La torre de los amantes (parte 1)

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Alguna que otra noche, Laura se había despertado empapada en sudor, habiendo soñado que era una estrella, una enana blanca que explosionaba y se expandía hacia el frío y oscuro infinito del universo. ¿En qué se convierte una estrella cuando acaba su ciclo? Laura sentía que había llegado a su momento de mayor brillo, y que tan sólo le faltaba un pequeño impulso para saberse completa. Si no encuentro el amor, me muero, solía repetirse. Y no lo decía por decir. Anhelaba tanto encontrar a su media naranja, que se estaba exprimiendo a sí misma en el empeño. Se iba consumiendo por días y, mientras más brillante iba siendo su carrera profesional, su vida personal e íntima le resultaba más anodina y vacía.

En lo tocante a su vida personal, Laura era incapaz de dar ni siquiera un paso por sí misma, angustiada por no hallar una respuesta que fuera firme, inamovible, meridianamente cierta sobre lo que más le inquietaba. ¿Encontraré al hombre de mi vida, quién será?, no dejaba de repetirse. Sin embargo, su corazón mediaba en el empeño y no daba opción a la razón para hallar la respuesta. En el centro de su bandera, ondeante al viento, resaltaba un enorme corazón rojo pasión. Ella creía en el amor, pero en aquel amor de abandonarse en la otra persona, la intuición, el chispazo que hay entre dos seres únicos que se encuentran por primera vez, reconociéndose de lejos. Algo que a todas luces podría considerarse loable, pues cualquiera podría suscribir estas mismas palabras. Quizás más de una vez nos ha ocurrido lo mismo que a ella y hayamos pasado por el mismo trance. Y al igual que Laura habremos consultado oráculos de todo tipo, azuzados por el aguijón del querer saber, probando a levantar el velo del destino y otear el horizonte... Ahora, con internet, esas respuestas están al alcance de la mano y no tienes ni que salir de casa: ouija, tarot, astrología, runas celtas,… todos ellos te dan la más certera de las indicaciones, sin los circunloquios propios de las fatuas disquisiciones extraídas con la lógica. ¡Estas sí que eran respuestas ciertas para ella…! Respuestas que bien podían estar a la vista de cualquiera y que, sin embargo, no eras capaz de verlas por ti mismo con total claridad, pues ningún razonamiento frío podría haberlas concluido. De todos modos, ella nunca fue muy sensata que digamos, más bien algo alocada, caótica, extravagante a ojos de sus amistades; por eso mismo, en sus estudios, como no podía ser de otra forma, destacaría por sus aptitudes artísticas. Cuando llegó la hora de decidirse por su actividad como profesional, se decantó por la publicidad y actualmente era una descollante creativa a sus veintiséis años, todo ello por su propio esfuerzo. Mucha lógica tuvo que poner para encauzar su carrera y llevarla adelante, pero en cuestiones de amor rigen otras normas que no están escritas en los libros de texto…

Esta vez, no obstante, antes que volver a pulsar una tecla frente al inexpresivo ordenador, nuevamente en busca del azar, prefirió aceptar el consejo de alguien que le recomendó a una reputada tarotista. Justo un par de días antes de emprender el que sería el viaje de su vida.

Puro Terror (La Web del Terror)Where stories live. Discover now