40. Mark...¿otra vez?...

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Narra Erika

- vamos Dylan ¿que dice acá? - dije señalando la palabra.

- h-ha..b..ia -.

Sonreí con emoción cuando lo escuché, Dylan no aprendió nada solo pero una vez que le enseñamos aprende muy rápido. Poco después de su un año ya estaba corriendo aunque tuvo miles de caídas se volvía a levantar y no lloraba. En palabras las decía con tanta claridad pero lo malo es que no quería hablar lo bueno es que fue pasajero.
Ahora desde hace tres días había comenzado a enseñarle a leer y la verdad si le cuesta un poco pero va aprendiendo rápido.

- muy bien bebé, vas mejorando muy rápido - besé su cabeza y el sonrió, es tan hermoso - ¿Y después? - dije señalando el libro.

- un..a...v-ve..z -.

- que inteligente eres, cariño -.

Lo abracé y comencé a llenar de besos pero toda mi alegría se esfumó al ver que Elías se sentaba en el sofá sin despegar su mirada de mi.

- ve a despertar a tu papá, dile que el almuerzo está listo - Mark tenía día libre hoy así que no me moleste en despertarlo temprano, es mejor que duerma ha estado muy agotado por ello.

Dylan asintió, se fue corriendo y subió con cuidado por las escaleras para luego perderse de mi vista.

Suspiré y me levanté para cargar a mi hija en brazos, ya les tocaba de comer pero como no puedo con los dos tiene uno que esperar y hoy le toca a Alan. Bajo la tira de la blusa y comienzo a darle mientras me dirijo a la cocina para ver cómo va la comida, era algo simple, pasta con salsa blanca. Revolvi la comida y la probé un poco para darme cuenta que ya estaba, apagué el fuego y dejé aún lado la cuchara.

Puse a Ailyn en mi hombro y comencé a darle palmaditas en su espalda para sacarle el aire mientras servía la comida. Ahora que lo pienso estás cosas seguramente serán difíciles para algunos pero ya estoy más que acostumbrada, claro, me crié con cinco hermanos hombres no es fácil y aunque tres son menores un así aveces son un dolor de cabeza y ni hablar de su apetito, sonreí al pensarlo hace tiempo no veo a mis revoltosos hermanitos.

Siento unas manos por mi cintura que me sacan totalmente en mis pensamientos para luego sentir algo húmedo por mi cuello.

- huele bien - escucho la voz ronca de Mark.

- lo sé, es lo que querías que cocinara ¿no? -.

- no me refiero a la comida - sentir su alimento en mi cuello hacia que se me estremesca - tu hueles muy bien - volvió a pasar su lengua por mi cuello a lo que solté un inaudible gemido - quiero hacerte mía - murmura en mi oreja para luego morder el lóbulo.

- M-mark - dije bajo - Mark, Aylin -.

- shh, me cortas el rollo -.

- oye tonta tu teléfono ha est... ¡Joder, consiganse un puto hotel! - Mark solo levantó la vista al ver a Elías parado con mi teléfono en mano.

- está es mi casa y hago lo que quiera en ella - escupió en enojo y se sentó en la mesa.

Le alcance su plato y le di un pequeño beso para luego acercarme y quitarle mi teléfono a Elías y dirigirme a la sala. La llamada era de Luna.

- ho.. -.

- ¡Mujer! ¿Que tanto tardas? - sonreí al escucharla.

- también te extrañe Luna - deje a Aylin en su porta bebé y ahora cargué a Alan para comenzar a alimentarlo.

- obviamente que me extrañarás ¿quien no me extrañaría? ¿A mi? La chica más linda y de mejor carácter del instituto - dijo con ironía.

- mejor no contesto eso, espera... ¡Dylan el almuerzo! - dije un poco alto ya que estaba en el piso de arriba, a los segundos apareció bajando las escaleras con prisa para dirigirse a la cocina - ¿A qué se debe tu tan "deseada" llamada? - dije con sarcasmo intentando no reírme.

El mejor error de mi vida (Segunda Temporada) ●[EDITANDO]●Where stories live. Discover now