Nubes de tormenta [LCS #2]

By Ineskyblue

67.3K 11.2K 7.7K

Unos meses después del día que lo cambió todo, los chicos intentan volver a sentirse fuertes. Para ninguno es... More

Epígrafe y Booktrailer
Capítulo 1: Lejos
Capítulo 2: Intenciones ocultas
Capítulo 3: Ocultos
Capítulo 4: Independiente
Capítulo 6: La canción
Capítulo 7: Hermético
Capítulo 8: Amigos
Capítulo 9: Reencuentro
Capítulo 10: Shots
Capítulo 11: Pertenecer
Capítulo 12: Dudas
Capítulo 13: Un mal día
Capítulo 14: Espacio
Capítulo 15: Nube
Capítulo 16: Adiós
Capítulo 17: Okay
Capítulo 18: Diferentes pero reales
Capítulo 19: Opciones
Capítulo 20: Estar mejor
Capítulo 21: Esperar
Capítulo 22: Inseguro
Capítulo 23: Cambios
Capítulo 24: Besties
Capítulo 25: Ella
Capítulo 26: Mejor
Capítulo 27: Nostalgia y caos
Capítulo 28: No puedo
Capítulo 29: Terco
Capítulo 30: Por ti
Capítulo 31: Paz
Capítulo 32: Sin constelaciones
Capítulo 33: Un beso
Capítulo 34: Siempre
Capítulo 35: Respaldo
Capítulo 36: Lo correcto
Capítulo 37: Colores verdaderos
Capítulo 38: Superhéroes
Capítulo 39: Dos opciones
Capítulo 40: En casa
Capítulo 41: Aventura
Capítulo 42: Declaraciones
Capítulo 43: Orgullo
Epílogo
Nota
Especial Navidad ★

Capítulo 5: Fingir

1.5K 290 219
By Ineskyblue

SANTIAGO

Hubo un instante en el que todo fue perfecto, tenía una familia, a los mejores amigos, a la novia más hermosa y dulce, y también tenía un sueño. Se sentía bien, como si cada cosa estuviera cuadrando para por fin poder encontrar el rumbo.

¿Cómo es que ahora siento que no tengo nada?

Estoy vacío, vacío de sueños, de emociones, de vida. Llevo nueve meses simplemente existiendo, sin entender lo que sucede, sin saber cómo llenar el vacío.

Lo peor es tener que afrontar todo sin estar listo y fingir que todo está bien... Porque eso es todo lo que he hecho los últimos meses, solo fingir.

—Párate un segundo, Iván, y piensa en lo que estás diciendo —insisto luego de que por cuarta vez repite el mismo argumento.

Discutir con él es frustrante porque no sabe seguir el hilo de las discusiones, y se enreda mucho con los argumentos, solo tiene dos modos, o se contradice a sí mismo o repite lo mismo como loro una y otra vez.

—La monogamia surgió en la prehistoria, cuando apareció la propiedad privada y con eso la necesidad de traspasar los bienes como herencia, entonces era la única forma de asegurar la descendencia propia, y que sus hijos no eran de otros. Son prácticas que se fueron apropiando y transformando con el tiempo, pero que no dejan de ser un invento por conveniencia que simplemente se ha romantizado.

—¿Entonces tú crees que lo normal es la poligamia? ¿Por qué no aplicas?

—No, idiota. —Muerdo mi labio inferior, completamente harto de su incomprensión—. Yo digo que es normal que cada uno se acueste con quien quiere sin tener que explicarle a nadie a quién o a cuantos ama. Si yo elijo seguir la convención, es asunto mío, y si Lau elige salirse de la norma, también es asunto suyo.

¿Qué hago aquí? Esa es la pregunta, se me ocurren mil cosas más interesantes que estar haciendo que intentar abrir el cerebro cuadrado de Iván, pero la verdad es que soy la única persona que a veces logra hacerlo recapacitar, y a Lau le duele mucho que él la trate de ese modo.

Y si yo no puedo ser feliz, al menos quiero que las personas que amo lo sean.

—¿Duermen los tres juntos? —interroga con curiosidad.

—Sí.

