Capítulo 33: Entre su vida y la mía

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Horas atrás

Robar el libro fue más fácil de lo que imagino. Una pequeña mentira y un poco de confianza de parte de los padres de Yoloth fue suficiente para tenerlo bajo su poder, ahora que el libro era completamente suyo se tomó algunas horas para entenderlo, algo para nada difícil considerando que era como un diario abierto que podía usar a su favor.

Comprobó sus sospechas. Yoloth engaño a todos, Alai y Kiefer no eran sus primos, ni siquiera comparten lazos sanguíneos entre ellos mismos, al contrario son dos poderosos brujos pertenecientes a reinos enemigos. Algo que ya sospecha si recordaba lo sucedido en el cumpleaños de Brian.

Lo que valía la pena resaltar era el hecho de que su enemiga. La insoportable y molesta Yoloth tambien era una bruja, eso de verdad que no lo espero, así como tampoco espero que de repente durante el eclipse el libro comenzara a emitir un intenso brillo dorado, capaz de iluminar cada rincón de su habitación, y que con el final del eclipse una imponente figura aparecería frente a ella.

Un hombre de cabellos castaños, ojos grises, ceño fruncido y ropa elegante la escaneaba con frialdad. No era necesario ser una bruja para sentir su poder, su solo presencia provocaba que el aire en la habitación fuera escaso y asfixiante.  

-Dime humana- Exigió aquella persona caminando hacia ella. Por instinto Piper retrocedió hasta sentir su espalda golpear la pared. – ¿Conoces a alguien llamado Kiefer?-

-¿Kiefer?- Repitió con voz temerosa.

-Él es mi hijo-

Piper no pudo evitar demostrar su sorpresa. Aunque… ahora que lo miraba bien podía asegurar que de verdad eran padre e hijo, el parecido era sin duda asombroso, era como ver a Kiefer en su versión adulta.

Eso sin duda fue terrorífico. Pero nada se comparaba con su tono de voz, tan duro y frio como un tempano de hielo.

-Mi tiempo es valioso así que responde-

-Lo siento mucho señor- Ofreció rápidamente –Sí, yo conozco a su hijo y se dónde está-

-Entonces llévame con él y a cambio vivirás unos años más-

Piper trago grueso al escuchar aquellas palabras. Esa persona era de temer, no había duda, y si de verdad era el padre de Kiefer debía ser un brujo bastante poderoso. Eso le daba una idea.

Cuando miro al desconocido ir hacia la puerta fue capaz de reaccionar y salir de su trance.

-Antes de ir debería saber algo- Informo la chica.

Con una mirada precavida Zagan la miro ir hacia una esquina del pequeño cuarto y recoger un libro que posteriormente puso frente a su rostro.

-Ese es…- Murmuro entre confundido y asombrado. -¿Dónde lo conseguiste?-

Cuando Zagan abrió un portal hacía el mundo humano lo hizo por la necesidad de recuperar a su mejor soldado, nunca imagino que el desaparecido libro de las profecías estuviera en un lugar como ese, sobre todo porque la última vez que lo vio fue hace 16 años cuando una persona cercana a él lo robo, y aunque movió todas sus influencias no logro encontrarlo. Al menos hasta hora.

-Lo vera por usted mismo- Respondió la joven haciendo que las cejas del brujo se unieran en una mueca más desagradable.

Zagan estaba acostumbrado a tratar con humanos pero era la primera vez que conocía a una humana como esa. No necesito valerse de sus habilidades para sentir la maldad irradiar de sus poros, sus ojos reflejaban odio, mucho odio y eso le provocaba curiosidad.

-Espero que no me hagas perder el tiempo-

Susurro dedicándole una mirada rápida a la chica y sin más coloco su mano derecha encima del libro provocando que a la velocidad de la luz una serie de imágenes se proyectaran en su cabeza.

El Libro De YolotWhere stories live. Discover now