"No queda mas que tú, no queda mas que yo, en este extraño salón... sin nadie que nos diga donde, como y cuando nos besamos..."

Y los ojos de Samuel entonces van por instinto hasta el peliblanco, que ya lo está mirando, como si fuese la primera vez que lo ve, como si aún estuviesen enamorados el uno del otro, como hace diez años.

"Tenía ganas ya de pasar junto a ti unos minutos soñando; sin un reloj que cuente las caricias que te voy dando..."

Y Luzu miraba a Auron, más bien, ambos se miraban entre sí; como si el tiempo no hubiese pasado sobre ellos, como si los errores del pasado se hubiesen borrado de sus memorias.

"Juramento de sal y limón, prometimos querernos los dos..."

Oh, y Samuel de pronto se dio cuenta de que no lo había olvidado, nunca, quizás no podría hacerlo jamás, porque lo recordaba todos los días, aunque fuera durante un par de segundos, lo bien que se sentía estar junto a él, y lo perfecto que se sentían sus manos juntos, así que movió sus labios con la letra de la canción, solo para él, solo para Rubius.

"Te he echado de menos todo este tiempo, he pensado en tu sonrisa y en tu forma de caminar..."

Y Rubén sonríe desde su posición, a la par, cantándole los siguientes versos.

"Te he echado de menos, he soñado el momento de verte al lado mío dejándote llevar..."

Comparten una sonrisa entonces, encogiéndose de hombros, no era culpa suya que el recuerdo de su amor continuara intacto en su memoria, claro que no, ¿qué culpa podían tener dos almas gemelas tan afines y tan distintas más que la de conocerse?

Y entonces parecía que el mundo desaparecía en ese preciso instante, como si nadie más estuviese allí, no existía nadie más en aquel salón, ni en el hotel, ni en toda España; no, eran solo ellos dos.

"Quiero que siga así, tu alma pegada a mí mientras nos quedamos quietos, dejando que la piel cumpla poco a poco todos sus deseos..."

Ryan mira al chico que canta, su voz suena tan pura y sincera que casi puede sentir su propio corazón romperse, luce tan bien, con el traje sin la corbata y el piercing en el final de la ceja, entonces sigue su mirada, descubriendo a Luzu y suspira.

Él nunca le pediría que se fuera, no, así no era él... entonces tendría que irse en silencio, dejaría a Luzu para que fuese feliz con aquel chico tan guapo, después de todo, sus ojos parecían gritarle que lo amaba.

"Hoy no hay nada que hacer, quedémonos aquí contándonos secretos, diciéndonos bajito que lo nuestro siempre se hará eterno..."

Pero el teléfono de Samuel vibra dentro de su bolsillo, y tiene que apartar la mirada de los ojos mieles para mirar el nombre en la pantalla "Lu 💖", suspira, y cuando vuelve a mirar a Rubén, está riendo con su novio.

- Voy a responder, ¿está bien si te dejo solo un momento? - inquiere, el rubio asiente dejando la copa sobre la barra.

Responde la llamada cuando ha salido al pequeño balcón, con una sonrisita en cuanto la escucha del otro lado de la línea.

- Hola, bobo, ¿qué tal todo? - inquiere, Samuel suspira, apoyándose en el barandal y mirando las luces de la ciudad. 

- Bonjour, belle, tout va bien. (Hola, bonita, todo va bien.) - responde, casi puede imaginársela sonriendo del otro lado.

- Alors maintenant tu parles français? (¿Así que ahora hablas francés?) - pregunta del otro lado, el pelinegro ríe quedamente.

Seulement pour toi, se sais que tu aimes ça. (Solo para ti, sé que te encanta.) - murmura, engreído, la chica ahora sí ríe.

- Culpable. - susurra, y Samuel escucha un par de voces de fondo. - ¿Ya le deseaste feliz cumpleaños a tu amigo?