—¿Y no se ponen celosos?

—Lau es la persona más celosa que yo conozco, si cualquiera de los chicos habla con otra persona ella enseguida desconfía o se pone insegura, pero jamás la he visto ponerse celosa por ver a Elai y a Leandro juntos, son como una pareja, pero los tres.

—¿Los chicos también... están... entre ellos?

—Sí... —respondo entrecerrando los ojos por lo extraño de su pregunta—. Los tres, todos con todos, Elai y Leandro también son novios.

—Es demasiado para mi cerebro —reniega meneando la cabeza.

—No tienes que entenderlo, ¿sabes? Solo tienes que amar a tu hermana y aceptar lo que la haga feliz.

—¿Tú aceptarías algo así para tu hermana?

—Mi hermana no me habla, no sale de su habitación, no quiere ver a un psicólogo, solo le grita a mi mamá y no sabemos qué hacer con ella. Tu hermana está bien, con personas que la aman, estudiando algo que la hace feliz y el único problema que la atormenta es que tú no dejas de ser un idiota. Así que no compares, porque yo haría lo que sea por ver sonreír a mi hermana otra vez.

—Tal vez no fue la mejor comparación... —comienza a decir, en lo que intenta ser una disculpa.

—No, no lo fue —. Observo la cerveza a medio tomar sobre la mesa, y decido que ya ni siquiera me quedaré a terminarla—. ¿Sabes, Iván? Soy el único amigo que te queda, no de los que se juntan contigo en la calle cuando tienes algo que ofrecer, hablo de amigos de verdad. Ya lo perdiste a Leandro, también a tu hermana, y si sigues siendo un idiota también terminaré por alejarme de ti.

—No entiendo por qué te enojas conmigo por algo que no tiene nada que ver contigo. —Muestra su descontento en cuanto dejo el dinero sobre la mesa.

—No estoy enojado, pero llega un momento en el que tienes que elegir cuáles son las personas con las que vas a compartir tu vida, y por más que me esfuerzo en mantenerte allí, no encajas y parece que no lo harás.

Hay que soltar, me dijo el psicólogo, y aunque aún no lo entiendo del todo cuando hablamos de mi papá, creo que lo estoy aplicando bien aquí.

Salgo del bar con los pensamientos muy arremolinados, últimamente ordenar las ideas es difícil, solo quiero hacer música y dibujar, que nadie me hable, que nadie pregunte, que nadie insista.

"Hay que soltar", dijo Diego, el psicólogo al que estoy viendo últimamente. Pero las palabras soltar y los recuerdos que tengo de mi papá no pueden estar dentro de la misma idea.

Si suelto sus recuerdos, entonces ya no me quedará nada.

Si suelto la culpa, entonces ya no me sentiré responsable por su muerte, y lo soy.

La noche está oscura, las farolas de la calle intentan iluminarla pero en su débil intento solo dejan en evidencia que no hay luna, ni estrellas. El cielo está del negro más profundo, y así se siente todo, vacío.

Estoy cerca de casa, como a dos calles, cuando diviso una situación que llama mi atención rápidamente, trayéndome de regreso de mis propios pensamientos.

A unos metros por delante de mí, dos tipos están molestando a una chica. Apresuro el paso para poder interceder en la situación, aunque son dos y estoy en clara desventaja, no me olvido de que Iván está a solo una calle de distancia, y si de peleas se trata él no va a dudar nunca.

Espero no tener que recurrir a eso, la verdad, hay tanta violencia y frustración dentro de mí que el día que las descargue contra alguien van a haber serias consecuencias.

Conozco a la chica, vive en mi edificio y eso me da otra confianza para acercarme a ella, así que me paro a su lado y paso un brazo por su hombro.

—¿Todo bien? —pregunto en cuanto me mira confundida.

—No, todo mal, son dos estúpidos —responde muy fastidiada.

—¿Vas para el edificio? Yo voy contigo —me ofrezco viendo como los dos tipos han dejado de decirle groserías al verme con ella.

Quiero romperles la cara a los dos, me da mucha rabia la situación, pero lo único que lograría con eso serían problemas, y lo último que necesito ahora es a un policía cerca.

