Ca¶ítulo | 1

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El nuevo estudiante.

Lo raro siempre llama la atención, lo único lo hace interesante.

Después de apagar el cigarrillo y tirarlo abajo me quite la pijama y me puse el uniforme, camisa blanca, falda negra y suéter de color vino-tinto y unas horrendas calcetas blancas. Tome mi cabello negro en una coleta, me acerqué al baño lave mi cara y mi dientes, me mire por un momento al espejo.

«Soy una verdadera mierda.»

Las heridas de la manos arden, pero las ignoro, salgo de mi habitación no si antes guardarme la cajetilla de cigarrillo junto a un encendedor en el bolsillo de mi falda. Baje las escaleras para ir directo a el comedor. Noté que este como todos los días esta vació.

- Magda, traeme el desayuno, por favor-. Pido a la sirvienta, que tiene alrededor de 40 años. Ella si es como mi madre, casi toda mi vida la viví con ella, mientras mi madre se revolcaba con mi tío, después todo su tiempo era solo para su trabajo y mi padre por otro lado, viajaba por el mundo Tomando sus estúpidas fotografías.

Magda llega despues de un pequeño momento con una sonrisa y me deja el desayuno en la mesa.-¿Estuviste fumando otra vez?-.Me pregunta sentándose a mi lado.

-Me conoces bien-. Le sonrío.

-Mi niña creo que debería dejar de hacerlo, ciertamente no es bueno para su salud-. Me dice esta tocándome el pelo. A lo que no borro mi sonrisa, pero la acción solo me hace suspirar cansada, comenzar a comer.

-¿Están listas mis cosas?-. Pregunto al terminar-.Todas están en el auto, su chófer la espera mi niña.- Me dice para después levantarse-. Espero que le valla muy bien en su primer día-. Con esas palabras sale de la cocina. Tiempo despues me paro de la mesa, recojo mis platos y los dejo en el fregadero de la cocina.

Me dispongo a salir de la mansión y ya afuera de esta veo al chófer en el auto negro. Él es el esposo de Magda, del cual no se su nombre pero siempre lo he visto como un padre, el único que si aparece cuando lo necesito, el único que junto a Magda se comportan como mis verdaderos padres se deberían comportar.

Aunque ciertamente les pagan ¿no?, saber eso no les quita mi intención.

-¿Como amaneció hoy señorita?.-Pregunta el chofer, al montarme en el auto.

- Incisto solo dígame Joh o Johanna.- Le digo tomando mi bolso y poniéndolo en mis piernas.

- Como usted quiera señorita Joh.- Me dice por último antes de arrancar el auto, para dirigirnos al instituto.

Ya en este, el tumulto de estudiantes se hacen notar, todos nacidos al igual que yo en cuna de oro.

Me bajo del auto, tomando mi bolso y me despido del chofer, este asiente y espera a que entre en el instituto para poder arrancar, ya cuando lo hago este sin más se va.

Al entrar al instituto me encamino por los pasillos hasta mi casillero y trato de abrirlo con la llave pero este no cede, sigo intentando un poco más y cuando porfín se abre y un olor a podrido sale de el. Me acerco para ver que es lo que hay y parece ser un conejo claramente muerto. Cierro mi casillero, ya esta claro quien fue, el único que se encarga de hacerme la vida imposible, en el instituto y fuera de el.

-Nena aquí estas, ¿Te gusto mi regalo?-.

«Malcon.»

Gire mi rostro y lo vi con su banda de orangutanes del equipo de Basquet y a otra mona rubia que toma su brazo.

Baje mi falda con insistencia y tome mi bolso ahora con mas fuerza. Trato de ignorarlo y me dispongo a caminar, pero este toma mi brazo incistiendo.

RuedaS •|Si quieres te puedo llevar|•Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora