YANDERE BOY'S

DULCE PASTEL

Él era una sombra acechando en la oscuridad... ¿Todo había sido un plan elaborado?... Me libre de uno, pero ahora estoy atrapada con otro...jamás debí dudar...

Ya habían pasado varias semanas, no sé si ya se han convertido en meses, estaba demasiado preocupada, había perdido la cuenta del tiempo que llevo encerrada en este maldito apartamento, mientras él se dirige al cuartel fingiendo que trabaja por la justicia.

Ahora no sabía qué hacer, tenía miedo, mi mes no había llegado, para colmo me tocaba cuando todo esto se había complicado, y justo ahora que Light ya había abusado de mí.

Tenía miedo de estar embarazada, no quería tener un hijo de ese maldito monstruo, si hubiera sido engañada como Misa Amane, tal vez podría soñar con uno, pero no; yo no iba a volver a cometer el mismo error...

Tenía que encontrar la forma de saber si solo era un simple atraso o de verdad significaba que debería pensar en un plan para abortar y que Ligth no se diera cuenta.

No tenía miedo de lo que le pudiera pasar al bebé si Ligth se enteraba, es más el estaría orgulloso de tener un heredero del Nuevo Mundo, pero con eso solo me ataría más a él, y no pensaba ser su esclava por más tiempo.

Desde que me tuvo, ha aumentado su lujuria, siempre que llega es ser sometida a sus caprichos, podría liberarme ya que no tengo a nadie para que el me amenace, no me queda nada. Pero su familia, su padre, madre y su hermana a quien recuerdo con cariño pueden estar en peligro, pero no solo ellos, si no también Aizawa y su familia.

Hasta ahora lo único que no lograba hacer era que yo escribiera en la otra libreta, eso era algo a lo que me negaba rotundamente. Bien podía haberme amenazado para que lo hiciera, pero no lo hacía a pesar de que siempre cargaba ambas libretas, algo me decía que tenía un plan.

Gracias a esa esperanza me mantuve sumisa, sin intentos de escape, sin negarme a sus caprichos, ni siquiera a las humillaciones, no terminaron por vencerme, gracias a esa pequeña esperanza de poder averiguar lo que tramaba.

Pero ahora la jugada había cambiado, primero debía saber sí estaba yo en cinta, para poder dar el siguiente paso. Este apartamento parecía no tener nada sospechoso, pero tratándose de Ligth sé que no dejaría nada al azar. Pero yo tampoco.

Escuché el sonido de piedras, golpeando en las ventanas, como si fuera haber quien molesta a esta hora, me paré y corrí las cortinas, abrí el corredor y salí a ver qué pasaba, no había nada, solo un alma que había salido corriendo disparada al ver que me había asomado.

- ¡Hey! – grite mientras me inclinaba al suelo para recoger algunas de las piedras - ¡A la próxima llamare a la policía!

Aventé las piedras y luego entre cerrando la ventana tras de mí, me dirigí al baño y cerré, me quité la ropa que traía y la puse sobre el lavabo, me metí a la ducha y comencé a desenrollar el paquete que había encontrado en mi ventana, al abrirlo mis ojos se abrieron y mis labios suspiraron de alivió.

En aquel papel estaban los resultados de lo que tanto me tenía tan preocupada, no estaba yo embarazada, de hecho, salía que al parecer yo era prácticamente estéril. Un alivio inundo mi rostro y abrí el agua de la ducha para darme un relajante baño.

Mientras el agua caía sobre mí, mi sonrisa era de felicidad plena, nunca en mi vida había querido tener hijos, mi trabajo me lo impedía había yo contemplado la posibilidad de que sí llegaba a tener familia, al encontrarme en un caso duro, podría perderlos, como había sucedido con la mía.

Aquel accidente no había sido ni más ni menos que provocado, eso lo sabía bien, por esa razón muchos días luche para ser lo que había logrado ser, una ejemplar detective.