Tenía trabajo que hacer hoy y había llegado a saber más información, pero en estos días, la hora en la que tenía que regresar Clara se estaba retrasando.
Con Izak el entrenamiento por la noche, estaba completamente fuera de discusión, pero Clara entró después de que comiéramos la cena de hoy.
—Estoy agradecida de escuchar que el príncipe ha regresado con un regalo tan precioso.
–Sí, hermana. En cambio, le di la crema de manos que me hiciste antes.
—¿Lo hiciste? Bien hecho. Iba a hacer uno nuevo pronto, pero gracias a Dios.
Mi hermana olía a algo que nunca antes había olido. Era un olor a perfume barato y masculino que no iba para nada con la familia Valentine.
—¿Con quién te encontraste hoy?
—Él es de la Asociación Farmacéutica.
—Creo que os estáis viendo todos los días. ¿Cenaste con él hoy también?
—Sí. Simplemente sucedió. Se supone que debo cumplir con mi negocio.
De alguna manera, la reacción de Clara fue inusual.
Pensaba que estaba así porque era de la asociación, pero de alguna manera incluso mostró signos de emoción.
No creo que deba dejar pasar esto.
—No está Lewis y no quiero estar sola en casa. ¿Puedo irme contigo mañana?
Mi madre regresaría mañana. Si no funcionara, debería ir con Theo.
Afortunadamente, eso no sucedió. Clara lo pensó por un momento y pronto aceptó con gusto mi propuesta.
—Me encantaría. Podré presumir de nuestra bella Siel.
—¡Eres lo que más me gusta en el mundo!
—A mi también me gusta Siel.
Pero al menos una vez, desearía que pudiera mostrar sus sentimientos más. Me preguntaba qué significaba mis palabras para Clara.
Decidí dormir con mi hermana después de mucho tiempo.
—Clara está bien.
El hermano Izak, que estaba ocupado con los caballeros, había pasado menos tiempo en casa estos días.
—Ánimo, hermano.
Cuando le di unas palmaditas en la cabeza, sonrió alegremente. No importaba cuánto lo mirara, Izak y yo nos parecíamos como si nos estuviéramos mirando en el espejo.
Cuando miré a mi hermano, que se veía lo suficientemente lindo como para confundirle como una mujer si usara una peluca con cabello largo, me reí.
—Izak, necesito hablar contigo.
Theo arrastró a Izak, diciendo que tenía algo que decir. Solo después de que todo estaba en silencio abracé mi almohada y me acosté en el brazo de mi hermana como si fuera una niña por primera vez en mucho tiempo.
Me gustó el calor cálido y acogedor.
—Hoy Su Alteza Alex dijo algo. Escuché que está pensando en ofrecerte un puesto como su farmacéutica exclusiva.
Mi hermana me sonrió y me empezó a acariciar la cabeza.
—Nuestra Siel todavía es joven, y no puedo entrar al palacio sin ti.
—Entonces, ¿debería ir contigo al palacio?
Conocía a mi hermana y no le podía mentir, dejando fuera la historia de Stan, le dije una razón adecuada. Entonces Clara de alguna manera no pudo ocultar su nerviosismo.
