Culpable.
Quinta vez que resbalo de mi mano y cabeceo el aire. No puedo evitar estar quedándome dormida a mitad de la clase.
Cargo un dolor de cabeza que está matandome y mis ojos probablemente estén igual de hinchados que cuando me mire al espejo en la mañana. No pude hacer milagros arreglándome el rostro y probablemente un zombie y yo en este momento no tengamos ninguna diferencia.
El resto del día de ayer fue horrible y ahora sufro las consecuencias. Mi cuerpo está casi tan cansado como yo y mi cabeza no deja de dar vueltas en todo lo ocurrido.
Empezando por lo culpable que me siento habiendo dejado a Aidan en el medio de la calle. El no ha tenido la culpa de nada y ni siquiera tuve la oportunidad de agradecerle nuevamente por su apoyo.
No termine de encerrarme a llorar en mi cuarto que el auto de mi padre se estacionó enfrente de la casa. El ni siquiera subió a disculparse por haberme dejado esperándolo. Ni dos minutos se tomó para preguntarme cómo me encontraba.
¿Cómo se supone que tengo que sentirme con eso?
Incluso en la noche, cuando pensé que íbamos a cenar juntos el solo beso mi frente, pidió comida preparada y desapareció dentro de su despacho.
Estaba decidida a hablar con él pero se las ingenio más que bien para cruzar las palabras necesarias entre nosotros. Hasta evitó hacer contacto visual conmigo y pasar un momento a solas.
Hoy en la mañana por ejemplo, el despertó diciendo que tenía que irse y que un taxi me traería al instituto. ¿Desde cuándo el hacia eso?
Su actitud solo termino de romperme el corazón. Pude notar como movía sus manos de una manera nerviosa y masajeaba su cuello inquieto.
Sé que está pasando algo grave pero el no me dió la oportunidad de preguntarle y al parecer está dispuesto a evitarme el tiempo que sea necesario.
Demás está decir que no he podido pasar un solo minuto de la noche sin llorar.
Sé que papá ha pasado por mucho pero no es justo dejarme fuera de esto, solo está lastimandome.
Y para completar mi situación ni siquiera puedo estar con James. En la noche estuve a solo unos metros de él y ni mis llamadas ha sido capaz de responder.
¿Alguien más quiere ignorame en lo que resta de la semana? Porque esto está siendo más difícil de lo que imaginé y no creo poder sentirme peor de lo que siento en este momento.
Extraño a James, necesito en este momento estar con él. No puedo arruinar otra cosa más en mi vida, no ahora.
Ya ni siquiera me interesa pensar en quien era esa muchacha que iba con él. Si James ha reaccionado así ayer por ese malentendido quien dice que yo no juzgue mal la situación también.
Hoy en la mañana cruzamos miradas sin quererlo. El abría su ventana cuando subí al taxi, por la forma en la que quedó viéndome estoy casi segura que el volverá a hablarme. Se notaba preocupado por mi, quizás mi aspecto es peor de lo qu creo.
Solo espero tener la oportunidad de explicarle hoy...
Cuando el timbre suena me doy cuenta que completo otra clase en la que no he prestado atención ni cinco minutos.
Salgo arrastrando mis pies con mis libros en la mano y me dirijo hacia el casillero para guardar mis cosas. Papá no vendrá por mi hoy, me lo ha dicho y ha sugerido que el chófer de Peyton me lleve a casa. Claro que ni siquiera se imagino que ella no iba a asistir hoy y yo dinero para un taxi no traigo.
Cierro el casillero pegando mi frente a la puerta. Estoy exhausta y deberé volver caminando hoy.
—¿Podemos hablar?
Ladeó un poco mi cabeza para poder ver a Aidan al lado de mi casillero. Se nota muy nervioso por la forma en la que mueve sus pies inquieto.
—Yo también quería hablar contigo... —suspiro—. Sobre lo de ayer... Yo—
—Está bien, no tienes que explicar. Sé que te cause un problema estando ahí, lo siento.
—No me has causado ningún problema. Yo soy quien debe disculparse, no era mi intención que pases un mal momento ahí.
Tú solo fuiste lindo conmigo y estoy muy agradecida por eso.
—¿Entonces el no es tu novio? —pregunta sobando su nuca nervioso—, me refiero al chico que estaba ahí.
—No, pero no quiero hablar de el ahora —sonrío forzosamente— Gracias de nuevo, ya debo irme.
