LA CAÍDA

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León

—Escuchen, yo no quiero matar a alguien que no sea necesario, estoy aquí por Withman y sus colaboradores, entréguenlos y perdonaré sus vidas—Camila se paseaba por los pasillos de la casona con aires de superioridad, sometiendo a todo aquel que se resistiera y prometiendo liberar a aquellos que revelaran nuestra ubicación. No había por donde escapar, éramos prisioneros en esta jaula de metal, era cuestión de tiempo para que encontraran mi escondite y no tenía idea de dónde estaban los demás.

—¿Qué vamos a hacer? —escuché que Paula susurraba en la radio.

—Tenemos que escondernos—respondió Withman.

¿Escondernos?, la casona era lo suficientemente grande para ocultarse por un par de horas, pero estaba seguro de que Camila levantaría el lugar piedra por piedra hasta lograr encontrarnos, estamos solos y encerrados, somos como ratas en una trampa de laboratorio. Tal vez llegó la hora, quizá es momento de enfrentarnos, queríamos hacer esto de otra forma, pero en esta oportunidad no tuvimos elección.

—O peleamos, o mañana no estamos vivos—respondí en la radio, con suficiente convicción como para para tratar de persuadir hasta a mi espíritu temeroso, el silencio fue mi respuesta, al menos lo fue por unos segundos.

—Entonces que sea así, morimos peleando o morimos escondidos—respondió Garza.

—Tengo un hijo que me espera, si me van a matar que al menos sepa que luché, que tengan suerte—concluyó Paula y fue la última comunicación que tuvimos en una larga hora.

Estaba en la enfermería, donde reposaba esperando nuestra supuesta partida, seis malditas horas necesitábamos, solo seis y estaríamos fuera de esta ratonera, pero no fue así, tan pronto como comenzó a sonar esa ridícula alarma de seguridad y las puertas y ventanas comenzaron a sellarse supe que algo no andaba bien, logré colarme por un ducto de ventilación mientras hombres de El Clan se filtraban arrasando con todos los que encontraran, la escena era una verdadera masacre, había cuerpos alrededor de los pasillos, ejecutaban filas de escoltas de Hudson uno tras otro mientras suplicaban por sus vidas mientras Camila se regodeaba y caminaba por el lugar como si todo le perteneciera, ¿cómo carajos logró encontrarnos?, dudo mucho que Hudson nos hubiera vendido, Withman ha dicho que ha muerto, ella no tenía forma de conocer la ubicación de este lugar, no a menos que alguien desde adentro lo haya filtrado.

No tenía tiempo para pensar en ello, debía colarme hasta el cuarto de comunicaciones para intentar hablar con Lux, era lo único que tenía en la cabeza ahora, quería despedirme, quería decirle que, si moría este día, mi último pensamiento sería ella, que no tenía miedo, que hace mucho tiempo estaba listo para irme, que lo único que lamentaba era no poder verla por última vez, que mi corazón estaba en paz y que pasara lo que pasara yo siempre iba a estar para ella, en esta vida y en la siguiente.

Baje del ducto de ventilación en un pasillo que aparentemente estaba vacío, sabía que solo tenía que subir las escaleras que daban hacia el altillo para encontrar el cuarto de comunicaciones, allí debía haber un teléfono, uno que no dependiera de la señal de la casona que claramente había sido bloqueada para evitar que se pidieran refuerzos, todo esto era muy extraño, ¿de dónde había sacado Camila tantos hombres y poder?, El Clan era un grupo en crecimiento, pero jamás para atreverse a desafiar a los americanos, Hudson y su hermano era los líderes de un poderoso imperio que como El Círculo era un legado familiar tan antiguo y fuerte que nadie se atrevía a arremeter contra ellos, ¿entonces, de donde había sacado Camila tantos recursos como para organizar este ataque?, eran muchas preguntas.

Me deslicé por el medio de los cuerpos que yacían en el suelo, entonces pude alcanzar la puerta del cuarto de comunicaciones que no había sido saqueado por los hombres de El Clan, porque su ubicación no era precisamente la más accesible, mis viejas costumbres de vigilante me hicieron salir en las noches de la enfermería cuando casi todo el personal dormía para trazar un mapa metal del lugar en el que nos escondíamos y de este modo conocer sus puntos débiles, escondites y rutas de evacuación, es así como había descubierto la central de comunicación.

Bala PerdidaHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin