CAPÍTULO 47: MEI.

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La noche había sido pesada para todos en el templo; trataron de dormir lo que más pudieron, acomodándose en las distintas habitaciones, necesitaban recuperar energías. Amy fue la primera de su cuarto en despertarse al sentir un golpe en su nariz proveniente de la mano de la rubia de lazo rojo cuando trató de acomodarse; la apartó con cuidado y miró hacia su izquierda viendo a Rei descanzar sin dolor en su cama, a Lita enrollada en sus tapas en su colchón y a Mina atravesada al medio entre ella y la peli castaña. Tomó su computadora y salió silenciosa de la habitación; en puntillas caminó hasta la gran sala donde al fin relajó su cuerpo dando un gran bostezo, echó un vistazo al patio viendo desplazarse con elegancia a las hermosas princesas que conversaban armoniosas. Se sentó en un cojín y apoyó el aparato en la mesa de centro.
Tecleó unos minutos buscando información pero todo le salía erróneo: "¡Rayos!", pensó.

-¿Café? -

Amy vio atravesar una taza de café caliente en frente de ella y al levantar su rostro sus mejillas se sonrojaron un poco.

-Gracias Taiki. - Recibió con gusto la taza, el aroma le fascinaba.

-¿Ecuaciones complicadas? - El joven de coleta castaña se acomodó al lado de ella, observando la pantalla.

-S-si, un poco... - Sus nervios se hacían evidente al tenerlo tan cerca. No pudo evitar verlo de la cabeza a los pies; traia una polera holgada blanca y un buzo gris, una tenida muy relajada.

-Veamos... - Dijo girando un poco el aparato. - Si agregamos esta cantidad a esta sumatoria y luego reemplazamos esta ecuación por esta otra... - Empezó a explicar mientras tecleaba rápidamente; unas coordenadas aparecieron en la pantalla, así Amy pudo ver el error en sus cálculos, había extrañado el ingenio del peli castaño y como bien dice el dicho "Dos cabezas piensan mejor que una".

Yaten salía del baño atravesando la sala en dirección al dormitorio que estaba al final del pasillo, mirando de reojo a la pareja que veía entretenida la pantalla del computador.

-¡Cerebritos, bah! - Avanzó unos pasos con sus brazos detrás de su nuca distraído.

Puff!

El joven de coleta platinada cayó al suelo de golpe, con un bulto no menor en sus piernas.

-¡Auch! ¡HEY! - Exclamó la chica rubia sobando su nariz.

-¡¿Puedes ver por dónde vas?!- Le reclamó el peli plateado con la frente colorada, sus mejillas se tiñeron de rojo cuando vio a Mina levantando unas cosas del suelo en un pijama muy diminuto.

-¡Lo mismo digo! - Exclamó la Diosa del Amor. - ¡Cierra la boca, se te entrará una mosca! - La chica se cubrió un poco al sentirse observada por esos ojos esmeraldas que tanto le fascinan.

-¿Chicos están bien? - Lita preguntó acercándose a la pareja; ahora ellos dos eran el centro de atención pues todos los miraban curiosos.

-¡¿Y ustedes qué miran?! ¿ACASO UNA CHICA NO PUEDE COMER TRANQUILA? - El rostro de Mina estaba rojo como un tomate y echando palabrotas por lo bajo se fue a su habitación con las cosas en los brazos.

Kakyuu y Star Supreme miraban desde lejos el espectáculo con una sonrisa melancólica dibujada en sus labios, eran horas donde debían aprovechar el relajo antes de la batalla con Caos.

-Sé que me ocultas algo... - Le dijo Kakyuu, sus ojos se posaron en los de la mujer de cabello platinado. - No pensarás... -

-No me lo perdonaría jamás... - La interrumpió, cerrando sus ojos con pesar. - Ver su odio hacia mí... Me rompería el corazón. -

Kakyuu no respondió a su forma de pensar, lamentaba enormemente lo que alguna vez ocurrió en su pasado y ser sentenciada por su error. Si bien Star Supreme era un tanto mayor que la Princesa del planeta del Fuego, desde la primera vez que se presentaron sintieron un lazo de amistad increíble. Entre las dos compartían sus anécdotas, responsabilidades, alegrías, preocupaciones e incluso sus temores; hasta que un día, mientras aún reconstruían Kinmoku, Kakyuu se dio cuenta de las razones de su visita.

"Cree en mi" (Pausada Temporalmente) Where stories live. Discover now