Me alejo de el saliendo del instituto pero sus pasos me siguen. Ya todos se han ido salvo dos o tres alumnos que siguen hablando en el campus.
—Me alegro de que no lo sea porque hay algo que quiero decirte. De hecho hace mucho que tengo ganas de hacerlo y creo que este es el momento, quiero decir—
He dejado de oír, sé que Aidan sigue caminando tras de mi, hablando rápidamente pero perdí el hilo de sus palabras.
Frente a mi está el, parado en la acera frente al instituto recargado en la pared.
Cuando su vista se cruza con la mía no puedo evitar sonreír porque ha venido a buscarme. Aún después de ayer.
Estoy dispuesta a salir corriendo hacia él, sin embargo cuando pongo un pie delante del otro, la mano de Aidan me sujeta del antebrazo y me tira hacia él.
Ni siquiera puedo procesar esa acción, el está a centímetros de mi.
Sus ojos buscan los míos y una de sus manos se aferra firme a mi mejilla.
—¿Que piensas de lo que acabo de decir?
—¿Eh? —es lo único que sale de mis labios.
Aidan no me da tiempo a nada más cuando su boca se estampa con la mía. Abro mis ojos como platos sin comprender nada de aquella situación.
Aidan no se mueve cuando intento separarme y eso comienza a desesperarme.
El ni siquiera está prestando atención a mi reacción.
Sus ojos se abren lentamente y me observan brillosos cuando por fin despega sus labios de los míos.
Está esperando que diga algo pero he quedado en blando.
Lo siguiente pasó en un pestañeo. Aidan quiso decir algo más pero pero al abrir su boca su cuerpo se desplazo unos metros a mi lado.
Volteo a James asustada, ha cruzado el lugar como un toro y le ha metido un empujón que casi lo tira.
—¡¿Qué está haciendo?! —grita ronco. Mis manos se posan en su pecho queriendo evitar que se acerque más a Aidan quien está tras de mi sin siquiera moverse.
La actitud sacada de James lo ha tomado por sorpresa y hasta se ha asustado.
Puedo sentir como el pecho de James late con fuerza. No tiene intención de calmarse, parece querer saltar sobre Aidan y dejarlo tumbado en el suelo.
Intenta correrme pero logro empujarlo antes de intente golpearlo.
—¡No te le acerques!
Mi grito asustado lo deja tieso. Sus azules ojos se posan sobre mi dolidos. El enojo que carga encima es incapaz de hacerlo pensar con claridad y sé que en este momento todo se está confundiendo en su cabeza.
Intento tomarlo de la camiseta pero el es más rápido y me esquiva saliendo del lugar.
Puedo sentir la vista de Aidan sobre mi, mientras corro tras el pero no puedo dejarlo que se vaya así.
James acelera el paso y cruza la calle alejándose.
—¡No puedes enfadarte porque no deje que lo golpearas! —grito tras el.
Corro más rápido cuando noto que está abriendo su auto. Antes que James pueda subir al auto me paro en medio de la puerta y el.
—Dejame pasar.
—¡Ni siquiera dejas que te explique la situación!
—¡¿Por qué de pronto hay situaciones las cuales tienes que explicar, Jade?!
Su voz se entrecorta y eso me hace sentir la persona más despreciable de todo el mundo.
—¡No lo sé! —chillo desesperada cuando me quita de en medio y se sube al auto. —¡Solo escúchame!
—Tres días —dice sin mirarme— solo tres días me fui y te bastaron para actuar como si nada de lo que te dije la última vez que nos vimos valiera.
—No me trates así, sabes que eso no es verdad.
—Confie en ti —escupe.
—¡No tienes porque ser tan cruel! —chillo cuando enciende el auto— ¡Yo también confíe en ti a pesar de que nunca mencionaste a la mujer con la que estabas!
El arruga su entrecejo.
—¿De que estás hablando?
—Los ví juntos, en el auto de Jason.
James ríe como si le hubiese contando el chiste más gracioso del mundo.
—¿Entonces el fulano aquel es una venganza? ¿Solo porque me viste respirar el mismo aire que otra chica?
—¡Sabes que no me refería a eso!
—Pensé que eras más inteligente —dice con rabia—, de todas maneras no pienso darte explicaciones de lo que hago con mi vida.
James arranca el auto desapareciendo por la calle, dejándome con la cara casi por explotar del enojo.
—¡Imbécil! —grito cuando ya ni siquiera veo su auto.
¡No voy a llorar nuevamente! ¡No lo haré!
