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—¿Que mierda hacemos aquí?— dijo Yoon con un gesto de confusión mientras cerraba la puerta del auto.

Miró a lo alto y notó que estaba en aquel lugar que se le hizo familiar, hace poco habían entrado allí y habían pasando varias cosas, buenas y malas, o bueno, depende de la mentalidad de cada persona. Minseok apenas cerró la puerta del auto del lado del piloto y encendió un cigarro, dejando escapar el humo apenas lo encendió. Yoon lo observó de manera de que exigía una explicación del por qué estaba en aquel lugar otra vez.

Justamente detrás del auto deportivo negro de Minseok llegaron los autos de los demás integrantes de la pandilla, el deportivo blanco de Sehun y el Jeep monstruoso de Chanyeol. De allí salieron como animales todos los chicos totalmente emocionados y salieron corriendo hasta la entrada del lugar, para después llegar más de treinta autos más, trayendo en sí, a todas las pandillas de la ciudad, imitando el gesto de los primeros en adentrarse al lugar, un gran grito de emoción y guerra salió de la gran cantidad de pandilleros y corrieron hasta entrar al lugar.

Yoon miraba todo muy confundida y un poco asustada, dirigiendo su mirada a todas las personas corriendo hasta la entrada del lugar, pero se detuvo al mirar el rostro de Minseok con los brazos cruzados y  aún con el cigarro encendido en su boca y este con un gesto en su cara de seriedad absoluta.

—Necesitábamos distraernos, ¿no?— habló Minseok levantando una ceja mientras llevaba su cigarro al suelo para apagarlo con las botas negras.

Yoon arrugó más la frente sin entender una mierda.

—Cuidar un bebé, ser enfermera por un día, escapar de casa, una pérdida de un ser querido...— continuó Minseok mientras miraba el gran edificio. —Necesito distraerme.— dejó escapar el último humo de su boca.

Yoon por un momento se sintió ofendida, ya que, se sintió una carga, y que eso le comenzara afectar a la alocada vida de Minseok de fiestas, sexo y drogas, la hizo sentir bastante molesta. Unos segundos después Yoon cambió su rostro molesto por uno de empatía. Observó a Minseok y este de verdad se notaba estresado, se veía que tenía muchas cosas en la cabeza, y todo era gracias a la gran decisión de Yoon de escapar de casa.

Debían enfrentar tal obstáculo juntos.

Yoon le sonrío sin mostrale los dientes y Minseok extrañado volteó la verla.

—¿Vamos?— preguntó Yoon con una sonrisa demasiado amplia y felíz para venir de esta chica.

Minseok resopló bajando la cabeza mientras cerraba los ojos, para después tomar la mano de Yoon.

—Vamos.— respondió el chico.

Ambos comenzaron a caminar hacia la entrada, hasta que Minseok se soltó de repente solo para darle una nalgada al trasero de Yoon, ella se quejó pero tan solo rió, sabía que él tenía eternos meses esperando por hacer eso tal cosa. Se adentraron a la imensa entrada de dicha mansión tan alucinante, nuevamente estaba en esos inmensos puestos con vista al gigante teatro, todos corrían buscando puestos totalmente emocionados.

—¿Que es todo esto?— preguntó Yoon en forma de susurro a su amante.

—¿Acaso no lo recuerdas?— susurró Minseok para luego soltar una sonrisa.

Estaban de nuevo en la increible casa del tal Kim Junmyeon, el líder de todas las pandillas. En donde se había hecho la fiesta más desastrosa, increíble y loca fiesta de pandilleros. Las personas estaban desesperadas tratando de conseguir puestos perfectos para ver la presentación completa desde una muy buena vista.

—Oh mierda...— murmuró Yoon. —¿Y porque estamos aquí otra vez?—

Minseok solo señaló con su dedo al escenario que estaba frente a ellos e inmediatamente las grandísimas cortinas rojas se abrieron, provocando un grito enorme de parte del público. De allí salió Kim Junmyeon, el dueño de todo el lugar y los gritos aumentaron.

𝐆𝐀𝐍𝐆𝐒  ──  𝐾𝐼𝑀 𝑀𝐼𝑁𝑆𝐸𝑂𝐾On viuen les histories. Descobreix ara