Ca¶itulo | 21

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Estando en la casa de Jonathan, no difería de las fiestas que pudo y vi que hacía Malcon, era un poco más de lo mismo. Gente a montón aunque por lo visto era mucho más que en la fiesta qué hizo Malcon en el pasado. Capaz que porque a Jonathan no le importaba tanto eso de ser el mejor o la estúpida pirámide, al contrario de Malcon, era mejor persona.

Obvio me sentía incómodo al tocar la puerta. Jonathan sonrío al verme y me jaló de la mano hasta el interior de su enorme casa. Las personas bailaban había muchos que nunca había visto y pociblemente de otra escuela.

Era demasiada gente y me cuestione a mi misma si fue buena idea, lo había hecho por despecho seguramente estaba enojada no sabía si realmente fue por la reacción de Lucas, que pudo a ver sido realmente coherente. No tuve que vender su pintura debí haberla guardado, por más que sintiera que Lucas necesitaba lo que costaba, pero me lo dejo en claro.

Creo que de nuevo metí la pata.

- Joh-. Escucho que me gritan y Jonathan me entrega un vaso con lo que podría ser una bebida.

- No gracias-. No me sentí segura. Por alguna razón me comencé a sentir que algo estaría mal, si seguía ahí, puede que por el hecho de haber peliado con Lucas.

- Es solo cerveza-. Jonathan seguía incistiendo y tome el vaso, sin darle un sorbo. Jonathan sonreía así que creo que se conformo con eso y comenzó a bailar tomándo conmigo si es que se podía llamar baile.

Nos movíamos  de un lado a otro con el ritmo de la música. Él exageraba los pasos y  llegaba a verse tan ridículo, pero en buena manera. Me despegaba del sentimiento aunque este se mantenía.

- Toma-. Me decía chasqueando su vaso con el mío.

- No me gusta la cerveza-. Mencione aunque si me gustaba, realmente no me sentí segura haciéndolo en un lugar que no conocía.

- Prueba esta-. Me gritaba por lo alto de la música y por la incistencia lleve el vaso hasta mis labios y al sentir el líquido helado por mi garganta, Jonathan afirmó el vaso causando que lo tomara al completo hasta salpicando  un poco mi ropa.- Verdad que sabe bien-. Me jaló hasta otra barra y comenzó a llenar de nuevo el vaso.

No iba a negar que me sorprendió lo bien que sabía. Me comencé de un momento a otro a sentir más eufórica tanto asi que el segundo vaso que me facilitaba Jonathan lo afirme con más ganas. Ahora sí podría decir que estaba disfrutando el momento.

Salte con Jonathan a mi lado, bailamos gritamos y reímos a más no poder. Veía a la gente a mi alrededor con la misma felicidad que irradiaba.

- Jonathan-. Lo llamaban y con una mueca  me dijo que ya vendría. Asentí y seguí en mi momento. Camine por la casa. En el piso de abajo me acerqué marcando el ritmo de lo que ahora se escuchaba hasta las ventanas. La noche se veía purísima y extensa.  Seguía llenando mi vaso con aquella extraña cerveza. Mi cabeza se meniaba al compás pero me pesaba, puede que ya estaba borracha aunque tenía la lucidez que yo creía necesaria.

Era extraño, la gente pasaba a mi alrededor,  charlaba y todo era sonrisas.  Me sentí como si estuviera en el país de la maravillas aunque ya había visto cada maravilla que me ofrecía  la planta baja.

Al hallar las escaleras subí a la segunda planta, parecía aun más grande que la de abajo y cubierta en oscuridad de sus pasillos parecía  mas intrigante. 3 puertas en el pasillo principal, que al final daban a otro corredor revisando las habitaciones y como habitación cualquiera no había gran cosa. Al llegar al final del pasillo era entre elegir si derecha o izquierda obvio quería la derecha, había sola una habitación, algo extraño debía de guardar me decía pero no. Aún con la cabeza dando vueltas pude notar que el lugar no tenía nada de magnífico ni extravagante, similar a una bodega no variaba entre muebles y cajas que pocible contenían recuerdos que no me importaban en absoluto. Lo siento Jonathan si llegase a ser muy fría pero no eres tan amigo todavía. Creo.

RuedaS •|Si quieres te puedo llevar|•Where stories live. Discover now