El mejor error de mi vida (Segunda Temporada) ●[EDITANDO]●

Capítulo 37:"Felicidad"

Narra Mark

Eran un poco mas de las tres de la madrugada y me encontraba calentando el biberón de mi hija. Escuché a Ailyn llorar y para no molestar a Erika me levanté yo.
El dia de hoy ella estuvo prácticamente dola con los niños mientras yo arreglaba algunos problemas que surgieron en el trabajo, ademas no me molesta despertarme para ayudarla, se que esta exhausta.

Mientras el biberón se calentaba me acercaba a mi pequeña, la cargué con cuidado y besé su pequeña cabeza.
Le hemos estado acostumbrando a los gemelos a tomar del biberon puesto Erika aveces no da con el cansancio y se extrae leche para luego congelarla asi que solo me toca calentarla y darsela a mis hijos en sus respectivos biberones para luego sacarle el aire.

Mire a mi pequeña niña en mis brazos y sonrei.

- te amo tanto, mi amor - murmuré repartiendo besos por sus rosadas mejillas, ella solo se movió haciendo pequeños ruidos - eres idéntica a tu madre, bueno, a excepción de tus ojitos - dije mirando sus hermosos ojos avellanas - ¿Sabes algo, amor? - dije mientras agarraba el chupón y se lo puse en la boca - tu madre es la mujer más hermosa del mundo aunque eso ya lo sabías ¿no? -.

Apagué el fuego y tome el biberón para luego hechar unas gotas sobre mi mano y estaba perfecto así que le saqué el chupón, le acerqué y rápidamente empezó a beber.

- tu madre es la más más hermosa y fuerte de este mundo, ha sabido perdonar al idiota de tu padre - sonreí un  poco - es una mujer realmente especial la cual me ha dado tres hermosos hijos, princesa - sus ojitos se posaron en mi mientras seguía bebiendo - espero que seas igual que ella, gentil, humilde, sencilla, hermosa, aunque eso ya lo eres; y sin duda que seas una buena mujer, Ailyn - acaricié su corto cabello - ¿y sabes que es lo mejor? que ella llego en el momento justo en mi vida, logro hacerme cambiar, me enseño que es el amor y creo que jamás podría agradecerle lo suficiente -.

- tu también cambiaste mi vida cuando llegaste -.

Oigo la dulce voz de Erika detrás mío y volteó, estaba vestida con su pijama que consta en un pantalón ancho color rosa y una camisa corta también ancha y del mismo color, su cabello estaba suelto y algo despeinado. Me acerqué a ella dándole un corto beso.

- te amo mucho, mi amor - me agaché un poco uniendo nuestras frentes.

- y yo a ti, cariño - su respiración tranquila me relajaba bastante

Todo me encanta de ella, es perfecta, amo su actitud, su fuerza de voluntad, su positividad, su cuerpo, sus rosadas mejillas, sus carnosos y rojos labios. En definitiva amo todo, absolutamente todo de ella.

- ve a descansar, amor, yo me ocupo de ella - murmuré sin despegarme.

- está bien - levanta su mirada y se acerca lentamente hasta mi.

Junta sus dulces y gruesos labios con los míos, dándome un beso tierno pero apasionado. Entrelazando nuestras lenguas, luego de unos segundos se separó y sonrió.

- nos vemos - dió otro corto beso para luego dirigirse hacia las escaleras y finalmente irse hacia nuestra habitación.

(...)

Narra Erika

Al despertar como siempre estuve con mis hijos y en especial con los gemelos, son realmente inquietos. Hoy Mark tiene el día libre pero aun sigue dormido, el se ocupa de los niños por la noche y yo por las mañanas.

Pasaba del mediodía y ya habíamos almorzado, batalle un poco con los gemelos pero nada que no pueda resolver con paciencia.

Dylan estaba jugando en su habitación, mis pequeños estaban dormidos cada uno en su porta bebé y yo intentaba al menos dormir por cinco minutos pero apenas cerré mis ojos cuando oigo el timbre sonar.