Capítulo 28: Cupido parte 3

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Estaba de espaldas así que no pude ver su rostro, aunque no necesite hacerlo para darme cuenta de que no luce para nada contento. Se supone que la meditación ayuda a relajarse y mantener el control de las emociones pero su cuerpo luce tan rígido que dudo mucho que lo esté consiguiendo.

¿Tan malo fue besarme?

No lo creó. Aquellos que tuvieron la dicha de probar mis labios dijeron que era muy bueno besando, incluso el viejo pareció encantado.

¿Y si… fue su primer beso? Jajaja eso sería imposible considerando la edad que tiene.

Un momento… ¿Y si fue así? Tal vez por eso se molestó conmigo, porque robe su tan ansiado primer beso.

Eso explicaría muchas cosas…

Este hombre siempre fue muy recto. Sin quererlo termine escuchando murmullos en las calles que decían que tenía a hombres y mujeres babeando por un poco de atención pero el infeliz nunca presto atención a insinuaciones de ese tipo, algo que aunque me cueste admitirlo me alegra y mucho. 

Abrí una lata de soda y la lleve a mis labios, tratando de borrar la estúpida sonrisa que sigue en mis labios. No entiendo el porqué de esta repentina felicidad, es la primera vez que me siento así por alguien y hasta cierto punto me aterra.

De verdad que estoy jodido.

Lentamente los sucesos de esa noche fueron desapareciendo hasta el punto de concentrarme de lleno en la película, que por cierto estaba muy interesante. Es del tipo de cosas que me gustan; violencia, mucha sangre, personas gritando y corriendo para salvar sus vidas.
Además contiene muchas escenas de tortura que ni siquiera pensé existían.

Ahora que lo pienso. Si algún dia regreso a Abaddon debo llevar unos cuantos recuerdos de este mundo, esas pinzas para cortar dedos me llamaban la atención.

Tampoco es que este tan interesado en regresar.

Me cuesta admitir esto pero… este lugar está comenzando a gustarme. No tendría mucho problema en seguir viviendo aquí, en este mundo, en esta casa junto a la mocosa escandalosa y su familia.

Bueno… siempre y cuando el anciano este conmigo. Ahora que lo encontré no planeó dejarlo ir tan fácilmente.

Hubo un momento en que la televisión se tornó borrosa, mis parpados se volvieron pesados hasta el punto de hacerse difícil seguir manteniendo los ojos abiertos. Me deje dominar por el sueño al instante en que mi cabeza toco algo esponjoso que imaginé era el sofá y no supe más de mí.

Esa noche dormí tranquilamente y con una gran sonrisa en los labios. Manteniendo el recuerdo de esa noche en mi memoria.

 
/////

 
A la mañana siguiente desperté con un horrible dolor de cuello. Resulta que dormir en ese pequeño sofá es más incómodo de lo que imagine, no solo mi cuello el resto de mi cuerpo dolía como el maldito infierno y no termino de entender en que momento termine en el suelo, durmiendo junto a ese perro escandaloso.

-Mierda…- Murmure tratando de ponerme de pie.

Fue ahí que pude notar un par de mantas cubriendo parte de mi cuerpo. Una de color azul y la otra amarilla.

El Libro De YolotWhere stories live. Discover now