Deseos de Cristal (#3 Saga Cristal)

Capítulo 22. Siempre conmigo.

Ya era sábado por la tarde y Alec no me había mandado ningún mensaje desde ayer. Aunque habíamos decidido que nos daríamos un tiempo para ver si era buena idea o no estar juntos, había esperado que Alec al menos me llamara pronto. Ya habían pasado dos días y no tenía señal de él.

-¿Por qué tan pensativa? -Escuché a Axel que estaba sentado a mi lado en el sillón de la sala de televisión mientras ambos veíamos una serie que Edith nos había recomendado.

-Ah nada, me quedé pensando en cosas de la escuela. -Dije yo. Asintió curioso. Saqué el celular para revisar si enserio no tenía ningún mensaje de Alec. Di un suspiro decidiéndome a ser yo quien le enviara algo, pero apenas abriría mis mensajes cuando me llegó uno por Instagram. Quedé confundida ¿De Ángelo? ¿Qué querría? Abrí el mensaje curiosa.

¿Qué quieres hacer esta tarde?

-¿Esta...tarde? -Murmuré confundida. Quizás me había mandado el mensaje a mí por accidente ¡oh no! ¡No lo había hecho! No era un accidente. Había olvidado por completo que entresemana él me había invitado a ir a una fiesta de ayer a la que yo me había negado. Para compensarlo le había dicho que podíamos salir el sábado. Que flojera.

-¿Qué pasa? -Rio Axel.

-Ugh nada, me tengo que bañar. -Dije yo haciéndolo reír un poco.

-Sí, no estaría mal. -Me molestó, pues era la una de la tarde y yo seguía en mi pijama. Él ya se había bañado, pero sólo porque había hecho ejercicio en la mañana. Le di un pequeño golpe en el brazo haciéndolo reír.

-¿para qué bañarte a mediodía? Ya esperante antes de dormir, no quieres salir hoy ¿o sí? -Me preguntó.

-No deberíamos, hace mucho frío. -Dije yo, y él asintió en acuerdo. Hice una mueca. -Pero sí debo bañarme, no sigas la serie sin mí. -Le pedí por lo que sonrió y paró la serie para después quitar Netflix y apagar la televisión.

-Está bien, puedo esperarte en mi habitación. -Dijo él poniéndose de pie. Yo fui un poco más lenta y perezosa. Me volví a envolver en la pequeña manta en la que había estado en el sillón. Ambos subimos y entramos a mi habitación. Fui preparando mi ropa al mismo tiempo que le respondí a Ángelo que no sabía adónde ir. Él me respondió segundos después.

¿cena?

-Lo que sea...-Murmuré, pero pensé en que era buena idea ir a cenar porque eso me daría más tiempo de arreglarme.

Sí, está perfecto.

-Me baño rápido ¿sí? -Le dije a Axel que había estado distraído viendo mis nuevos libros. Me miró y asintió.

-Claro, aquí te espero, linda. -Dijo él. Le sonreí un poco y me apuré a ir al baño. Saliendo, bajé con Axel para comer con la familia. Después regresé a la sala de televisión para seguir viendo la serie con Axel. Tuvimos que pausarla porque nos habíamos puesto a hablar entre nosotros y ya ni prestábamos atención a lo que ocurría en la televisión.

-Uy ya son las cinco. -Me di cuenta. Axel me vio curioso. Le sonreí. -Debo subir. -Le dije acercándome para dar un largo beso en su mejilla. -Me encanta tenerte de vuelta, Axel. -Admití fascinada con su presencia casi tan cotidiana como cuando aún vivía aquí.

Me apuré a subir aun pensando en lo bien que la pasaba con Axel en casa y en lo genial que sería después de esta semana cuando él regresara a pasar el resto del mes con nosotros. Ya casi era su cumpleaños. Debía planear una buena sorpresa, y un buen regalo.

Me senté de nuevo con un tutorial de YouTube que intenté seguir con el maquillaje que Axel me había regalado en mi último cumpleaños. A diferencia de siempre, hoy no me tuve que desmaquillar una y otra vez. Para el segundo intento, mi sombra de ojos café y el delineado negro se veían si no profesionales, al menos decentes. Con mi ropa no me esforcé mucho, mantuve el pantalón negro que ya traía puesto y me quité la sudadera de Axel para ponerme un suéter blanco. Me acerqué a mi joyero notando ese bonito corazón de cristal que había estado usando a diario últimamente, lo levanté en mis dedos pensando en lo que Axel había explicado. Se suponía que debía cuidar de este corazón yo misma, porque Axel ya no lo haría por mí, ya no cuidaría de mi corazón. Di un suspiro.