Capítulo 38

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JENNA

—Años después viajábamos—Continuó el abuelo Liam—, disfrutando ese tiempo juntos que perdimos cuando esos bribones me robaban la atención de su madre—Señaló a los hermanos Clayton, ellos se ríen cómplices—, un día estábamos viendo el mar, sintiendo la brisa, y veía como su cabello rizado con algunas canas se movía, ella usaba unos lentes de sol y un vestido blanco largo, la miré fijamente, y yo solo pude pensar: "Me siento el hombre más afortunado, estoy con la mujer más increíble que he conocido, y aun así, la sigo amando como si fuera la primera vez"

Él abuelo suspiró, otra vez.

—Y me dije; "El amor, puede llegar hacer una emoción que puede llegar extinguirse con el paso del tiempo, pero, cuando estás con la persona correcta, que hace que algunos días grises se vuelvan coloridos, que algunos días llenos dolor puede ser felices a su lado, que aunque digas o hagas las tonterías más extrañas del mundo, te encontrará aun más maravilloso, esa emoción, en vez de extinguirse, se fortalece, ahí es donde te das cuenta, que estar al lado de esa persona, vale la pena."

Sonrió.

—Lo que quiero decir es que, encuentren a alguien que sientas que estás bien, que no todo es tan malo en la vida, que te haga creer más que hay personas increíbles en el mundo, y si se llegan un punto en que ya no estarán juntos, digas: "Siento que a valido la pena cada momento que pasé a su lado, aunque ya no estemos más juntos..." quiero decirles también, que el amor, puede sacar la mejor versión de nosotros y también podemos sacar la mejor versión de esa persona.

Sonreí, miré a Anthon y él me miró a mí, y él tomó mi mano.

—Retomando ese día en la playa, jamás lo voy a olvidar, unos meses más tarde, ella murió, de un paro cardíaco—Veía tristeza pura en sus ojos—, no importa cuanto tiempo pase, al no tenerla a ella a mi lado, sigue doliendo, pero no tanto como antes, así que aprovechen estar con las personas que más aman.

Anthon me abrazó.

—Después de su muerte, no pude encontrar a alguien más que se pareciera a ella, así que me quedé solo, me conformaba quedarme así, sabiendo que algún día estaremos juntos otra vez, y tengo hermosos recuerdos de ella, no solo están en mi mente si no que cada vez que veo a mis hijos o a mis nietos, veo algo de ella en todos ellos.

—Siempre te enfrancas en hacernos llorar—Dice Andrew.

—En fin, ya que les conté una vez más sobre mi historia de amor con su abuela, tengo hambre.

Eso fue inesperado, pero aún así nos reímos.

Mientras que el señor Liam contando sobre algunas historias divertidas de su vida con la señora Anna, otras de los padres de Anthon y de sus tíos, la estábamos pasando tan bien, me senté a lado del abuelo Clayton, mientras que Anthon perseguía a mi hermano menor Carlos.

—Jenna—Me llamó el señor Liam.

—¿Si abuelo Clayton?—Lo miré.

—¿Te cuento un secreto?

—Sí—Sonreí.

—Bueno, una es una promesa que quiero proponerte y la otra un secreto doloroso.

—Sí, ¿Qué pasa?

—¿Ya te e dicho que te pareces tanto a mi Anna?

—Si—Me reí.

Algo me decía que ese no era un secreto, el abuelo Liam cada vez que tiene oportunidad me dice que me parezco a la señora Anna, y no me molesta para nada, más bien, me halaga.

—Ah~—Suspiró—, si te pareces mucho a mi Anna—Tomó un mechón rizado de mi cabello y lo puso detrás de mi oreja—, el secreto doloroso es que... Algo me dice que muy pronto me iré.

—¿Cómo que irse?—Pregunté.

—Solo me iré... Y sé que les va afectar a todos—Miró al resto de los invitados.

¿Se estaba refiriendo que... Se va a morir?

—No diga eso señor Liam—Le dije.

—Ese no es el punto, ese es mi secreto doloroso, el punto es que; quiero que cuides bien de Anthon—Miramos a Anthon, que tenia a mi hermano menor Carlos entre sus brazos, y Anthon le hacia caras graciosas haciendo reír a Carlos, y Carlos aplaudió—, Anthon es un buen chico, un chico increíble—Me miró—, y tú eres la chica que siempre soñé que estuviera a su lado, eres maravillosa, Jenna, promete que lo cuidarás.

—Lo prometo—Sonreí.

Él suspiró, complacido por mi respuesta.

—¿Podrías traerme un pedazo de ese pastel que hiciste?, está muy bueno.

—Pero ya comió dos rebanas—Le recordé.

Él me pide que me quede callada.

—Anda, no sea mala conmigo, traeme esa rebanada de ese pastel, no diré nada, será nuestro secreto...—Me guiñó un ojo.

Me reí bajamente.

—Se lo traeré, no me tardo.

Fui a la mesa, para picarle la rebanada.

—¿Papá?—Escuché al señor Andrew llamar al abuelo Liam.

Pero eso no fue todo.

El abuelo Liam se tocaba el pecho mientras se quejaba.

—¡Llamen a una ambulancia!—Chilló mi mamá.

Cinco minutos después llegó la ambulancia, uno de los paramédicos revisó al señor Clayton y éste negó la cabeza.

Para luego informarnos de que;

El señor Liam tuvo un infarto.

No Apto Para Parejas Normales 2Où les histoires vivent. Découvrez maintenant