𝖉𝖔𝖘

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hyunjin podía sentir sus latidos aumentar mientras observaba cada una de las salas que había en esa academia, había escuchado de lo hermoso y mágico que se sentía estar ahí pero siempre creyó que era una pequeña exageración.

wow —su mirada se fijo en un estante de vidrio lleno de trofeos distrayendose y chocando con alguien— Oh, lo siento.

no importa —un chico de cabello castaño y de altura un poco más baja que él se encontraba enfrente suya mientras lo examinaba con cuidado. no paso mucho para que el chico de mirada intimidante se diera cuenta qué hyunjin era nuevo en ese lugar— te notas algo perdido.

es mi primer día aquí —sonrió nervioso mientras rascaba su nuca.

ya veo —se cruzó de brazos— me presento, soy lee minho —extendió su mano para poder estrecharla con el contrarió.

hyunjin, hwang hyunjin —tomó la mano de minho— es un gusto conocerte.

digo lo mismo —dió una pequeña sonrisa— ¿vas algún lugar específico?, puedo llevarte hasta allá.

agradezco la ayuda pero no estoy muy bien enterado del lugar al cual debo ir —sacó de su mochila de mano un pequeño papel que tenía escritó el salón en donde debía ir— me indicaron que debía ir aquí.

minho tomó el pequeño papel y vió el nombre de aquella sala, al instante supo a donde llevar al chico alto.

sigueme —hyunjin asintió y empezó a caminar detrás de minho. ambos pasaban por un largo pasillo lleno de ventanas grandes y amplias, dejando ver el exterior mientras rayos de luz pasaban por ella, las paredes tenían unos cuantos cuadros con bellos paraisos pintados, realmente parecía como si fuera un castillo.

luego unos cuantos pasos y minutos llegaron hasta una puerta de color marrón claro, tenía pequeños detalles de madera y parecía que soltará un pequeño brillo.

este es el lugar —señalo con su mano la puerta— se me hace algo extraño que alguien te haya mandado hasta acá, se supone que eres un principiante.

umh, ¿que tratas de decir?

este salón es sólo para campeones, gente avanzada en todos los campos del baile —habló algo bajo— ¿como puede ser posible que un joven inexperto sea guiado a este tanque de tiburones? —soltó un pequeña risa— es algo...ridículo.

sinceramente, no tengo idea —ahora no podía dejar de pensar acerca de las palabras que había dicho el castaño— ni si quiera sabía esa información acerca de esta sala.

pobre niño —habló para luego voltearse— no puedo hacer más que desearte algo de suerte, esto no puede tomarse como un juego —fue lo último que logro decir luego de retirarse de ahí, dejando a hyunjin totalmente sólo.

el peli-negro suspiró y acercó su mano con hasta la puerta para tocarla con cuidado. hubo un largo silencio y nadie abrió aquella puerta, volvió a tocar pero nada. lo pensó un par de veces y ya estando decidido abrió la puerta y entró en aquella sala.

a primera vista era totalmente hermoso, grandes ventanas con unas cortinas blancas y transparentes, un espejo enorme que se expandía por toda la pared y un piso liso que parecía tener el mismo material que el de la puerta.

era una preciosa imagen.

parecía que aquel lugar estaba solitario, ya que no había nadie cerca, más qué una maleta encima de una pequeña silla. hyunjin caminó hasta ella y colocó al lado su mochila de mano. quería examinar cada uno de los rincones de esa sala, pero tampoco quería perder muchp tiempo, así que empezaría a calentar para hacer una nueva coreografía que estaba practicando semanas atrás, pero antes, un poco de agua no le vendría nada mal.

estar refrescado es lo mejor para empezar —habló para sí mismo creyendo que estaba sólo.

¿quién eres tú? —hyunjin se sorprendió y se volteó, un chico de cabello rubio y piel algo pálida estaba ahí cruzado de brazos, lanzándole miradas serias. no parecía estar contento con la visita del más alto.

y-yo...

The wrong dance » HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora