Una historia sin final. [STARKER]

Todas las estrellas te trajeron hasta aquí.

- Se esta volviendo molesto esto, Peter.- aunque Steve le hable, sigue girado en el sofá.- Entiendo que no te agrada, pero esto llega a lo infantil.

- No es difícil lo que te pido.- su rostro descansa sobre un caro cojín.- Diles que estoy enfermo y yo posteare un fotografía con los ojos hinchados y la nariz roja.

- No. Quiero que vayas conmigo.- Steve se sienta el reposabrazos del mueble.- No me hagas rogarte más, Natasha te conseguirá el traje que quieras, Thor estará feliz de verte y no digamos Loki.

- Recuerdame porqué me importa.- ¿Qué si está haciendo un berrinche? Sí, lo esta.

- Estoy harto de tu mal humor.- genial, ahora Steve se molestaba con él.- ¿Qué es lo que quieres? ¿Qué te hace falta?

- Quiero ir a casa.- si, dar sus tutorías privadas y conducir a la playa.- No quiero estar aquí.

- Sé que no te gusta, pero es importante para mí.- y ya había soportado más de quince días ahí.- Te recuerdo que tenemos un trato.

El recordatorio de su trato le genera dolor abdominal y mal sobar en la boca, sí recuerda el contrato a la perfección, pero quiere obviarlo por una santa noche. No es mucho pedir.

- Lo sé.- derrotado. Que Steve utilice eso para convencerle de hacer algo, es porque realmente lo quiere.- Está bien, lo que quieras.

- Sabes que no me gusta llegar a esto, pero últimamente, estás de un genio horrible.- otra cosa que no necesita que le recuerden.- ¿Me contaras que sucede?

- Recordé a mamá.- no es del todo mentira.- Ya se me pasara.

- Oh, cariño.- el ingenuo Steve.- ¿Quieres que me quede ha hacerte compañía?

- No te preocupes, dormiré otro rato.- no quiere a nadie, todo le irrita.- Nos vemos en la noche.

Esa noche se hacia la gala de Stark Industries, se reúne la más alta élite de New York y otras ciudades importantes del mundo. Se hará la presentación oficial de Steve como el nuevo y más distinguido socio de la compañía.

Le había rogado, suplicando de diferentes maneras a Steve que fuera solo, pero no lo consiguió, ni con sexo, ni felaciones, ni bailes, ni berrinches. Nada, o iba o iba. No tenía opción.

Se restriega en su miseria, los enfrentamientos con Tony pasaban una alta factura, sobre todo en sus recuerdos y en heridas que creía sanadas. Las palabras de Tony le seguían afectando, por mas que quiera decir lo contrario.

Ese maldito mentiroso le traía recuerdos que eran difíciles de etiquetar, podrían ser dolorosos y destructores, pero también eran felices y con mucha nostalgia. Tony fue su primera vez en todo, lo bueno, lo malo, lo más excitante y quién más le ha hecho llorar.

Bloquea su mente, la dejara en blanco por un rato hasta que consiga dormir y levantarse con el tiempo necesario para acicalarse y presentarse ante la sociedad. 

[...]

- ¿Te quedarías conmigo aunque no tuviera dinero?

- Claro, pero me las arreglaría para conseguirlo.

- ¿Qué tal si nos quedamos sin un solo dolar para comer?

- Conseguiría.

- ¿Cómo?

- Buscaría un patrocinador.