NO CONFIES EN MI

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León

Después de que Withman nos hiciera semejante confesión entendimos todo, tras 8 años de estar a cargo de la seguridad de Lux al fin tenía un rostro que ponerle al enemigo, no solo un rostro, un nombre, una historia y un motivo, no podía creer que todo este tiempo la estuve cuidando de su propia hermana y de la loca mujer que la crio.

Withman tuvo razón en su estrategia, al tener a Agatha en nuestro poder los ataques contra Lux y al Círculo en general se detuvieron. Las negociaciones con Camila Withman iniciaron de inmediato.

—Hijo de puta, donde llegue a sucederle algo a mi madre...—comenzó a decir Camila cuando Withman la contactó por teléfono, la llamada se realizó en altavoz desde una pequeña e improvisada oficina en una bodega clandestina lejos de la ubicación de Agatha, estábamos los 5 reunidos, Withman, Leah, Mason,Garza y yo.

—No sabes cuánto me alegra que sientas en carne propia lo que es temer por la vida de un familiar, ¿te gusta jugar, no es así? Pero no que te devuelvan la jugada—la interrumpió Withman casi gozando la situación de ventaja que ahora tenía.

— ¿Qué es lo que quieres hermanito? —Withman estalló en ira.

—Sabes exactamente lo que siempre he querido, que nos dejes de joder la vida.

—Te lo advierto, si algo llega a pasarle...

—No estás en la maldita posición de hacerme amenazas Camila, haz tenido el sartén por el mango por años pero déjame informarte que es mi turno. No debería tener una mierda de contemplación, mataste a mis padres y mandaste a mi hermana al hospital dos veces así que la cosa ahora es como yo la digo ¿entendido? —Cuando Withman se lo proponía podía ser el mismísimo demonio, especialmente cuando de su familia se trataba.

— ¿Qué es lo que quieres? —preguntó la mujer con rabia reprimida en su voz.

—La cosa es así, vas a dejar a mi hermana en paz, de lo contrario todo lo que le suceda a Lux lo va a padecer cinco veces tu dulce madre, ¿entiendes?, si le arrancas un pelo de su cabeza yo le arrancaré un mechón completo, si vuelves a mandar dos hombres a su casa yo haré que 10 de los míos se diviertan con tu madre hasta que se cansen ¿claro hermanita?

—Sabes que esto no va a durar para siempre, más te vale que la ocultes debajo de la última piedra del mundo porque voy a hallar la forma de volver a tomar la ventaja, esto no se acaba, ya sabes cuál es el único final posible, ustedes mueren o lo hago yo, así que prepárate.

— ¿Entendiste sí o no? Responde la maldita pregunta.

—Claro que sí hermanito—respondió sarcásticamente— hablaremos pronto te lo prometo, espero que te siga doliendo la bala que te clavé en el pecho hijo de puta.

Eso fue ya hace algunos meses, con Camila neutralizada Lux y yo habíamos tenido oportunidad de unirnos, pero justo en este momento necesitaba lograr que ella se abriera más a mí.

—Lucas tienes dos opciones, o me acompañas o me dejas ir, decide—No entendía nada de la extraña situación que nos había traído hasta este punto, unos segundos atrás estaba teniendo una conversación agradable con ella de camino a la convivencia del trabajo y de la nada esa maldita camioneta nos cerró el paso, entonces ella enloqueció.

—No tengo nada que pensar—respondí de inmediato mirándole fijamente, supe que necesitaba un cómplice y sería yo sin dudarlo. Subí al auto y conduje como un demente tras la camioneta pero simplemente no pudimos alcanzarla, había desaparecido como un fantasma haciendo que Lux entrara en colapso.

—Maldita sea Lucas—decía respirando agitada mientras yo me detenía en una berma en la carretera para tratar de calmarla, bajé del auto y ella lo hizo al mismo tiempo, estaba hiperventilando.

Bala PerdidaWhere stories live. Discover now