El pelinegro titubea un momento antes de asentir, sintiéndose culpable. - Sí, él está con su pareja ahora mismo. - dice. - ¿Y tu madre qué tal? ¿Se la está pasando bien?

- Sí, ahora acabamos de comer y solo quería llamarte para saber como estabas. - murmura, el pelinegro escucha otra voz llamando su nombre. - Tengo que irme, Samu, diviértete.

Toi aussi, belle, passe une bonne nuit. (Tú también, bonita, que tengas una buena noche.) - y escucha como la llamada se corta, entonces se gira, guardando el teléfono en el bolsillo de su pantalón, y lo mira, con las manos ocultas en el bolsillo de su pantalón negro.

Tout va bien? (¿Está todo bien?) - inquiere el peliblanco, y el ojivioleta asiente quedamente.

- ¿Sabes francés? - pregunta mientras el contrario camina hasta un lado suyo apoyándose en el barandal también.

- Oui, j'ai toujours voulu aller à Paris. (Sí, siempre quise ir a París.) - murmura, encogiéndose de hombros. - Dicen que es precioso en abril.

- Sí... algo... - susurra Samuel, y de pronto lo mira, sintiéndose diminuto y vulnerable bajo el brillo en sus ojos. - Jeg har alltid ønsket å reise til Norge... (Yo siempre quise ir a Noruega.) 

- ¿Ah, sí? - inquiere el peliblanco, tratando de no mostrar lo nervioso que se siente de tenerlo tan cerca después de tanto tiempo.

Ja, det var der kjæresten min bodde før... (Sí, ahí solía vivir mi novio...) - responde Samuel apartando la mirada de él. - men det kunne ikke være. (pero no pudo ser.)

Et dis moi... (Y que me lo digas...) - farfulla el peliblanco, suspirando. - J'attends toujours qu'un idiot m'emmène en France. (Sigo esperando que un tonto me lleve a Francia.) - ambos se miran entre sí, como si estuviesen a punto de largarse a llorar, y se encogen de hombros casi al mismo tiempo. - Mais je pense que c'est trop tard... (Pero creo que es demasiado tarde...)

- ¿Y por qué no fuiste tú? - pregunta con tono dolido. - ¿Por qué no fuiste durante navidad o año nuevo? ¿Por qué no fuiste durante abril? ¿Por qué esperar que un tonto te llevara?

- Porque quería que volviera por mí. - responde con amargura tiñendo su voz. - Porque esperé cada año en el aeropuerto, cada año me sentaba en el aeropuerto durante las fiestas esperando que volvieras. - ahora si tiene lágrimas en los ojos, justo igual que Samuel. - Esperé, y esperé, y esperé... hasta que ya no más...

Y era cierto, había ido allí, a sentarse en el aeropuerto esperando ver a Samuel llegar, con su sonrisa tonta, pero nunca había vuelto, y Rubén se había cansado de esperar.

- Era... - susurra en voz baja el pelinegro. - era... lo mejor...

- ¡¿Para quién?! ¡¿Lo mejor para quién?! - estalla de pronto, una lágrima desborda su ojo y rueda por su mejilla. - Porque no fue lo mejor para mí. 

- Rubén, escuch~

Y entonces la puerta que conecta al salón se abre, y la nana de Rubén aparece allí, su sonrisa desapareciendo en cuanto los ve, el peliblanco camina hacia la puerta, carraspeando para que el temblor en su voz no se note.

- Håper du har det gøy. (Espero que te diviertas.) - dice antes de entrar a la fiesta nuevamente.







Casi cuatro horas tarde pero está listo, muchísimas gracias por tanta comprensión, pero no se preocupen, estoy mucho mejor, solo algo cansada

Muchas gracias por tanto, y perdón por tan poco

Btw, lamento si está algo corto, pero quería publicarlo ya

Psdt: lo publiqué antes sin querer, so sorry

~ all the love, me <3

Endless cliché • Rubegetta • (ELC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora