Capítulo 13: Mi amigo mi enemigo, mi enemigo mi amigo

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-¿A caso comiste hongos alucinógenos?-

-¿Qué? No ¿Por qué dices eso?-

-Entonces mi teoría es cierta y aparte de una mocosa molesta tambien estás loca-

-Oye…-

-Me importa un carajo lo que pase por tu mente. No hare algo tan humillante como lo que me estas pidiendo, prefiero la muerte y que te quede claro-

Al instante de haber gritado ese monologo que demostraba lo inconforme que estaba con mi petición Kiefer me dedico una mirada fulminante y con paso de plomo fue rumbo a la cocina. Lo siguiente que mis sensibles oídos alcanzaron a escuchar fue a Kiefer desquitando su malhumor con la puerta trasera.

Deje escapar un suspiro y me derrape en el sofá que hace tan solo unos segundos Kiefer estaba utilizando para jugar. Los controles de la consola terminaron en el piso hecho pedazos y la televisión con un horrible agujero en el centro.

Aun no termino de entender que acaba de suceder.

Minutos atrás las cosas estaban de maravilla. El enano acepto nuestro trato pero todo se fue al caño cuando le dije lo que quería, algo fácil, solamente debía hacerle creer a mis padres que eran unos sobrinos de muy lejos que habían venido de visita.

Bueno… tambien debían fingir ser hermanos.

Pero no, la diva dramática se negó.

No entiendo porque es tan difícil, mucho peor hubiera sido que fingieran ser pareja.

Un momento… esa hubiera sido una buena idea ¿Por qué no se me ocurrió antes?

Suspire por segunda vez y sintiendo mis hombros adoloridos por tanto estrés me levante del sofá, y fue rumbo a las escaleras. Ya que mi trato con Kiefer se disolvió mi única opción es hablar con Alai, aunque su apariencia sea la de un hombre joven su mente de anciano me puede ser de utilidad.

No lo sé. Tal vez exista un hechizo para crear dinero o algo por el estilo.
Si pueden crear bolas de fuego, armas, pelear de forma sobrenatural hacer que aparezca un poco de dinero no sería problema.

Antes de ir directamente a mi habitación –en donde Alai debería estar tomando una ducha- pase por la habitación de mis padres para asegurarme de que a Kiefer no se le hubiera pasado la mano y estuvieron bien.

Cuando abrí la puerta me encontré con una escena que me saco una sonrisa.
Mis padres se encontraban acostados uno al lado del otro sobre la cama. Ella dormía boca abajo y mi padre la abrazaba como si fuera un oso de peluche.

Ni dormidos dejan de ser cursis.

Aunque ahora que lo pienso Alai dijo que mi padre dormiría máximo 15 horas y ya casi es medio dia. Necesito una explicación sobre eso.

Luego de darle una última mirada cerré la puerta y continúe con mi camino, que por cierto no fue muy largo ya que mi habitación no está muy lejos de la de mis padres. Al estar frente a la puerta pensé en entrar de golpe sin tocar pero rápidamente recordé que Alai se estaba bañado y lo que menos quiero es verlo desnudo.

Bueno… tal vez si quiera verlo, pero solo un poquito.

-Alai…-

Llame su nombre dando suaves toques a la puerta.

Esperé unos segundos pero no hubo respuesta del otro lado.

-Alai…- Volví a llamar, ahora dando toques más fuertes y repetitivos.

Uno…

Dos…

Tres, cuatro, cinco y seis veces llamando sin conseguir nada.

El Libro De YolotWhere stories live. Discover now