Ca¶ítulo | 28

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Esperé una tanto más para renovar. Se acercaba nuestro último año pero aún así sentía que el verano no fue para nada una perdida de tiempo, preferible haberlo estado con él claramente pero con Lucas iba más allá de aquella pequeña distancia.

Junto a mi vehículo por fin estrenado me iría a buscarlo y la última visión de lo que quedaría de verano sería estando juntos, esa sería mi fortuna y es que lo ansiaba tanto. Mi madre no se creía mi grado de entusiasmo, al recibir la llaves y salir de aquella gran casa a la que sería la mía y la de Lucas.

Semáforo en rojo y ya me acercaba a la villa del mencionado, había ablando con la señora Adams antes. Juntas esperábamos lo anticipado y fue ella la que se encargó de preparar a Lucas por decirlo así y que este no se enterará de nada. Verde y ya se veía de lejos un poco aquella casa con su reja topando la acera.

Heme aquí.

- Buenos días señora Adams-. Un poco risueña abría la puerta, mientras asentía a mi presencia era una afirmación a qué era bienvenida en esa casa y como no ya me sentía parte de exceptuando a Louis que todavía no creía en que realmente estuviera ahí por su hermano. El mismo postrado en el sofá y viendo tele ya no le hacía importancia a mi llegada pero si sentía un poco de su reacia postura hacia mi.

- Un café joh-.

- No gracias-. Me senté en el comedor.- ¿Está Lucas?

- Todavía duerme-. Se me hizo raro.

- ¿Está bien?-. Le pregunté a su madre un poco preocupada pero ella solo sonría y bromeaba con los sonidos en respuesta.

- Ve a verlo, le diré a Louis que guarde su maleta en tu auto-. Obvio no sabía que una vez estuve con Louis pero no era necesario, alemnos eso sentía por mi parte.- ¿El convertible verdad?

- Sí-. Trate de sonar humilde pero la señora simplemente se reía más y es que parecía que ya nos llevábamos en confianza. Un año aproximadamente ya podría ser suficiente.

- Ve con Lucas linda-. Me pare dejando atrás el comedor escuchando un pequeño murmullo y suspiro. Que pena no poder responderla ahora.

Una casa que al principio parecía simple ahora estaba ma luminosa y el sol de los últimos día de verano sin clases pegaba por las ventanas como una luz aún más fuerte ya sea por el reflejo del vidrio por dónde pasaban pero no iría más al hondo le dejaría todo lo de física a Lucas o talvez era química, no me mataría la cabeza. ¿Cómo era? Ah sí, pasillo una puerta al final dos puertas al lado izquierdo y una a la derecha, la de Lucas.

Abrí con cuidado, la luz solar encadecia su habitación y pequeñas partículas se veía en el aire. Y ahí estaba Luca, dormido. Su silla de ruedas a un lado y la manta alborotada medio cubría sus delgadas piernas. Sí era mi Lucas. Cerré la puerta a mi espalda y despacio si hacer ningún ruido me despoje de mis zapatos. Lento camine hasta su cama y como pude, sin despertarlo me hice espacio.

Su pelo brilloso por el sudor se pegaba a su frente, ciertamente uno de los veranos más calurosos de lo que llevo en mi vida o tal vez más armoniosos y con sentido de hogar, por eso era cálido. Limpie una pequeña gota que intentaba correr y obvie  la idea de abrir la ventana, no quería despertarlo, igual la idea de secar sus gotas por cada que veía su rostro mojarse de me hacía aún mejor. Te extrañe Lucas y eso que no fue tanto tiempo.

Y es que me di cuenta que realmente no era solo un me gusta. O tal vez ya lo sabía, tal vez te lo haya dicho y no lo recuerde. Su respiración con el pecho de arriba abajo lentamente. Tal vez yo dormiría un poco, aunque se nos hiciera un poco tarde.

- Joh-.

-joh despierta-. Abrí mis ojos como si de un sueño se trataré y es que si me quedé dormida tal vez media hora o más todavía el sol alumbraba candente, podríamos llegar antes del atardecer sí eso.

RuedaS •|Si quieres te puedo llevar|•Where stories live. Discover now