veintiuno: tiempo

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meses después

- Entonces la cena de ensayo es la semana que viene, viernes en la noche, - dice la mujer, mirando el tablero entre sus manos. - los trajes están listos, los padrinos también, y lo único que nos hace falta es el vestido para la niña de las flores.

- Fargan y Alex se encargan de eso. - dice el peliblanco, ordenando un par de papeles en su escritorio. - ¿Algo más que haga falta?

- Tus votos, ¿los tienes listos ya? - inquiere la rubia, el menor niega con la cabeza, bufando.

- Dame un par de días, ¿sí? - se queja. - Seguro la inspiración me llega uno de estos días y~

- No puedes sacarlos de internet, - corta Akira, con una sonrisa divertida. - pero buen intento. 

- Gracias, lo sé. - dice Rubén, sonriéndole también. - Pero, de todas formas, pueda inspirarme en eso.

- Solo... escribe lo que sientes por tu novio y esas cursilerías así. - responde ella, encogiéndose de hombros. - Yo tengo que irme, debo ver que el menú de la recepción esté en orden.

- Saluda a Nidia de mi parte. - pide, mirando a la rubia sonreírle.

- Si le digo que la llamaste así seguro te quita el descuento. - ríe. - Pero yo le digo.

Akira sale de la oficina, dejando al peliblanco en la silla giratoria tras su escritorio, quien se balancea hacia los lados un momento, mirando el computador frente a él, suspira, antes de mover el mouse y abrir un documento en blanco.

"¿Qué siento por Daniel?" se pregunta a sí mismo, solo un instante antes de empezar a escribir.

"Dan," empieza. "creo que siento muchas cosas por ti, tantas que no sería capaz de definirlas en este documento, o en ninguno otro, porque son tantas y tan confusas que ni siquiera yo puedo explicar, pero creo que la principal de ellas es temor, eso o resentimiento. Creo que nunca seré capaz de perdonarte, y lo he intentado, créeme, a veces despierto, en mitad de la noche, con un grito ahogado en los labios y tu respiración silbante cerca de mí, y tengo que huir de ahí o creo que perderé la cabeza. A veces tengo pesadillas con eso, en como me sujetabas las muñecas con tanta fuerza que tuve que esconderlas durante semanas antes de que los moratones se fueran por completo, y recuerdo como te disculpaste la primera vez, jurando que no volvería a pasar. 

Pero pasó de nuevo, la vez que estuve ebrio, y durante tu cumpleaños. Traté de convencerme de que era normal, porque somos una pareja, y se supone que es lo que las parejas hacen, ¿cierto? Pero el sentimiento de asco se quedaba impreso en mí cada vez que pasaba, y luego parecías tan arrepentido, hasta que ya no más. Mi terapeuta dijo que era violación, pero no es así, no puede ser así. Dejé de ir con ella tras eso.

Dan, he tratado de convencerme de que te amo, pero no creo que sea así, no creo que pueda amarte alguna vez, porque... la pequeña parte en mí que lo hacía, se esfumó cuando el arrepentimiento en tus ojos lo hizo.

Dan... no puedo casarme contigo."

Suspiró, conteniendo el aire en sus pulmones antes de soltarlo nuevamente, leyó lo que había escrito, y tuvo la necesidad de borrarlo, pero no lo hizo en su lugar escribió más.

"No puedo casarme contigo, pero debo hacerlo. Y lamento tanto que sea así, pero si mi familia dio tanto por mí, yo debo darles algo de vuelta, debo darles lo poco que queda de mí, el resto se lo llevó Samuel, en la maleta, y esa parte tan grande de mí lo acompañara por siempre, estoy seguro.

Así que sí, te acepto como mi esposo, a ti y... al monstruo que llevas dentro, espero que tomes lo poco que queda de mí y acabes con ese pedazo de una vez, y esperemos que sea cierto eso de: 'hasta que la muerte nos separe'."

Endless cliché • Rubegetta • (ELC)Where stories live. Discover now