"Después de la batalla con Caos una nueva amenaza aparece, la vida tranquila se acaba para nuestras Sailor Scouts y el regreso de unas estrellas fugaces sorprenden a todos. Sin embargo, algo atormenta a Serena Tsukino en sus sueños ¿Qué será? ¿Deseo...
Tres toscos golpes se escucharon como eco en la puerta de la gran habitación ensombrecida, lo único que destacaba en ella eran unos ojos con un leve brillo debido a la luz de la capital que se filtraba entre las cortinas; estaba sentada en un sillón individual con las piernas cruzadas una sobre la otra y su mano apoyada en su mentón sostenía la cabeza; su fría mirada se dirigió a la entrada del lugar, viendo la puerta abrirse de a poco.
-Te has tardado - Le dijo a la mujer recién ingresada quien caminó con paso firme hasta estar a una distancia cercana.
-El primer enemigo fue eliminado - Habló mientras se arrodillaba, mostrando respeto.
-Sí, lo sé - La bella mujer de ojos color escarlata, estaba sentada en el sillón y la observaba con determinación. - Son sólo distracciones, nos da tiempo para alcanzar el verdadero objetivo -
La guerrera que estaba arrodillada alzó su vista, con un deje de duda en su rostro.
-Necesito que apartes esos sentimientos, sólo hacen que te distraigas de la misión - La hermosa mujer se levantó del sillón y caminó hacia la gran ventana, apartando las cortinas de un solo movimiento. - Mi poder no será suficiente si no tengo el cristal de plata conmigo y... - Miró a su guerrera aliada con una sonrisa burlesca - así no podré ayudarte. - Diciendo esto, desapareció.
La joven guerrera se quedó sola en la gran habitación, se sentía molesta e impotente, tenía que apresurar las cosas antes de salir lastimada.
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Casa de los Tsukino:
Serena acababa de despertar después de pasar una mala noche llena de tristeza, su llanto sólo se calmó cuando se quedó dormida y eso fue muy entrada a la madrugada. No quiso levantarse para ir al colegio, simplemente no estaba de ánimos; le inventó a su mamá que se sentía mal del estómago y que no bajaría a desayunar debido a eso. Miró a su alrededor, estaba sola, Luna había salido.
Cerca del mediodía se bañó, vistió, arregló su cabello en sus clásicos moños recogidos esos que tanto le gustaban y se aplicó un poco de rimel y labial: "Mucho mejor" sonrió al espejo, el cansancio y la hinchazón de los ojos casi no se notaban. Tomó su bolso y bajó las escaleras corriendo:
-¡Mamá, vuelvo por la tarde! ¡Voy donde las chicas! - Serena dio aviso a su madre quien preparaba el almuerzo.
-¡Serena! - La vió marcharse velozmente cuando salió de la cocina. - Que extraño actúa esta jovencita. - dijo mamá Ikukko entrando nuevamente a la cocina.
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Cuando Serena ya estuvo cerca del lugar donde se dirigía, divisó una tienda de comida rápida y compró dos promociones de hamburguesas.
-"Espero que a Seiya le gusten" - Habló más para sí, entusiasmada.
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