90

7K 553 195
                                    

Me estremecí completamente al oír sus palabras, mientras tu intensa mirada recorría mi ser.

—¿Te imaginás? —Preguntó aún con esa sonrisa en su rostro. —Vos y yo.. —Corrió un mechón que caía por mi rostro, hacia atrás. —Toda la eternidad.

Mis ojos se iluminaron.

Sus labios se pegaron a mi mejilla, dejándome sentir el frío inherente de su ser.

—El mundo se va a terminar un día. —Musitó Mateo en mi piel. —Y nosotros no.

—Prométemelo. —Dije alejándolo para mirarlo a los ojos. —Que siempre vamos a ser vos y yo..

—Siempre, te lo juro. —Dijo Mateo antes de besar mi cuello ligeramente.

—Mateo..

—No dudés de mi. —Dijo tomando mi rostro entre sus manos. Plantó un beso en mis labios y volvió a observarme.

Agarró mi mano y la puso en su pecho.

—Yo también soy tuyo. —Dijo Mateo y mordí mi labio ligeramente.

Había logrado calmarme.

—Te amo.. —Musité.

—Yo más.. —Habló él, también en un tono bajo.

Mateo me miró una vez más antes de volver a comenzar a caminar.

Yo lo seguí por supuesto, muy de cerca, porque me espantaban las miles de figuras de piedras que habían en el cementerio.

Muchos ángeles.

—Amelia.. 

Me di la vuelta al oír mi nombre y me estremecí al ver que no había nadie. Miré a atenta, esperando que alguien saliera de detrás de un árbol, pero no había nadie.

Me giré para apresurarme a caminar donde Mateo cuando volví a oír un suspiro.

No pude evitarlo y me di la vuelta.

—Amelia. —Dijo Mateo detrás de mi.

Lo miré y él alzó la ceja.

—Vamos. —Dijo haciendo una seña con la cabeza para que lo siguiera.

Asentí nerviosa y cuando estaba a punto de seguirlo.

Lo vi.

Me puse pálida al notar que se trataba de nada más ni nada menos que de Louis, el papá de Ester.

Me quedé estática con la boca abierta.

—Amelia. —Volvió a llamarme Mateo.—¿Qué tenés?

Se acercó a mi frunciendo el ceño, pero yo estaba congelada viendo como Louis se acercaba a mi.

—¿N-no lo ves? —Pregunté, y mi voz sonó apenas audible.

Solo podía verlo acercarse a mi, y antes de que pudiera salir de mi estado de shock, sentí como su mano tocaba mi piel.

Mis ojos se abrieron y vi como todo se volvía blanco, y el único que me acompañaba era Louis.

—Amelia. —Dijo mirándome.

—¿Cómo sabés mi nombre? —Pregunté nerviosa.

—Yo se, muchas cosas que vos no sabés. —Dijo serio. —Vengo a ayudarte.

—¿Ayudarme? —Cuestioné angustiada.

—Mi bisnieto se equivocó. —Dijo y yo fruncí el ceño. —Vos sos quien tiene que cumplir la profecía.

—P-pero, él dijo que yo solo era el diamante, ¡y que tenía que evitarla! —Dije negando con la cabeza.

—Ya liberaste el corazón roto, voltea la cabaña.. ¡hazlo sin tardar! —Gritó mientras todo alrededor volvía a la realidad.






AYAYAYAY<3 una emoción.

Ya subí la info completa de los MVAS, como no vayan lloro):

Hell [✓]Where stories live. Discover now