—Qué lindo, gracias —asiente envolviéndose a sí misma con sus brazos en cuanto elimino el contacto entre los dos—. Es ridículo no poder salir a comprar unas galletas sin sentirse... así... No estoy acostumbrada, vivía en un pueblito pequeño con costumbres de antes.

—Deberías cuidarte, las cosas no son tan simples aquí.

—Me niego a vivir con miedo —afirma con determinación.

Me gusta su respuesta, pero también es preocupante que no sea consciente de las diferencias que trae vivir en una ciudad grande.

Los tipos se perdieron, así que no tardamos en llegar al edificio, y ella no deja de observarme mientras esperamos el ascensor.

—¿Cómo te llamas tú? Te he visto varias veces por aquí.

Es verdad, nos vimos en el ascensor esta misma mañana. Pero a pesar de eso, no he pasado inadvertido el cambio de tono en su voz, fue evidente porque ella así lo quiso, así que me veo en la obligación de dejar las cosas claras.

—Me llamo "Chico no disponible, que tiene una novia hermosa a la que ama muchísimo y solo tiene ojos, mente y corazón para ella", pero mis amigos me dicen Santi.

Ella se ríe y menea la cabeza de inmediato.

—Dios sí tiene sus favoritas... —murmura, mordiendo su labio inferior—. Me llamo Alanna, y tengo un gusto peculiar por las personas que jamás en su vida van a ponerme atención.

Lo dice como riéndose de sí misma, lo cual me hace reír también.

—Aplica la ley de atracción, dicen que funciona.

Dicen... la que lo dice todo el día es Lau, que visualice esto, que manifieste aquello; ojalá la vida fuera tan simple...

—Vengo visualizando mi boda con Aidan Ulloa hace tiempo, y no estaría dando resultados... —Se ríe en cuanto subimos al ascensor.

—Supongo que no puedes inferir sobre la voluntad de los demás.

Ella rechista mostrando su indignación.

—Fallas de la brujería moderna... —murmura mostrándose pensativa—. Tal vez intente con un amarre a tu roomie, quién sabe y encuentro el amor.

Antes de que pueda preguntarle a cuál de todos, la puerta se abre y me toca bajar.

—Gracias —vuelve a decir antes de que la puerta se cierre—. Me caes bien.

—Tú también —respondo con una media sonrisa.

Y eso fue todo, otra vez en casa, por fin.

—No traje comida —le digo a Lau en cuanto entro, recordando que dije que lo haría—. Ahora pido por la app, ¿quieres algo en particular?

—¿Papas con cheddar? —inquiere elevando una ceja.

—Suena bien —asiento dejando un beso en su frente.

Da igual, va comer tres papas y dejará el resto, y más sin ninguno de los chicos en la casa que le insista.

—¿Vemos una peli? —pide siguiéndome a la sala, a donde voy a buscar el iPad.

—No tengo ganas —niego de forma sincera—. Estoy cansado, tal vez mañana.

—Siempre dices lo mismo, y nunca sales de tu habitación —me reclama siguiéndome por el pasillo.

Es verdad, y por lo general lo consigo sin complicaciones, pero ahora que Lean no está el asunto es que no quiere estar sola.

—Estoy dibujando la portada para el disco de Aimée, tengo ganas de hacer eso ahora.

—Pues quédate en la sala conmigo, tú en lo tuyo y yo en lo mío, pero juntos, anda, ¿Sí?

—Si te comes todas las papas —propongo en un intento de negociación.

—¿Todas? —Abre sus ojos como si lo que digo fuese una locura—. ¿Y si mejor pedimos algo más saludable?

—¿Entonces lo comerás todo?

—Si te quedas conmigo hasta la hora de dormir.

—Trato —cedo extendiendo mi meñique hacia ella.

—Trato.

————————

Siento mucha presión en el pecho, todo se siente confuso, hay voces y dicen cosas, pero no puedo entender. No sé dónde estoy, todo está oscuro, hasta que de un momento a otro me encuentro en la calle donde hicimos la manifestación.

