53. Encuentro

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Narra Erika

Suspiré acercándome a Dylan quien se ha vuelto a lastimar jugando.
Ha pasado un mes y realmente no me siento mejor pero lo tengo que ser por mis hijos, Dylan ha vuelto hace apenas una semana de la casa de Cristián y ha estado muy pesado y también caprichoso cosa que no me ayuda para nada además que estoy perdiendo la paciencia con él, ahora Lucas prácticamente vive en mi casa, él me ayuda con mis hijos y lo está haciendo ahora. Salí con Dylan un momento mientras que Lucas se ha quedado con los gemelos.

Únicamente salí porque Dylan insistió mucho, como dije desde que volvió sinceramente es solo un dolor de cabeza y me sorprende porque él nunca fue asi. Hace berrinches por todo y no me deja hacer casi nada en casa, quiere que lo cargue todo el tiempo y se molesta aún más si me ve cuidando a sus hermanos...

- Dylan, ya. Deja de ser mañoso  - lo regañe pero él solo lloró más fuerte.

Ya estaba sintiendo las miradas de las personas en mi, murmurós y comentarios no se hicieron esperar y no me quedaría a escucharlos.

Me acerqué a mi hijo y lo cargué enojada, lo puse en mi cadera y agarré mi bolso para empezar a caminar, estoy cansada, muy cansada. Siento mis ojos picar de la frustración.
Caminó sin poder concentrarme en mis propios pensamientos debido al llanto de mi hijo. Ya me canso, le iba a pegar en su muslo cuando chocó con alguien.

- fijate maldito imb... - guardé silencio de golpe al mirarlo.

- no sabía que tenías ese vocabulario, Erika - rio un poco.

Sentí mis mejillas arder, por Dios, que vergüenza. Es el señor Aarón...

- quisiera hablar contigo, ¿se puede? -.

Lo pensé un momento y miré a mi hijo, sus ojos estaban rojos y lágrimas seguian cayendo por sus mejillas pero no hacia ningun ruido, Dylan solo miraba fijamente al señor Aarón mientras se chupaba la mano.

Asentí sin muchas ganas a su petición...

(...)

Senté a Dylan en mis piernas mientras miraba a aquel hombre.
Se tomaba su tiempo, pidio comida para mi pequeño, para mi un licuado y para él un café.
Al parecer no tenia prisa pero yo si o mas bien ansiedad...

Unas vez que nos trajeron las cosas Dylan comió con ahínco, el señor Aarón tomaba con calma su café y yo por mi parte tomaba de vez en cuando el licuado y no es que no me gustara porque en realidad estaba delicioso pero tenia un nudo en el estómago impresionante.

Luego de unos minutos el señor Aarón carraspeó su garganta haciendo que lo miré y noté que él también me miraba, sonrió y empezó a hablar..

- bien, Erika - dejo aún lado su café y miró por unos segundos a mi hijo - ha sido tarde pero me he enterado de todos los problemas que te ha causado mi hijo. Robert me lo contó todo muy preocupado si te soy sincero - baje la mirada al escucharlo - lo siento, no sabes lo apenado que me siento que él te haya hecho todas esas cosas, de verdad me disculpo -.

- no se preocupe, también fue mi culpa, jamás le puse un alto a Mark y deje que esto siguiera pasando, en realidad, ya no se ni que pensar o hacer, lo único que se es que mis hijos me necesitan y voy a estar para ellos - dije mientras jugaba con el cabello de mi hijo.

Estuve por un buen rato hablando con el, hasta que de verdad se hizo tarde, por alguna razón me relajo, wow, increíble. Regrese a casa feliz, le di atención y amor a todos mis hijos y hice lo cotidiano, cambiarlos, bañarlos y jugar con ellos, por supuesto que alimentarlos y hacer que se duerman. Logre dormir a mis gemelos y me preparé, me duché y puse un vestido corto, pegado realmente cómodo, bañe a Dylan y le puse unos pantalones negros y una camiseta blanca con dibujos de autos de carreras. Lo arreglé bien y tomé mi bolso.

El mejor error de mi vida (Segunda Temporada) ●[EDITANDO]●Where stories live. Discover now