Presume.

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- Tenías un sólo trabajo, uno sólo, ¿y qué hiciste?

- Te dije que no quería hacerlo.

- Harley, ¿porqué me haces esto?

- No empieces con tus dramas. Te dije que no quería y me obligaste.

- ¿Y por eso le dijiste que era mentira?

- Y porque no me dijiste que tu ex fuera así de guapo.

- A ti no te gustan los hombres.

- A mí me gusta lo que yo quiera, Stark.

Peter sabe que es de muy mala educación espiar, pero no puede moverse, la conversación es de su interés total.

- Ya no importa. Lo arruinaste, idiota.

- Es tu lección, para que no me obligues a participar en tus tonterías.

Peter regresa a la puerta del elevador, va a disimular que acaba de llegar y preguntara donde está la oficina de su esposo.

El elevador se abre una vez más y una espectacular rubia de ojos felinos sale.

- Por todos los santos, ¡estás guapísima!.- toma a la asistente en brazos.- ¿Porqué tardaste tanto?

- Como siempre, mi niño.- la rubia deja un sonoro beso en su mejilla.- Reclamale a tu esposo, dejo más trabajo del que debía.

- Lo bueno es que ya estás aquí, Natt.- termina el abrazo.- ¿Tú tienes idea dónde queda la oficina de Steve?

- ¿Qué te pasó en la ca-

- ¡Yo te puedo llevar con Rogers!.- Harley aparece sonriente.- No pude evitar escuchar tu pregunta.

- Tu debes ser Natasha Romanoff.- el millonario le sonríe y extiende una mano.- Mucho gusto, he oído mucho de ti.

- El gusto es mío, Señor Stark.- toma la mano con finos movimientos.- Diría lo mismo de usted.

- Por favor, solo Tony. El señor Stark era mi padre.- Peter se esta impacientando, su esposo le regañara por llegar tarde.- Por aquí, les llevare con Rogers.

Harley se coloca a su lado de inmediato, le intriga la confusa sonrisa que el menor tiene en el rostro. Unos pasillos más al este, el puesto de asistente vacío indica que es la puerta correcta.

- Nat, ¿te importa si entro primero?.- su mano ya toca el pomo de la puerta.- Ya sabes como se pone cuando llego tarde.

- Te presto a tu esposo unos minutos.- la rubia examina su futuro escritorio.- No tardes, tenemos mucho trabajo.

- No te preocupes, ya desayunamos.- y ambos se ríen, Harley y Tony se ven excluidos de la broma.

   [...]

  Hay alguien sentado en frente de su esposo, estan absortos en una animada conversación y Peter suspira, no tendrá la recriminadora mirada de Steve, amonestadole por llegar tarde.

- Hola, hola.- tiene que hablar para llamar la atención.

- ¡Peter! Que bueno que llegas, déjame presentarte.- su esposo se levanta del asiento y el visitante le sigue.- Es James Barnes, tu nuevo guardaespaldas.

- Es un gusto conocerlo, señor Rogers.- es inquietatemente guapo.- Estaré a sus servicios.

- Ah, que lindo.- el regañado iba a ser otro.- Señor Barnes, ¿podría darme un momento a solas con mi esposo?

- Seguro, estaré afuera.- el sujeto tiene su cabello sujeto en una cola alta, tiene barba oscura y los ojos más celestes que ha visto.

Los segundos que la puerta se abre le deja ver a Tony y Harley, ¿porqué no se han ido? Toma aire y se gira, enfrenta a su esposo con los brazos cruzados.

- Recuerdame cuando fue que hablamos de esto.- no es un niño para que alguien le esté cuidando tiempo completo.

- Sabía que si te lo decía, te ibas a negar.- el mayor comienza a rodear el escritorio.- Así que ayer me encargue de buscar uno y controtarlo.

- No quiero.- sus brazos siguen cruzados y Steve se acerca.- Quédatelo tu, no quiero tener niñera.

- Y yo no quiero que nadie más vuelva a colocarte un dedo encima.- la azul mirada de Steve se pasea por su rostro, aun con la evidencia de los golpes.- No lo veas así, será como una compañía.

- No quiero un perro guardián.- es en vano luchar, cuando Steve toma una decisión, simplemente se hace.- Por favor, ¡puedo defenderme! También lo golpee.

- Lo sé.- Peter a veces quisiera que Steve gritara, que no sea tan impávido.- Pero no nos arriesgaremos. La decisión esta tomada.

Maldita sea. Maldita sea una y mil veces. Esa era la parte que no le gustaba de su matrimonio, ceder ante las disposiciones del rubio, aunque no esté de acuerdo. Pero es lo que hay.

- Como supuse que te enojarías, te tengo esto.- del bolsillo de su pantalón saca un control negro, con dos letras en plateado MB.- Es en tu color favorito.

- ¿Otro auto?.- toma el control con entusiasmo.- ¿Un Mercedes Benz? ¿En serio? ¡Steveeee!

El berrinche termina, se lanza a los fuertes brazos de su esposo y estampa un apasionado beso.

- Es el 65-Roadster, el que viste durante el vuelo.- tenía el mejor esposo de toda la maldita galaxia.

Solo el nombre de su nuevo vehículo le excita, besa al mayor con la boca hambrienta, mientras lame su lengua es subido, sin dificultad, al ordenado escritorio, tiene que agradecer el magnífico regalo.

- ¿No era que ya habían desayunado?.- Natasha entra sin tocar la puerta, detrás de ella vienen los curiosos.- Ni porque están en otro continente, se controlan.

Steve se ríe y junta su frente con el divertido Peter, sus narices se tocan y se ven cómplices, Natasha les atrapa una vez más.

- ¡Hey! ¡Que estoy aquí!.- la rubia vuelve a reclamar. Toma el lugar que ocupaba Steve y le susurra.- Sé que les gusta que los vean, pero no creo que sea correcto que tu nuevo socio te vea así.

Peter no quiere perder el agarre que tiene en Steve, es su polo a tierra, no quiere ver al genio detrás de él y la sonrisa burlona que de seguro tendrá.

- ¿Venimos en mal momento?.- Hay furia en la voz de Tony.

- ¡Tony!.- Steve se endereza y acomoda su saco.- Lo siento, acabo de darle una sorpresa a mi esposo, y ya sabes.

La sornisa de Peter es grande y de orgullo, ese su esposo, un estirado británico que gusta presumir de sus hazañas.

- Te dejo trabajar, querido.- y él también es algo británico.- Te compensare en la noche.

Camina victorioso, pasa a un lado de un Tony tenso y cierra la puerta sin voltear a ver. La escena le ha quitado el mal humor de saber que ahora tiene niñera.

 

Una historia sin final. [STARKER]Where stories live. Discover now