Esta vez todo está vacío, de pronto solo hay silencio y me encuentro solo aquí, la calle está mojada como si hubiera llovido, y un solo policía está apuntando su arma hacia mí.

—Dispara —dice una voz, la diferencia es que esta vez es la mía.

Intento acercarme, pero a cada paso que doy él parece estar más lejos. Necesito saber quién es, necesito verle la cara pero ahora no me puedo mover, él sigue apuntando su arma hacia mí, y yo necesito que dispare antes de que llegue mi papá.

—¡Hazlo! —le grito, desesperado.

El obedece, pero en cuanto lo hace vuelvo a sentir sus brazos rodearme, su peso cayendo sobre mi cuerpo.

Otra vez no...

—¡Papá! —grito, y de pronto me despierto en mi habitación.

Estoy sentado en mi cama y el corazón me late tan rápido que me cuesta unos instantes aceptar que solo fue un sueño.

Otra vez... otra vez no puedo verle la puta cara, siento que hasta que no sepa quién fue no voy a poder dormir tranquilo.

Busco mi teléfono para saber qué hora es, porque obviamente ya no podré dormir.

Las tres de la mañana, mierda, hoy ni siquiera llegué a las cinco.

Unos golpecitos en mi puerta me obligan a ponerme de pie. Abro para ver a Lau, sus ojos rojos y húmedos me dicen que también está teniendo problemas para dormir.

—Pasa —le digo haciéndome a un lado.

—¿Puedo dormir aquí?

—¿Aún no te perdona Elai? —pregunto limpiando las lágrimas de su mejilla.

—Aún no le pido perdón.

—¿Lloras por eso? ¿O por tu hermano?

—Te parecerá tonto, pero lloro porque extraño a los chicos... —contradice un poco avergonzada—. Seguro mi periodo no se tarda.

—Yo no tengo periodo, y a veces también la extraño tanto que quiero llorar.

—Solo han sido tres meses, ¿Por qué somos tan débiles?

—Porque solo fueron tres meses, pero en un mal momento —opino, separando las mantas del otro lado de la cama para que se meta allí.

—Todo estará mejor, ¿Verdad? —pregunta de forma dudosa.

—Claro que sí, ahora descansa.

—También tú, Santi —responde acurrucándose en la esquina de la cama.

No tarda mucho en dormirse, Leandro se ha quedado con ella la mayoría de los días desde que Elai se fue, a Lau no le gusta estar sola y obviamente iba a ser más difícil luego de lo que pasó hoy.

Voy a intentar dormir otra vez cuando un mensaje me llega, es ella:

Mi amor – en línea

¿Estás bien?

¿Cómo supo ella que escribirme a las tres y media de la mañana era una buena idea? Tiene una intuición increíble, siempre se lo digo, solo le falta confiar en sí misma.

Santi – en línea

Tuve un mal sueño y ya no pude dormir :(

Mi amor – en línea

¿Quieres que te llame?

Santi – en línea

Sí, pero deja que salgo de la habitación, Lau no podía dormir tampoco así que se vino conmigo.

Intentando hacer el menor ruido posible salgo de la habitación, me meto al estudio y dejándome caer sobre la cómoda silla pongo mi celular a llamar.

—Hola, mi amordice su vocecita adormilada al otro lado—. ¿Qué soñaste? ¿Cosas feas?

—Sí, no importa, no quiero hablar de eso —le resto importancia rápidamente—. Me haré un té y regresaré a la cama, ¿qué haces despierta tú?

—Te extraño, solo pensaba en ti.

—Eres una llorona —me burlo para quitarle el dramatismo—, antes de que lo notemos estaremos juntos otra vez.

—No creo eso... —susurra de forma triste—. Hoy firmamos el contrato con Aidan, al menos nos llevará dos meses de trabajo la canción y el videoclip.

Lo sé, leímos el contrato con Elai esta mañana y por la tarde me avisó que ya lo habían firmado. Dos meses más serán una tortura, tengo que viajar a verlos, no dejo de pensar en eso pero al mismo tiempo me da mucho miedo alejarme tanto de mi familia.

—Estoy muy orgulloso de ti, disfruta de todo lo que te está pasando, tenemos toda la vida para estar juntos.

