Epílogo I/II

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No fue fácil. Nada es fácil cuando Tony Stark esta involucrado. Peter lo sabe y admite que las cosas serían demasiado aburridas sí fueran fáciles.

- En algún momento dirás que sí.- el castaño está frente al enorme espejo que la habitación de hotel ofrece.- Yo no me cansaré de pedirlo y tú tendrás que ceder.

- Te he dicho que no.- termina de colocar su corbata y verifica que todo el conjunto esté en su sitio.- No me harás cambiar de opinión.

- Escúchame bien, Peter Parker.- Tony ya luce su perfecto traje corinto.- Un día serás Stark, aunque tenga que obligarte.

Peter rueda los ojos, una vista al espejo y envía un mensaje solicitando el auto que les llevará a los jardines londinense donde Steve y James unirán sus vidas después de cuatro larguísimos años de amor.

- ¡Peter, pero qué guapo te ves!- alaga Harley en cuanto sube al vehículo.

- ¡Hey! Que no se olvide que soy tu jefe.- Tony lo amenaza, como siempre, pero le da un fuerte apretón de manos.- ¿Qué pasó con las cuentas japonesas?

Mientras Tony se vuelca en una interminable conversación de negocios y dinero, Peter observa la ventana y sonríe para sí mismo, todavía le parece mentira todo lo que ha sucedido desde que subió al Jet con Tony de su mano.

Empezando que sí detuvieron a Tony por doce horas, por viajar sin la documentación adecuada. Peter se dedico a comer palomitas dulces mientras el castaño alegaba ser el original Tony Stark.

Aunque cuatro días después de su llegada a París el castaño se vio obligado a regresar, pues Pepper Potts presentó su renuncia irrevocable a Industrias Stark.

La pelirroja grito, lloró y le maldijo por una extensa video llamada donde alegaba que eso no se le hacía a la mujer que siempre había estado a su lado. Aunque el berrinche terminó cuando Tony aclaró que estaba justo donde quería estar y que sí ella, como su amiga de toda la vida, no podía con eso, no le detenía más.

El afortunado de todo ese asunto fue Harley Keener. Era el siguiente en la lista para ocupar el puesto de CEO de tan importante industria, aunque claro, bajo la constante supervisión del mismo Tony.

Decir que el castaño no se vio afectado por la pérdida de su amiga sería mentir, así que Peter se dedico a distraerle lo más que podía en sus rastros libres.

Tony se recupero al cabo de unas semanas, además la vida en París era tan ajetreada y exigente, que apenas tenían tiempo de tristezas. Entre amarse, besarse, adorarse y la pasantía apenas tenían horas para dormir.

Al cabo de tres meses, oficialmente juntos, fueron presas de la prensa y toda revista de chismes que siempre estaba detrás de Tony y del afortunado ex esposo de Steve Rogers. Aunque la parte más difícil fue cuando recibieron la visita del Coronel Rhodes.

Quien se presento una mañana lluviosa al apartamento y les sentó en el sofá, como si fueran dos pequeños críos, y les cuestiono la naturaleza de esa relación, que ya no estaban para venganzas y que lo único que harían sería el ridículo.

Esta vez fue Peter el primero en defender su amor por Tony, aunque lleno de temor por la reacción del castaño, sabía el cariño y respeto que este sentía por Rhodes, así que era el momento de verificar, una vez más, sí estaban en la correcto.

Pero las dudas de Peter finalmente fueron sepultadas. Tony aclaró, nuevamente, que lo único que había ahí era amor, en su estado más grande, puro y bello. Peter no disimuló la sonrisa de adolescente enamorado.

Después de la inesperada bendición de Rhodes, las cosas siguieron su rumbo. Peter culminó con éxito su pasantía y un puesto en la Agencia Espacial Europea fue ofrecido de inmediato.

Una historia sin final. [STARKER]Where stories live. Discover now