Capítulo 29: Una noche inolvidable

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-No lo puedo creer…- Murmuró la mocosa y caminando de un lado a otro jaloneo su pelo con mucha frustración. –Tuve que pasar mi fin de semana sembrando semillas de girasoles y soportando a las amigas de mi abuela por nada. De verdad que eres un completo inútil-

Luego de diez minutos escuchando sus molestos gritos deje de prestarle atención. Me acomode tranquilamente en su cama y comencé a jugar con la pequeña bola de cristal que adornaba ese cuartucho de locos, verlo alcanzar el techo y posteriormente caer en mis manos era sin duda más interesante que ella.

Y todavía me repito… ¿Por qué demonios tuvieron que regresar?

-¿Kiefer me estas escuchando?- Reprocho arrebatándome el adorno de las manos. Bufe cansado, de verdad que es molesta. -¿A caso esto es más importante que yo?-

-¿De verdad quieres una respuesta?-

-Kiefer…- Gruño entre dientes.

La forma en que me miro me dijo que faltaba poco para que perdiera la paciencia y se lanzara a morder mi cuello como el animalito rabioso que es. Su reacción es tan típica que me dan ganas de reír, resulta que molestar a esta chiquilla es más fácil de lo que parece.

-Bien… señorita sabelotodo ¿Qué se supone que debí haber hecho?- Murmure sentándome en el borde de la cama. – Ya se… probablemente debí atarlo a la cama y hacerle el amor hasta que se enamore de mí, como pasó en unos de tus libritos-

-Pues…-

Un momento… ¿Esta loca de verdad mira aquello como una opción?

-Estás loca- Dije horrorizado. –Las cosas no son como las pintas en tus libritos…-

-Mangas. Se llaman mangas- Corrigió.

-Me importa un carajo como se llamen- Bufe. –Aunque te cueste separar la realidad de la ficción tienes que entender que nada de lo que diga esa basura funcionara. Además… no necesito de tu ayuda, soy capaz de lidiar yo mismo con Alai-

Le dedique una última mirada y fui rumbo a la puerta. Mis planes eran salir de ahí y dormir, pero esta tonta tenía planes diferentes pues cuando estaba a punto de salir sujeto fuertemente mi brazo.

-¿Ahora qué demonios quieres?- Me volví hacia ella con una mirada cansada.

-Tú...- Murmuró elevando rápidamente la comisura de sus labios en una sonrisa que me provocó escalofríos. –Acabas de llamarlo por su nombre-

-¿Y eso que? Alai me llama por el mío, es normal que yo lo mismo-

Mierda.

Esta mocosa es más inteligente de lo que imagine o probablemente soy demasiado obvio. Me iré por la segunda opción.

Pensé que diría algo pero contrario a eso entrecerró los ojos y me evaluó detenidamente por unos escasos segundos que se me hicieron eternos. Nunca en mi jodida vida me sentí tan nervioso como ahora.

-Es tarde así que me largo-

No espere una respuesta y rápidamente deje su habitación que hasta cierto punto era igual de asfixiante que la persona que la habitaba. En el pasillo me encontré con los padres de la chica quienes como de costumbre se comportaron como dos grandes molestias, igualitos a su hija.

El Libro De YolotWhere stories live. Discover now