Capítulo 24

233 23 10
                                    

ANTHON

Jenna lleva una semana entera enojada conmigo.

Cuando está enojada, se mantiene alejada para no decir o hacer algo que se puede arrepentir después, y yo hago prácticamente lo mismo, cuando ya está tranquila me hablará, pero estoy nervioso, lleva una semana entera, ¡Una semana entera! Lo mínimo que llevábamos cuando no hablamos eran tres días.

¿Y si en serio la cague?

¡No! ¿Cómo crees? La fiesta fue un completo caos, golpeaste a un amigo casi dejándolo inconsciente, mataron la gallina de vecina pensando que era la de ustedes, el pelaje del perro ahora es azul, vestido de payaso, rompieron la ventana, la puerta, hicieron un agujero en la pared, los vecinos quejándose, vinieron policías, y si no fuera poco ¡Alguien tuvo sexo en la habitación donde siempre duermen los padres de Jenna!

, la cague.

Jenna llegó a la casa, con las compras en los brazos, corrí hacia ella para ayudarla y ella solo asintió

—Iré con las chicas a un salón de belleza, ¿Querrías ordenar la comida?

—De acuerdo—Acepté rápidamente, sin dudar.

Ella se da vuelta, ya que se iba a ir, bajé la cabeza, luego sentí sus brazos rodearme y suspire.

—Lo siento—Dije en un susurro.

Ella no dice nada.

—En serio lo siento.

—Esta bien—Dice, se separó, pone sus manos en mis hombros para luego verme—, hablaremos esto más tarde, ¿De acuerdo?—Acarició mis mejillas y me da un beso en los labios, fue pequeño, y lo odié.

Extraño los besos largos, nuestros abrazos y la diversión.

Ella se fue.

Miré a Janthon y pasó por mi lado.

Hasta el perro está enojado conmigo.

(...)

Atendí la llamada, en la pantalla apareció las cinco causantes de todo lo que pasó.

—Están contentos ¡¿Verdad?!—Dije, completamente molesto.

Los cinco se ponen incómodos.

—¡Rayos bro!, no sabíamos que ella se pondría así—Dice José.

—No la conocen como yo, lo que hicimos a la casa fue una gran falta de respeto.

También fue mi responsabilidad.

—¡No volverá a pasar!—Aseguró Roberto.

—Sí, Jenna me hizo prometer que no los invitaría nuevamente a la casa hasta muevo aviso.

—¿Cómo está ahora?—Dice Mauro.

—Sigue molesta, por suerte hoy me dio un pequeño beso y un abrazo antes de irse, asegurándome de que hablaríamos mas tarde.

—¿Y te gritó mucho ese día?—Preguntó Luis.

—¿Se acuerdan cuando teníamos al profesor de matemáticas?

—¿El que gritaba en vez hablar?—Dice Roberto.

—Sí, bueno ella me gritó hasta que se quedó afónica... Duró dos horas gritandome.

Pusieron cara de dolor.

—Casi y me deja sordo—Me limpie el oído derecho.

—Y después de eso te hizo la ley del hielo—Dice Manuel.

Asentí.

Escuché la puerta abrirse, y colgué.

Ella traía algo en las manos.

Me abrazó y la abracé con firmeza.

—Lo siento—Se disculpó.

No entiendo por que se estaba disculpando.

—Lamento a verte ignorado tanto tiempo—Dice en un susurro.

—Es mi culpa.

—Me siento culpable por a verte gritado hasta quedarme sin voz e ignorarte por una semana entera.

—Creo que me lo merecía.

Nos sentamos en el sofá.

Janthon se puso en medio de nosotros, y ladró, contento de que estemos juntos así.

—La razón pon la que me enojé tanto, es que nos esforzarmos mucho para tener esta casa, y lo sabes—Acarició la cabeza de Janthon—, prometimos cuidarla, la compramos, la arreglamos con esfuerzo y amor, y que venga otro y le hagan algo así me enojó.

Ahora me siento mucho más imbécil.

—En serio lo siento.

—No terminé—Me miró.

—De acuerdo.

—Mauro me dijo que estabas intentando detener todo pero los muchachos te obligaron a beber, al principio no lo creí hasta que me mostró una grabación...

—¡¿Me grabaron?!

—Sí.

No puede ser.

—Lo que quiero decir es que, que esto no se vuelva a repetir, si van hacer una fiesta, pueden hacerlo pero teniendo cuidado, aún no puedo verle la cara a los vecinos sin sentirme tan avergonzada.

Asentí.

—Y en cuento a los muchachos...

—No vendrán hasta nuevo aviso—Repetí lo que me dijo.

Ella sonrió.

—¿Ya está todo arreglado?—Sonreí.

—¿Está todo desinfectado el cuarto de invitados?

—Está tan limpio que puedes comer hasta en el suelo.

Ella se ríe.

—Eso no le quita su pasado.

Esta vez me reí yo.

—Te extrañé—Dice ella.

—Y yo a ti, no sabes cuanto.

Ella me abrazó y yo le correspondí.

Janthon ladró, moviendo la cola y estaba feliz.

—¡Sí mami y papi se aman!—Chilló Jenna.

—¿La vecina sigue enojada con nosotros por su gallina?

—Ella aún no lo sabe.

—Oh—Puse cara asombrado—, ¿Y qué es esto?—Tomé la caja de arriba y eran chocolates.

Empezamos a comerlos mientras veíamos una película en la televisión, y empezó a ganarme la duda porque había otra caja pero un poco más grande que la anterior.

—¿Y eso que es?

Ella se acercó a mi oído.

—Lo veremos ésta noche—Repitió mi frase.

—¿Alguna pista?—Alce una ceja.

—Encaje...—Dice con voz cantarina.

¡Demonios !

No Apto Para Parejas Normales 2Where stories live. Discover now