Ca¶ítulo | 6

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No me mires.

La casa de Louis luce peor a lo que conocía pensándolo bien nunca estuve pendiente de ella si no de quien vivía aquí, además el hecho de venir solo cuando era de noche no me ayudaba.

Estando los dos en la cama, solo el duerme. Lo miro. No entiendo porque vine aquí en primer lugar de todos lo lugares estoy segura que cualquiera sería mejor, excepto este.

Lo que quería era que el desapareciera de mi vida, que todos lo hicieran.

« Excepto él.»

Claro. Por alguna razón quería que todo desapareciera excepto él.

- ¿En que piensas?-. Escucho a Louis decir con una voz ronca y mañanera. Lo miro rápidamente y sonrío en escusa.

- Necesito ir a clases-. Digo parándome de la cama rápidamente, este no es el momento preciso para decirle lo que pienso, lo que quiero.

El se sienta en la cama dejando su torso al descubierto, sacando un cigarrillo de no se donde, prendiendo con el encendedor.- Quedate-. Dice seco y lo miro, pero hago como si no hubiera escuchado nada, sigo escéptica y con ello en busca del uniforme.

- Johanna te dije que te quedes-. Dice ahora más serio, paro por un minuto y suspiro.

- Tengo que irme-. Me pongo la camisa seguido de la falda.

- No tienes por qué irte-. Dice apagando el cigarrillo y mirándome.

- Tengo una clase importante-. Huyo de su mirada, terminando de vestirme y agarrando mis cosas.

- Desde cuando te a importado eso-. Dice levantándose desnudo de la cama, apartó la mirada y sigo por mis zapatos.- ¡Te estoy hablando johanna!-. Me grita tomando mi brazo con fuerza. cierro lo ojos y suspiro.

- Tengo que irme-. Lista y con mis cosas me suelto de su agarre y salgo de la casa escuchando sus gritos y golpes a sea lo que fuese.

« Todavía no.»

Voy hacia la calle principal cubriendo mis brazos con mi mano y con mochila al hombro, espero en la parada de autobús hasta que esté llegue.

Ya en el autobús, sentada me doy cuenta de que algunas personas me veían muy profundamente, trato de bajar mi falda hasta que no se pueda bajar más., siento de a poco que huelo a prostituta barata y ¿qué diferencia tengo con ellas?, que yo no saco provecho de lo que hago, no gano nada. Busco en mi bolso el paquete de toallitas húmedas que siempre llevo conmigo y limpio por donde pueda mi cuerpo.

El autobús se para unas cuadras del instituto donde estudiaba, así que pago y bajo. Camino las cuadras restantes y llego al siguiente infierno, con la diferencia de que este es mejor porque esta él.

Entro en el instituto y me dirijo a la clase de filosofía, el profesor obviamente ya está dando la clase, por lo tanto espero un poco hasta que lo hago. Toco y en espera a que el profesor salga respiro profundo.

- Señorita Prescot, está no son horas de llegada-. Lo miro seca y no digo nada, este profesor nunca me ha agradado.- Puede pasar pero la espero en la salida para conversar seriamente-. Termina y me hecha una mirada que no sabría como describirla.

El profesor entra en la sala y yo lo sigo solo después de que se aparta completamente de la puerta. Veo al chico en sillas de ruedas desde mi caminos al asiento, es el único que no alsa su mirada para verme, el único que siento que no me jusga.

- ¿Que tal?-. Le pregunto al sentarme en el asiento al lado de la ventana, pero el no me habla, aún peor me esquiva mirando al lado contrario al que yo estoy.- ¿Oye estas bien?-. Vuelvo a preguntar tocando su pierna.

RuedaS •|Si quieres te puedo llevar|•Where stories live. Discover now