—El sábado es el último show de la gira, y Elai está intentando cuadrar todo para que podamos pasar unos días en casa antes de comenzar con la canción.

—Eso sería perfecto... —murmuro pensando en lo mucho que extraño sentirla.

—Te amo...

—Yo te amo más —respondo.

—Busca tus audífonos y regresa a la habitación, te cantaré hasta que los dos nos quedemos dormidos.

Hago lo que me dice porque eso siempre funciona, a veces yo soy el que canta, pero cuando es ella logro volver a dormir sin problemas.

Me acuesto, dejo el teléfono sobre la mesita, y acomodándome hacia ese lado acerco el micrófono para hablarle bien bajito.

—Hasta mañana, mi amor.

—Hasta mañana —responde ella, para segundos después ponerse a cantar—: Puede que pase un año más de una vez, sin que te pueda ver, pero el amor es más fuerte...

No sé en qué momento me dormí, pero en cuanto me despierto aún estamos en llamada y del otro lado hay el mismo silencio, los dos nos dormimos en algún punto.

Termino la llamada para no despertarla con ningún ruido, y me levanto.

Son las siete, Lau ya se despertó para ir a estudiar y salió sin que me diera cuenta, tengo que estar en la academia a las once, así que tengo tiempo de sobra para el desayuno y algo más que tengo que hacer antes de irme a trabajar.

—Buenos días —saludo en cuanto la veo en la cocina, haciendo uno de esos batidos asquerosos que suele tomar en las mañanas.

—Buenos días, ¿Irás a entrenar hoy? —pregunta pasándome un café con leche que ya tenía listo para mí.

—Gracias. Y no, tengo algo más que hacer —niego.

Siempre voy a entrenar con Leandro en las mañanas, pero ahora que él no está me lo saltaré.

—Ya tengo que irme, dejé la ropa lavándose, te toca ponerla a secar. —Deja un beso en mi mejilla y se apresura a la entrada, llevándose el batido con ella.

—Espera que te llevo —la detengo buscando un vaso térmico en el que poner el café.

Tomo unas galletas de la alacena, busco las llaves y la sigo hacia la puerta.

Luego de dejar a Lau en su escuela de danzas, encamino el auto con decisión hacia la otra parte del centro, deteniéndome frente a los edificios ejecutivos de GAM, donde estoy seguro que encontraré a quien busco.

He esperado demasiado, ya no puedo seguir esperando a que los demás me traigan las respuestas, y no estaré en paz hasta que las tenga.

La recepcionista me pregunta si tengo una cita, le digo que no, pero que por favor me mencione y le diga a su jefe que necesito hablar con él.

Eso funciona, y minutos después ella misma me acompaña en el ascensor hasta el piso número diez, donde al parecer se encuentra la oficina.

Abre la puerta para mí, y entonces lo veo allí, con esa paz que me quitó, a mí y a mi familia.

Giorgio Andrade me observa tranquilamente desde su silla, detrás del escritorio.

Sonríe levemente y le indica a la chica que se vaya, y nos deje solos.

—Me preguntaba cuánto te tardarías en venir... 

___________

Hola Pollitos 🐣

:( Santi me tiene triste, y que les oculte cosas a los chicos también me preocupa... 

Veremos cómo llevan todos este proceso♥

Los quiero mucho♥

Besos, mil besitos💋

Continue Reading

You'll Also Like

1.2K 104 8
kang taehyun el mafioso mas perseguido de toda corea edad de 18 años toda su vida siempre le encanta ver sufrir a las personas que se portan mal con...
808 441 23
Elisse y Matteo están juntos después de haber recorrido tantos caminos y laberintos sin salida, desafortunadamente, el destino no les dejará el camin...
13.5K 1.4K 25
𝖒𝖞𝖌 + 𝖐𝖏𝖓┊ ❛ ¿Acaso esta mal enamorarse de un asesino? ❜ ➳historia original. ➳portadas temporales. ➳se prohibe copias y/o adaptac...
54.6K 10.3K 14
"¿Cuánto vale una corona si un cuervo puede cenar carne de rey?" -George R. R. Martin