogo pensando en cuánto tiempo me llevará armar mi maleta y cuál es el vuelo más cercano que podremos conseguir.

—Yo me ocupo, ¿confías en mí?

La verdad es que aún no tengo una respuesta para eso, pero si sus palabras son verdad, y si está dispuesto a viajar solo para ponernos las cosas más fáciles, tal vez se termine ganando eso más pronto de lo que creía.

_____________

Hola Pollitos 🐣

Santi me duele tanto... ojalá los chicos puedan llegar a él y ayudarlo a encontrar el rumbo 🥺

Un emoji azul aquí de los que quieren entrar al libro para darle un abrazo: 

Los quiero♥

Besos, mil besitos 💋

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