—Sra. Burnett, tenemos una invitada.
—¿Invitada?
—Lady Netias está aquí.
Regina llegó sin ningún compromiso ni aviso previo. Alex dijo ayer que fijaría una fecha separada, así que Burnett me miró con una mirada preocupada.
El propietario del palacio dijo que no, pero ayer hubo un robo, así que tenía curiosidad por saber cómo estaba Regina. Moví los ojos y le pregunté a Burnett.
—¿Hay algún lugar en el Palacio Imperial para dar un paseo?
—Hay un jardín para uso público.
—Si la veo allí, no violará las órdenes, ¿verdad?
Me dijo que no la podía invitar al Palacio del Príncipe Heredero. Dado que llegó sin aviso y no tenía permiso para que ella entrara, había decidido encontrarme con ella en otro lugar.
—Me prepararé.
Para mi consideración, Burnett sonrió ampliamente y Maryl habló.
—Debes estar feliz de tener una amiga, querida.
—¿Qué pasa con Maryl? ¿Y las otras criadas son amables contigo?
—Por supuesto. Todas me envidian por tenerte.
Por supuesto que deberían porque era mi doncella. Pensé que la acosarían porque a veces parecía una piedra, pero afortunadamente, Maryl parecía haberse adaptado bien al palacio real. Maryl entró en el palacio e hizo también una nueva amiga, por lo que entendió cómo me sentía.
—Maryl está muy feliz de ver que tienes una amiga agradable.
—Yo también. Si alguien molesta a Maryl, debes decírmelo.
—También soy parte de la familia Valentine. Nunca iré a ningún lado.
Era confiable. Mi comportamiento cuando era una niña mala era horrible pero ella siguió a mi lado.
Usando un vestido color limón elegido por Maryl, corrí al jardín donde Regina estaba esperando.
Me preocupaba que el tiempo de preparación fuera más tiempo de lo esperado, pero afortunadamente Regina estaba sentada en el pabellón, mirando al lago, sosteniendo un ramo de fresias florecidas.
—¡Regina!
—Siel. Ven.
Contrariamente a las expectativas de que el nombre del duque Valentine la haría sentir incómoda, Regina me saludó con una gota de honor.
—Te he hecho esperar mucho tiempo.
—Pensé que somos amigas, así que dejé los honoríficos. ¿Estás molesta?
Ella realmente pensaba en mí como una amiga. Corrí hacia Regina y la abracé con fuerza.
—No, me encanta.
Me cuidaron ayer, así que era mi turno de cuidarla hoy. Burnett estaba dispuesta a servir la comida preparada por el palacio del Príncipe Heredero para mí.
—Me enteré ayer, de todos modos. Escuché que había un ladrón en el palacio.
—Creo que también es un monstruo muy peligroso.
—¿Peligroso?
Nunca antes lo había escuchado. En primer lugar, el duque Valentine estaba observando de cerca el maná del palacio, por lo que ni siquiera se podía pensar en que hubiera un ladrón.
