PASIÓN EN LA MAFIA

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"Vous êtes un plaisir de vivre ... Pourquoi ne pas vous amuser? ... Vous êtes venu vers moi sans demander ... Vous vous êtes seulement offert ... Pourquoi ne pas vous accepter? ... Je suis égoïste ... Et ce plaisir personne ne peut ... Personne d'autre que moi ne peut vous goûter ...

(Eres un placer de la vida... ¿Por qué no disfrutarte?... Llegaste a mí sin pedirte... Solamente te ofreciste... ¿Por qué no aceptarte?... Soy egoísta... Y este placer nadie puede... Nadie más que yo puede saborearte...)"

Tenía que saber que estaba sucediendo, así que por eso había viajado, si hubiera estado en su poder ni siquiera estaría pisando el piso de ese país. Pero los negocios eran negocios, así que su malestar debía esperar.

Bajo de la limosina que la había llevado hasta aquella residencia, bajo del auto y comenzó a caminar por el gran patio de la entrada, la hiedra abrazaba los grandes muros, como lo hacía con alguno de los árboles altos y el pavimento. Incluso la reja de hierro estaba cubierta de hiedra fuerte de color verde oscuro, lo que mantenía la mansión alejada del horrible bosque exterior.

El espacio era toda una belleza, magníficos jardines de pasto verde y suave que tenían rosas sembradas de todos los colores, y una magnifica fuente en el centro, era todo un deleite; avanzo hasta llegar a la gran puerta en la gran y elegante mansión. La arquitectura gótica del edificio contrastaba con el armonioso cielo azul que se extendía en su esplendor. Parecía la pintura de época que alguien del romanticismo pudo soñar.

La puerta de madera tenía un patrón de cruz cálido, que refutaba a los buenos tiempos de las batallas de las cruzadas. Toco sobra la gran puerta de madera, pero nadie acudió a su llamado, no obstante, no se iba a ir de ahí sin respuestas. Fue bastante difícil entrar, la puerta oponía resistencia a ser abierta, pues se atascaba cada que la empujaba para abrirla, parecía que quería mantenerse la puerta cerrada, como si de una advertencia se tratara.

Sin embargo, al final termino cediendo, logro abrirla al menos el espacio suficiente para poder entrar. Ingreso con cautela, mientras avanzaba, la puerta ce cerro tras adentrarse dentro de la mansión. En el interior, sus ojos se encontraron con una gran sala, que se encontraba iluminada por lámparas que le daban un aspecto lúgubre, en el medio pudo notar un pequeño sofá y una mesa de madera, la cual en el centro no tenía un adorno floral, en vez de eso, se encontraba un pequeño plato con un líquido rojo espeso, al mirarlo parecía ser probablemente mermelada, y al lado de este se hallaba una botella pequeña atada con una cinta roja.

(TP) se quedó quieta, mirando alrededor, parecía no haber nadie, ni siquiera la servidumbre de costumbre, le pareció extraño. A fuera se había encontrado con sus guardaespaldas, quienes le habían dicho que no podía ingresar con el auto, y lo tendría que hacer a pie y sola.

Suspiro. No podía creer que había llegado hasta ahí con tal de resolver el problema. Se preguntaba que había salido mal. Solo era una venta común entre ambas mafias, ¿Qué podía salir mal? Pues muchas cosas habían salido mal, tres de sus hombres muertos, una venta incompleta, y una guerra futura si esto no se arreglaba.

Avanzo por la sala, hasta llegar al inicio de las escaleras, miro hacia los rincones buscando algo, lo que fuera, hasta que a sus oídos llego un sonido, música al parecer, comenzó a subir las escaleras, sabiendo hasta donde debía ir. Sus oídos podían escuchar a alguien tocando un piano. Una agradable melodía, pero igualmente melancólica, con paso firme y seguro recorría la casa dirigiéndose al lugar de donde provenía aquella melodía.

No parecía perdida, sabía perfectamente hacia donde iba, conocía la casa como la palma de su mano, había vivido ahí la mitad de su vida, cuando era apenas una pequeña nación...

YANDERE BOY'SWhere stories live. Discover now