Si James se porta como un idiota no puedo hacer nada al respecto. ¡Bastantes problemas tengo ahora!
Pataleo como una niña pequeña comenzando a caminar. No puedo creer lo mal que pueden llegar a salirme las cosas.
Es como si estuviese maldita.
¡Por dios!
—¡Tenías que besarme en el momento más oportuno, ¿verdad Aidan?! —chillo en voz alta.
Soy patética.
Acelero el paso para intentar llegar lo más rápido que puedo. Quiero meterme en mi cama y afrontar el resto del día desde ahí.
¿O es que acaso esto puede empeorar?
Alzo la vista de golpe cuando una mano desconocida se aferra a mi hombro. El pecho me palpita fuerte y no es hasta que la persona me voltea y puedo verla que el corazón baja de mi garganta.
—¿Jade?
—Por dios —suelto sosteniendo mi frente—, me he dado un susto terrible, Evan.
—Perdoname, no fue mi intención. Me pareció verte pasar y corrí para alcanzarte.
—Es agradable verte después de tanto —intento sonreir— ¿Qué fue lo que pasó? Hace semanas no se de ti.
—Nada malo —se encoge de hombros—, solo necesitaba distanciarme un poco y aclarar mi cabeza, estaba un poco confundido.
—¿Distanciarte? ¿Pero de qué?
—De ti.
—¿De mi? —repito incredula— Pero por qué? ¿He echo algo malo?
Evan me acerca a el riendo.
—Claro que no princesita, tú eres maravillosa, solo es una broma —deja un beso sobre mi frente—. ¿Qué estás haciendo por aquí?
Ladeó la cabeza poco convencida con su respuesta y su repentino cambio de conversación. Evan está portandose raro...
—Estoy volviendo a casa... ¿Y tú?
—¿Acaso te sientes bien? —me ignora acercándose a mi preocupado, tomando mi temperatura con su mano—, estás pálida ¿Has comido?
—Estoy bien, no te preocupes, solo tuve pocas horas de sueño.
—¿Estás segura? —asiento—, está bien... No te quitaré más tiempo, debes querer ir a descansar.
Cuando Evan se acerca para besar mi mejilla mi campo de visión se libera y mis ojos se clavan en el café bar detrás de él. Una melena castaña dentro del lugar llama específicamente mi atención.
Mi corazón palpita violentamente cuando la mujer voltea apenas y deja a la vista su perfil.
Es ella...
—¿Jade? —oigo la voz de Evan como si estuviera a kilómetros. Mis ojos no ven más allá, todo esta tornandose borroso.
Evan se mueve a mi lado pero ni siquiera puedo abrir la boca para contestarle. Es como si mi cuerpo se estubiera apagando.
A unos cuantos metros de nosotros, Clara sale del lugar y sube a un auto negro desapareciendo de mi vista, dejándome sin aire.
Tengo que bajar la vista porque me he mareado y de pronto tengo ganas de vomitar. Mis manos están pálidas y no puedo mantenerme de pie.
Siento las manos de Evan aferrándose a mi cintura. Personas comienzan a acercarse a nosotros y me empiezo a desesperar por aire. Es como si estuviesen robándomelo.
Sostengo mi frente nerviosa, mi cabeza pesa y todo mi cuerpo comienza a transpirar.
Mi vista se nubla un poco y siento que mi cuerpo comienza a tirarse hacia abajo, como si estuviese cargando algo muy pesado.
—Jade estás teniendo un ataque ¿Me oyes? Intenta respirar —su voz suena cada vez más lejana—, todo estará bien princesita, te llevaré a tu casa...
Lo último que recuerdo fue la voz de Evan y mi cuerpo levitar de la acera. Después de eso todo se apagó y lo siguiente que sé es que desperté en mi cuarto.
Evan dejó una nota a mi lado en la cama diciendo que llamaría para ver cómo estoy pero que no había podido quedarse más tiempo.
Afuera, el color del día se ha ido y puedo deducir que hace horas estoy en la cama, ya ha caído la noche.
Me cuesta horrores poder sentarme sobre la cama, mi cabeza duele y estoy tardando más de lo que debería en recobrar el sentido.
—Pequeña...
La puerta de la habitación se abre y Elizabeth entra con una bandeja de comida. ¿Tan tarde es?
Cuando nota que estoy consciente una sonrisa se dibuja en su rostro.
—No sabes lo tranquila que me deja que hayas despertado.
Eli se sienta a mi lado dejando la bandeja sobre la mesa de luz.
