trece: de huracanes e ilusiones

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- Well, you see, I went out to take a walk and suddenly I was here.(Bueno, verás, salí a caminar y de repente estaba aquí.) - bromea, pero casi puede imaginar la mirada severa del mayor y suspira. - I'm... sorry... but this is for you. (Yo... lo siento... pero esto es por ti.)

- What? What the fu~? (¿Qué? ¿Qué dem~?)

- I want you to be happy... (Quiero que seas feliz...)- susurra. - and... I know about him... (y... sé de él...)

El silencio reina entonces en ambos lados de la línea, Luzu podía imaginarlo, con las piernas recogidas contra el pecho y mordiéndose los labios, quería abrazarlo, hacía tanto que no lo abrazaba... hacía tanto que no sentía sus brazos alrededor de él, con los rizos rubios haciéndole cosquillas en el rostro.

- Te amo... - murmura el mayor contra el teléfono, y se le escapa una lágrima, Ryan también ha dejado escapar una lágrima, asintiendo.

- Yo te amo a ti... - responde, con un hilo de voz.

- Forever, remember? (Por siempre, ¿recuerdas?) - continúa el mayor tras haberse aclarado la garganta.

- Forever... (Por siempre...) - afirma el rubio. - but... (pero...)

- No... - pide Luzu. - do not say a~ (no digas n~)

- You are not mine... (No eres mío...) - completa. - thank you, love, for everything... (gracias, amor, por todo...)

Y corta la llamada, el teléfono vuelve a sonar en su mano, pero lo apaga, dejándolo a su lado.

Los huracanes también destruían aquellos lugares que estaban perfectamente, y llegaban de pronto,  Ryan lo sabía, porque aún recordaba cuando Luzu no dudaba ni un instante en decir que solo lo amaba a él.

Volvió a encender el teléfono un rato después, las llamadas habían cesado luego del décimo intento, y tenía muchos mensajes que decidió ignorar, tenía otras notificaciones, entre ellas descubrió comentarios en sus vídeos bailando, algunas personas lo conocían en aquella aplicación, parecían ser muy fans de su relación con Luzu, y de sus vídeos bailando juntos; pero él los había archivado a todos, desde aquellos con música clásica hasta las bromas que le hacía.

"Dónde están los vídeos con tu novio??? :("

"Están bien?"

El rubio se limitó a responder un par, con tristeza, como si aquellas dos palabras pudieran resumir sus cuatro años de relación; entonces notó que eso era todo, que había terminado, que ya no eran "Ryan y Luzu", ahora solo era él, el pensamiento lo hizo sentir aun más triste.

Volvió a escribir aquellas dos palabras "We're over", antes de dejar el teléfono a su lado nuevamente y continuar empacando.

* * *

- ¿Cómo coño iba a saber yo que tenía novio? - se queja de nuevo el pelinegro con el rostro entre las manos.

- Anda ya, - se queja la pelirroja. - hubiera sido extraño que no lo tuviera, ¿viste lo guapo que está? - lo mira desde su posición, con la cabeza colgando del sofá, el contrario vuelve a quejarse.

- Joder... - susurra. - joder... - insiste.

Después de que todos se habían ido, él se había dado cuenta de lo que había hecho, pero no era culpa suya, él no sabía que Luzu tenía pareja, nunca se le habría acercado de ser así, pero Luzu lo miraba y él sentía que se desarmaba con esos ojitos que le arrebataban el aliento, porque había olvidado lo bien que lucía en traje, y porque había olvidado que olía tan bien, y Auron se volvía vulnerable cuando estaba a su lado, porque sentía que, pasara lo que pasara, Luzu se encargaría de recogerlo, a él y a todos sus pedazos... excepto que ya no, porque ahora tenía a alguien más.

Pero no era del todo su culpa, porque no había sido él quien había tomado la mano del contrario, porque no había sido él quien le había dedicado una sonrisa... pero había sido él quien lo había engañado durante años, había sido él quien lo dejaba plantado una y otra vez, había sido él que le profesaba amor eterno a otra persona mientras Luzu lo veneraba a él y solo a él, había sido él quien mentía mientras Luzu se desvivía por atenderlo, porque no se sintiera solo.

Bufa una vez más, aún conservaba sus anillos, en algún sitio, porque sabía que querría al otro durante su vida entera, y pensó que aquel sentimiento sería recíproco, tal parecía que no, y que se había equivocado... de nuevo.

Él siempre se estaba equivocando.

* * *

- Dije que si te vuelves a acercar sin permiso, - repite el hombre. - te voy a lanzar un zapato.

El paramédico se frota el rostro con ambas manos, impaciente, y mira al policía tras él, quien aún le susurra a la pequeña niña frases en voz baja. - De nuevo, ¿podría decirme quien es usted?

- No se lo he dicho, - responde. - me llamo David Romero, y si te vue~

- Espere, - susurra. - ¿"David Romero" como el que escribió este libro con las... y los...? - deja las frases inconclusas mientras hace movimientos con las manos, Fargan le devuelve una sonrisa suave.

- Sí, el mismo. - responde, encogiéndose de hombros.

- Su libro es mi favorito en todo el mundo. - dice el paramédico. - Es que... los personajes, y la historia y-y... ¿podría darme un autógrafo? - inquiere, tomando el bolígrafo que guarda en el bolsillo del uniforme, Fargan toma un bloc de notas del escritorio de su novio y hace una firma rápida antes de arrancar la hoja y dársela al chico. - Muchas gracias.

- No es nada. 

Fargan se había marchado de casa, de cierta forma, lo había pensado desde aquella vez en la que Alex pensó que era un asesino, y lo había decidido un par de años luego, tuvo que decirles a sus madres que agradecía todo lo que habían hecho por él, que jamás iba a poder pagarles tanto y que las amaría sin importar qué, pero él no estaba hecho para eso... no.

Así que se había marchado junto a Alex, habían alquilado un pequeño departamento mientras el menor tomaba su curso de preparación para convertirse en policía, y él escribía; fue una época oscura, pero se tenían el uno al otro, y eran felices con eso, Fargan publicó un par de libros luego, y... había funcionado, la suerte había estado de su lado y ahora era reconocido, le gustaba tener algo de fama, y le gustaba la forma en la que Alex se ponía celoso cuando algunos de sus lectores le hacían ojitos.

- Mara está lista. - avisa el pelinegro, aun sentado en la silla tras el escritorio, el chico se abre paso hasta ellos, pero la pequeña gimotea estirando la mano en dirección a Fargan, quien enseguida camina hasta estar cerca de ellos.

Quizás, de vez en cuando, se arrepentía de haberlo dejado todo, quizás se arrepentía de la mitad de las decisiones de su vida, pero no en momentos como ese, no cuando la pequeña niña le tomaba la mano con fuerza, mirándolo con la profundidad de sus ojos azules.

Y Alex... Alex no podía dejar de pensar en cuanto Mara se parecía a Fargan...




DE HURACANES E ILUSIONES ES MI TÍTULO FAVORITO

u cant change my mind

gracias por tanto amor, hacía tiempo que no lo decía, y gracias a las personitas por ig que me mandaron mensajitos por mi cara de clo, los amo

~ all the love, me

Endless cliché • Rubegetta • (ELC)Where stories live. Discover now