Una historia sin final. [STARKER]

Muy bien jugado.

Domingo por la mañana. La ciudad de New York amanece con tres grados y Peter Parker estrena su traje deportivo en el famoso y transcurrido Central Park.

El ejercicio agita su pecho y el frío no tiene fuerza para combatir su alterado calor corporal. Sin duda una excelente idea, la música suena dentro de su cabeza y es fácil perderse entre los interminables caminos del parque.

Fue una semana muchísimo peor que la anterior, y eso que la anterior fue un asco. Todo ese juego de James y Steve esta comenzando a hacer ruido en su cabeza. Sin olvidar a Tony.

El ingeniero le molestaba tanto que terminaba con su paciencia y no faltaban los gritos y reclamos, y sinceramente, ya no quería más eso.

Toda la paz que había logrado por años, se había esfumado. Era evidente que su matrimonio estaba colgando de una delgada telaraña y no tenía ni una sola intención en repararlo.

Quería dejar todo eso ahí, enterrarlo y comenzar una nueva vida. Solo debía convencer a Steve de que le compre un apartamento, y no es que no tenga los ahorros necesarios para hacerlos, pero un bonito apartamento es el precio que Rogers debe pagar por su traición descarada.

- ¿...iendo?.- da un brinco que por poco le envía al suelo.- ¡Te estoy hablando!

- ¿Qué?.- quita sus auriculares y queda  frente a Tony.- ¿Qué haces aquí? ¿Ahora también me persigues los domingos?

- ¡Eso era lo que te estaba diciendo!.- el mecánico tiene las mejillas teñidas de rojo, resaltan contra su blanco sudadero.- ¡Has corrido detrás de mi como por diez minutos!

- ¿En serio?.- realmente le sorprende, ni le había reconocido.- Supongo que me quede en automático.

Se ven por un rato, se inspeccionan y se reconocen. Peter tiene sus defensas abajo y por una vez en la vida no quiere dar más pelea.

- ¿Te perdiste?.- pregunta Tony, parece que tiene el mismo animo.

- Creo que sí.- confiesa, observa a su alrededor.

- ¿Te parece una carrera al edificio?.- y Tony da pequeños brincos.- El que pierda, invita al almuerzo.

Y Peter corre por instinto detrás del genio que estira rápidamente las piernas por todo ese bosque. Y por un momento, esta siendo transportado a la laguna, al bosque y al acelerado novio que tenía.

Es un punto de regreso, gritarle "¡tramposo!" cuando gira de repente y topan hombro contra hombro. Sus piernas comienzan a arder y el parque parece no terminar. Tony corre con agilidad y parece ser un pantera en plena cacería.

Siente los latidos de su corazón contra sus oídos cuando finalmente ve la calle, pero Tony no parece detenerse. Lo bueno es que ahí ya no necesita que le guíen y puede tomar ventaja.

El edificio esta a unos cuántos metros, la victoria es de Peter por el buen rendimiento de sus piernas y sus saludables pulmones, pero Tony juega sucio, siempre lo hizo y gato viejo no deja sus mañas.

- ¡Eres un tramposo, Peter Pan!.- dice con voz agitada y tira de su sudadero.

La fuerza centrifuga es la que te hace girar, se aplica cuando tiran de su ropa y la fuerza sumado a su velocidad le hacen girar, sus pies tropiezan y evita la caída al suelo por las fuertes manos de Tony sujetando su cintura.

Los dos pecho se juntan, están agitados. Sus respiraciones se mezclan y se une en un solo vaho. Sus corazones se sincronizan con un solo ritmo y la competencia de miradas inicia.

La atracción es magnética, es como si sus cuerpos están diseñados para estar así de juntos todo la vida. Podrían quedarse ahí, viéndose en la acera del edificio Stark, donde cualquiera que les reconozca podría tomarles una sola fotografía que pondría su mundo al revés.

- ¿Peter?.- es Natasha.- ¿Qué están haciendo?

La realidad les golpea y se repelen como si fueran el mismo lado de un magnético. Peter rasca detrás de su oreja y concentra su mirada en la rubia.

- ¿Nat? ¿Qué haces aquí un domingo?.- evade la pregunta inicial olímpicamente.

- Hay problemas.- contesta. Entecierra sus ojos y Peter agradece en silencio que la rubia no insista.

[...]

Diez minutos después están todos reunidos en el comedor de Rogers, son malas noticias empresariales y es necesario la presencia de Tony y Steve en Londres, Inglaterra.

Peter escucha la conversación sobre movimientos de bolsa, aduanas y permiso desde el desayunador. Lo único que le interesa es saber que esos dos hombres estarán fuera de su vida por al menos unas semanas.

- Yo no puedo ir, estoy trabajando en algo.- dice el ingeniero, Peter no le ve pero siente su mirada sobre sus hombros.- Pepper puede resolverlo.

Una alarma suena en la cabeza de Peter, sabe que si Tony no va y Steve, Natasha y Pepper sí, no habrá nadie quien le controle y lo tendrá encima veinte cuatro horas al día.

- ¿Estás seguro?.- Steve se ve increíblemente guapo con su camisa blanca, debe ser un pecado ser tan hermoso.- Porque nos retrasarías más.

- Lo mejor es que vaya de una vez.- interrumpe de inmediato.- ¿Te imaginas que sí lo necesiten? Se tardaría casi dieciséis horas en llegar.

- Pepper lo puede resolver.- repite. Natasha observa al ingeniero, Tony observa a Peter y este le devuelve la mirada con la misma fuerza.

- ¿Qué es esta competencia de miradas?.- Steve les cuestiona durante el pesado silencio.- Parece película muda.

- ¿Te llevaras al guardaespaldas?.- la pregunta la fórmula Tony y va dirigida a Rogers.

La taza que Peter sostenía choca contra el suelo y el apartamento se llena con el escandaloso ruido. Steve se levanta de inmediato y auxilia a su esposo levantando la porcelana estrellada.

- ¿Te importa que vaya conmigo?.- le pregunta en voz baja y Peter muerde el interior de su mejilla. Tony utilizo muy bien sus cartas.

- ¿Te importa si compro un apartamento a unas calles de aquí?-. Y cuando Steve sonríe, sabe que están sellando otro silencioso trato.

- Prepararé el equipaje.- terminan de recoger el desastre y Natasha sale de inmediato a preparar lo necesario para el viaje.

Tony queda en medio del comedor, esta sobre el filo de la mesa, una pierna cruzada sobre la otra y lanza la amenaza:

- Muy bien Peter Parker, ahora serás solamente para mí.- moja sus labios.- ¿Estás listo?