—Me siento un poco mal —me quejo sosteniendo mi frente.
—Es normal para una persona que no se ha estado alimentando como debería y ha tenido menos horas de sueño que las mínimas —me tiende un vaso de agua—. Tu padre ha llamado a un médico.
—No hacia falta.
—Te has desmayado dos veces en el último mes Jade. ¿Piensas que eso es normal?
Guardo silencio, no tengo que decir al respecto. No es algo que este en mis manos.
—¿Quieres hablar de algo conmigo?
Niego.
—¿Mi padre está aquí? —pregunto cambiando de tema. Eli me observa decepcionada.
Ni siquiera tiene que responder cuando mi padre entra a la habitación. Serio, con sus ojos irritados y el cabello despeinado.
—Elizabeth ¿puedes darnos un momento por favor?
El asiente y antes de desaparecer escaleras abajo deja un beso sobre mi cabello.
—Han llamado de la escuela —es lo primero que dice cuando estamos solos—. Has bajado todas tus calificaciones.
Miró el vaso de agua entre mis manos. No tengo fuerzas para decir nada al respecto.
—El doctor dijo que estás débil, casi deshidratada.
Cierro mis ojos con fuerza conteniendo las malditas lágrimas que amenazan con salir.
—Estuviste inconsciente por horas...
—¿Qué es lo que esperas que responda? —digo con un hilillo de voz. No entiendo porque está diciéndome todo esto de esa manera.
—Quiero que me digas que es lo que pasa.
—¿Me estás preguntando enserio? —lo observo sin poder creerlo.
Papá pasa sus manos por su rostro exhausto.
—Habla conmigo, Jade —dice sentándose a mi lado.
—Es lo que he estado intentando pero ni siquiera lo notaste.
El intenta tomar mi mano pero lo esquivo dejando mi vaso sobre la mesita.
—No fue mi intención ignorante, he tenido unos días muy duros hija.
—Yo también —reprocho—, pero esperaba que nos apoyaramos el uno en el otro. Prometiste contarme todo y has estado ocultando cosas durante días.
—Esto no es fácil para mi—
—¡Para mi tampoco! —levanto la voz haciéndolo sobresaltar— ¡Yo soy quien está en medio, papá!
—Tienes razón. He querido solucionar las cosas solos para no preocuparte.
—Ya estoy preocupada —sollozo—. Ni siquiera pudiste mencionar que Clara está cerca otra vez.
—¿Cómo sabes eso?
—No soy tonta, papá —limpio mis mejillas con rabia—. Estás siento injusto conmigo.
—¡Estoy tratando de hacer lo mejor para ti! ¿Qué es lo que te parece injusto de eso?
—¡Lo mejor para mí es contarme la verdad y afrontarlo junto a mi!
El se queda en silencio con la cabeza gacha, apretando el puente de su nariz con los dedos.
—Ayer has olvidado de pasar por mi en la escuela y ni siquiera lo has mencionado.
Sin mencionar que es la primera vez en días que me miras a los ojos.
Mi barbilla tiembla y tengo que bajar mi vista para no llorar, o intentar no hacerlo.
—Estuve intentando encontrar un abogado. Tu madre exige un juicio y ha puesto a todos nuestros colegas en contra mío, nadie quiere respaldarme. Estamos solos —dice evitando mi mirada—, te fallé, Jade.
—No digas eso...
—No sabes el dolor que me causa tener que mirarte a la cara y decirte que no he podido hacer nada por nosotros.
Papá levanta un pañuelo de tela y limpia sus ojos con él. Lo único que puedo hacer es atrapar su mano entre las mías.
Me he quedado sin aire de tanto llorar.
—No quise ser un mal padre —gimotea desecho en lágrimas.
—No vuelvas a decir eso jamás, no es verdad —lloriqueo—. Solucionaremos cualquier cosa juntos ¿Está bien?
Hola nenas, aquí vengo, para saludarlas y comentarles que espero no desesperen si los capítulos les parecen algo cortos, intento actualizar seguido cada vez que puedo. Y además les diré que uno de los próximos capítulos que subiré es mi favorito hasta el momento, de verdad lo amo y estoy emocionada por compartirlo y ver sus reacciones.
Es hora de que Jade la pasé un poco mejor ¿No creen?
En fin, no lo digo seguido pero me encanta leer sus comentarios y también que me hablen y respondan por Instagram, de verdad aprecio su apoyo y entusiasmo. Es lo que me incentiva a seguir ❣️
Les recuerdo @acarialina en instagram.