Capítulo 1: Yoloth Ariella Mayer

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Todo esto es tan extraño, no sé qué fue lo que hice. Hace tan solo unos minutos estaba escribiendo en ese libro y de un momento a otro y sin explicación alguna comenzó a brillar, pero no un brillo cualquier, su resplandor fue tan grande que tuve que cerrar los ojos.

Y segundos después, cuando al fin pude abrirlos descubrí que habia alguien más en mi habitación aparté de mí.

—¿Qué lugar es este?— Pregunto uno de ellos sosteniendo una espada en mi cuello. —Dilo si quieres vivir—

La forma en la que me miró me hizo comprender que esa persona era capaz de cumplir su promesa, y sentir como el filo de su espada se hundía más en mi cuello me lo demostró.

Está persona me matará.

Y lo peor es que no tengo la menor idea de lo que está sucediendo.

¿Cómo es que terminé en esta situación?

¿Por qué es que ahora mi vida está tendiendo de un hilo? Un hilo que a este tipo no le importara cortar.

Mmm.... creó que ahora lo recuerdo.



HORAS ATRÁS

Suspire fastidiada y coloqué la laptop aún lado de mi cama.

Llevó mucho tiempo mirando aquella página en blanco esperando que una idea, por muy pequeña que sea llegue a mi dura cabeza, o al menos que por arte de magia se empiece a escribir sola.

Pero nada, soy una ilusa por pensar que algo como eso puede llegar a suceder y lo soy mucho más por pensar que algo bueno puede salir de mi cabeza. Soy muy mala en clases y si paso las materias es porque cuento con la ayuda del chico más inteligente del colegio, pero solo eso.

—Si sigo así no voy a vencerla.

Solté con fastidio.

—¡Yolot!— Escuché por tercera vez desde que desperté la voz de mi madre llamarme, mientras golpeaba como loca la puerta. —¡Tienes cinco minutos para bajar o tus libros pagaran las consecuencias!—

No necesito ser adivina para saber qué habla de mis mangas.

Ni loca voy a permitir que haga algo como eso.

Coloque de nuevo la laptop en mis piernas y la apague. Baje de la cama y comencé a buscar mis zapatos como loca; primero bajo la cama pero solo di con uno, así que me vi obligada a buscar en todos los rincones de mi habitación pero no logre encontrarlo.

Deje salir otro suspiro pero este lleno de cansancio y tome otro par de zapatos; si no están en ningún lado es porque Odi, el perro del tonto de mi hermano lo escondió en alguna parte de la casa o tal vez lo enterró en el jardín.
Ese perro, me ha hecho lo mismo muchas veces. No hay dia en que no me falte un zapato, debería dar gracias de que lo quiero o sino tendría un horrible final.

Recogí mi bolso del colegio del suelo, tome los libros regados en mi cama y comencé a meterlos en las bolsa. Fue hasta que termine de guardar el último que mi tambien desaparecido teléfono apareció. Lo tome y encendí.

Casi me da un paro cardiaco cuando mire la hora.

—¡Voy a llegar tarde!

Deje salir un fuerte grito y como alma que lleva el diablo salí corriendo de mi habitación.

Ahora entiendo el apuro de mi madre.

A pasó rápido camine por el pasillo hasta llegar a los escalones. Iba tan deprisa que tropecé en muchas ocasiones, incluso estuve a punto de caer de no ser porque me sostuve con fuerza del barandal.

El Libro De YolotWo Geschichten leben. Entdecke jetzt