Capítulo 26: Cupido parte 1

16 7 1
                                    

“Me acerque a ti por Austin no porque quisiera ser tu amiga”

“¿Quién demonios querría pasar tiempo con una loca como tú?”

Exactamente esa fueron las palabras dichas por Piper cuando la enfrente por todas las mentiras que invento. Curiosamente tambien fue lo último que dijo ya que sin querer tropecé y mi puño término sobre su nariz.

Como todo esto ocurrió en las a fueras del colegio nadie a parte de Austin y algunos curiosos lo notaron así que no recibí ningún castigo pero no se crean no me quede conforme con el golpe que le di. Se merecía mucho más, ensucio mi nombre relacionándome sentimentalmente con el bastardo de Cody y aparte de eso tambien fingió una amistad que jamás existió.

Que agradezca que Austin estaba ahí y me detuvo antes de que barriera la calle con ella.

De eso ya dos semanas y en todo ese tiempo Piper se convirtió en mi enemiga número uno sobre todo porque ahora se unió al grupo de víboras de Brian. Genial ahora tengo a cinco alimañas tratando de destruirme.
Pero eso no me preocupa. Esas cinco se pueden ir al infierno, lo que me pone de los nervios es que han pasado dos semanas y Kiefer todavía sigue sin intentar absolutamente nada con Alai.

¿A caso va dejar las cosas como están?

Por Dios son tan lentos que remplazan a las tortugas. Es por eso que retome mi plan cupido.

Si esos dos tontos no hacen ningún movimiento tendré que entrometerme.

-No entiendo… ¿Porque en vez de estar coqueteando con Alai pierdes el tiempo atragantándote como un cerdo ?- Regañe al instante en que me ponía entre Kiefer y la televisión.

-Ese no es tu problema…- Dijo con la boca llena de papas fritas.

No sé qué me preocupa más que Kiefer no haga ningún movimiento o la vida tan sedentaria que lleva. Aun me parece sorprendente porque todavía conserva ese cuerpo escultural.

Una persona normal; que come solo comida chatarra, vive la mayor parte del tiempo sentado y para nada hace ejercicio debería tener varios kilos de más pero miren, el infeliz esta igual de bueno que siempre.

Supongo que su maldito metabolismo es mejor que el de cualquier humano. Bueno… tampoco es como que Kiefer fuera un humano.

-Lo mío con Austin no era tu problema y de igual forma me ayudaste-

-Corrección. No te ayude tus llantos me tenían harto y fue la única forma que encontré para callarte-

-Aja, como no.

Me hice un espacio en el sofá y sonriendo de forma cariñosa abrece el brazo izquierdo de Kiefer, quien me miro como si me hubiera salido otra cabeza.

-Acéptalo, me quieres aunque sea un poquito- Restregué mi cabeza como un cachorro contra su hombro sonriendo internamente al ver como lentamente su rostro se desfiguraba. Estaba a punto de estallar.

-¡Bien aceptó tu ayuda!- Dijo en voz alta justo en el momento en que se levantaba de golpe del sofá solo para sacudir su brazo izquierdo como si le hubiera pasado las garrapatas.

Maldito…

Si no estuviera agradecida por lo que hizo le hubiera tirado un jarrón en la cabeza. Lo bueno de todo esto es que conseguí lo que quería.

-¿Y bien… que tienes en mente?-

Me quede pensativa por un largo instante. La verdad es que lo único en lo que había pensado era en cómo convencer a Kiefer para que dejara de ser un cobarde y se decidiera a mover sus piezas, hasta ahí.

El Libro De YolotΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα